🐺CAPÍTULO CUATRO🐺

313 64 12
                                    

Luego de un hermoso y relajante baño donde mi Alfa procuraba que el agua barriera con cada una de mis impurezas, entre ellas incluida mi morbosidad a flor de piel, me percibo mas tranquilo, apaciguado y con ganas de caminar por la playa.

Sí, lo sé, nunca quedarme a descansar y relajar mi cuerpo. Creo que a mi amor lo tengo acobardado entre la demanda de sexo y mi continua vitalidad.

—¿Amor?

—Dime cariño... —comenta mi Alfa mientras sujeta mis cordones arrodillado delante mío porque mi preciosa barriga está tan opulenta que por un lado no me deja arribar hasta mis cordones y por el otro aprovecho las mañas otorgadas hacia mi persona.

—¿Me acompañas a caminar por la playa? —proyecto mis labios con un perfecto morrito encantador de mi Alfa que me observa con sus brillosos y renegridos ojos.

—¿Sabes qué creo? —consulta.

Que me amas y que nunca viste a ningún Omega más bonito —articulo decidido a refutar sus peros, si es que existe la posibilidad de alguno.

Y como era de esperarse, él se incorpora a mi lado con ese hermoso sonido que me regala desde su garganta cuando salgo con alguna de mis ocurrencias frenando sus demandas.

—Aparte de amarte y de que seas el más hermoso y bonito Omega sobre la faz de la tierra, me refería a que creo que deberías descansar un poco más cariño —comenta observando directo a mis ojos mientras peina mi ligeramente largo flequillo disponiéndolo de costado.

—Luego amor...¿Sí? Primero caminemos juntitos aprovechando nuestro momento de novios. La princesa promete portarse bien, ha dicho.

Mi Alfa, me detalla agitando su cabeza de lado como resignado ante mis actos.

Pero nada de sexo cuando regresemos —me señala con su dedo y entrecerrando sus ojos como generando cierta potestad con su afirmación.

Entonces, me aproximo a cuentagotas como un animal al acecho y mordiendo su dedo entre risillas, lo recuesto sobre el suave cubrecama que pienso distender con un par de húmedos besos.

—Tu dijiste "nidi di sixi cuindi rigrisimis" ahora, es antes —me aboco a su atónito rostro para saborear y devorar esos labios que tanto anhelo cuando estamos lejos o transcurren un par de horas que no los tengo sobre los míos.

—C-ca... ri...ño —trata de meter bocado pero no lo dejo. Y haciendo abuso de mi estado, ya que tengo la certeza que no se impondría a la fuerza, me trepo a su torso extendiendo mis rodillas para no apretujar mi princesa mientras lo beso demasiado apasionado. Y luego de un rato, aposentarme a su lado sin desligarme de sus belfos.

Nuestro aroma emanado circunda el cuarto mezclándose y percibo mi lobo calmado a pesar de mi excitación, como si de alguna manera quisiera protegerme de mí mismo.

Cuando nos distanciamos ante la parvedad de oxígeno, continuamos por unos minutos infinitos con suaves caricias simultáneas a nuestros rostros mientras con nuestras orbes profesamos cada "te amo" reprimido para no ser de algún modo exagerados o repetitivos.

—Mi lobo siente tu calma cariño, por eso no seguí hablando porque cuando creí que era un soldado caído, te discerní.

—¿Soldado caído? Si serás exagerado mi Alfa —le digo acomodando mi cuerpo a su costado mientras administra suaves toques a mi brazo.

Cuando retomo la abertura de mis pesados párpados mediante un ligero bostezo advierto sobre el reloj de la mesa de luz el transcurso de casi dos horas acercándome al medio día.

—¡Maldición! —blasfemo incorporándome como puedo mientras ruedo de un lado al otro de la cama y secando un hilo de saliva de mi rostro y como si fuera el colmo, si no llego rápido al baño me orino encima.

Prácticamente me arrojo del lecho direccionándome al inodoro.

"Ahhh que placer más placentero" medito sentado en el trono, porque de otra manera no veo la dirección a donde apunto y la vergüenza del siglo pasé la otra vez cuando moje los azulejos.

—Princesa... Te comportaste tan bien que me dio sueño y eso no se vale, yo te alimento mucho como para que me saques toda la energía, cachorra mía.

Perdido en mis reclamos entre vocablos distingo un leve cosquilleo sobre mi vientre y amoldando mi mano hacia la sensación recibo una pequeña ¿Patada de mi cachorra?

—¡JungKook! ¡Alfa! —grito desesperado por compartir este momento tan maravillado.

No transcurren ni dos minutos que asoma completamente exaltado mi Alfa sobre el acceso del baño —¿Pasó algo amor? —se inclina inspeccionando mi cuerpo como un lobo de rastreo.

—Ven, dame tu mano —le digo y acomodando su gran palma sobre mi vientre mientras le indico que haga silencio señalando con mis dedos sobre sus labios.

Impaciente me cuestiona frunciendo el entrecejo hasta que una nueva patada o movimiento brusco del pequeño cuerpo pega de lleno sobre su mano.

Minutos que simulan horas se suceden al acontecimiento, entre tanto mantiene su cabeza gacha y acaricia mi vientre con el más delicado roce.

—¿A-Alfa? —cuestiono despacio cuando noto un leve hipido de su fornido cuerpo —¿Amor? Permíteme levantarme que tengo los calzones bajos...

Y una vez más logro sacar una sonrisa de ese hermoso rostro que tanto amo. p
Porque, aunque su sollozo sea de felicidad, mi corazón se fragmenta cuando sufre una vez más.

—Déjame que te ayude cariño, si no quieres rodar para la pieza —comenta risueño y secando alguna que otra lágrima rebelde que amenaza con salir.

—Ah claro, ahora ruedo, otras veces reboto ¿Sabías? —insinuante lo observo mientras acomodo mis prendas para luego cepillar mis cabellos.

Mi Alfa, se aleja risueño para luego regresar con un sombrero tejido con un bello lazo rosa.

—No necesitas cepillar tus cabellos mi bello Omega, ponte este sombrero así disfrutamos de tu paseo por la playa y de paso, comemos en algún puesto de esas comidas que solo a ti te agradan.

Me giro enfrentando su cuerpo y entrelazando mis manos a su cuello, lo beso, lo beso por pensar en mi ante todo, por planear cada detalle para hacerme sentir el Omega más afortunado del mundo y por amarme como lo hace.

























NO SÉ USTEDES, PERO ESTO ME PONE SOFT🥺

NO PUEDEN SER MÁS BONITOS ESTE PAR JUNTOS😍

LOS AMITO MUCHO❤


♡ "𝑫𝒆𝒗𝒐𝒕𝒐 𝒂 𝒕í" ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora