Cap 70

881 133 8
                                    

La comida fue servida al instante que todos tomaron los mismos asientos en la gran mesa rectangular de ayer. Las sirvientas hicieron un trabajo espectacular con la limpieza ya que todo parecía nuevo, como si los muebles y servicios nunca hubiera sido usados.

Por supuesto, hubo unos seis asientos vacíos que permanecieron pulcros, inmaculados de cualquier toque. Uno de ellos pertenecía al líder de todo Nazarick, el Emperador del Imperio Hechicero, Ainz Ooal Gown.

Con él estando ausente, los humanos no tuvieron una buena relación con los otros Seres Supremos que actuaban de lo más natural sin importarles demasiado las miradas respetuosas y cautelosas que recibían.

Hubo conversaciones, sí. Pero la mayoría de ellas estaban lejos de ser entre un humano y un Supremo. No obstante, todos disfrutaban de la buena comida como uno solo... Bueno, unos más que otros.

—Oi Temperance-san, por favor pásame esa fuente de crema que tienes cerca.

Sin dejar comer, el nombrado hizo lo pedido sin molestar a sus compañeros de al lado. La fuente de crema se deslizó con gracia hasta el otro lado donde Variable Talisman esperaba.

—Aquí tienes. Te recomiendo comer despacio ya que todavía hay mucho; si después de acabar sigues teniendo hambre, puedes pedir más al chef.

—Eh, tienes razón. —Comentó a la ligera mientras se detenía un momento para captar bien.

Zanac miró y escuchó atentamente la conversación, Jircniv estaba haciendo lo mismo aunque mejor disimulado sin dejar su suave sonrisa de niño bonito.

De pronto, un platillo de carne jugosa que estaba cerce de Renner comenzó a flotar tal y como lo levantaría alguien con manos. Estuvo suspendido en el aire por unos segundos y luego se dirigió hasta un Supremo que, en la humilde opinión de Zanac, no quería quedarse a solas con él jamás.

—Esta carne de dragón está bien hecha... Me gusta el sabor.

La sirvienta mas cercana que estaba detrás de otro Supremo se inclinó feliz, casi aliviada por sus palabras. Los humanos, por el contrario, miraron con ojos muy abiertos la que carne que estaba siendo cortada y luego sus propios platos que tenían lo mismo en pequeña porción.

—Es un honor saber que es de su agrado Ulbert-sama. ¿Desea que le traiga más una vez termine con ese platillo?

—No. Esto será suficente. En cualquier minuto Ainz-san puede llamarme y tengo que estar listo para ello.

Pasando primero el alimetno que tenía en su boca, Blue Planet miró a su camarada demonio y le habló de buena gana mientras lo señalaba con un tenedor de oro que poseía diseños exquisitos en los bordes semi-ovalado.

—Eh, ustedes dos harán un buen espectáculo si no logran controlarse. Posiblemente no tengo que decirlo pero Ainz-san se sentirá muy mal si tienen una pelea y destruyen uno que otro país cercano.

La persona que estaba en un asiento continuo -separado solo por una silla vacía- de Ulbert, colocó ambas manos en la mesa y dejó los cubiertos en su plato a medio terminar. Su casco plateado que descansaba a un lado sin estorbar era un buen contraste con el color natural oscuro de su cuerpo.

—¿Disculpa? Blue Planet-san, es como si no me conocieras. —Comentó falsamente indignado el Campeón del Mundo. Un chasquido hecho con las tenazas en su mandíbula lo acompañó— Sabes que siempre soy profesional con todas las misiones, órdenes o peticiones de Ainz-san; es Ulbert quien no puede contener sus diabólicas acciones de causar caos y estragos.

Con un ligero resoplido muy parecido al sonido de una cabra cansada, Ulbert obtuvo la atención instantáneamente. Levantó su mano que sostenía un cuchillo y apuntó con delicadeza a su izquierda, a Touch-me.

Overlord: Never AloneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora