🐺CAPÍTULO DIECINUEVE🐺

215 54 11
                                    

"¡Ah no amigo! ¡Definitivamente mezclarte hormonalmente con ese calentón te fundió el cerebro!" Gritó Jin sobre que le dije de mis intenciones.

Es que nunca dejaría a mi Alfa pasar en solitario su ciclo de calor. Y menos luego de ver a través de estos años que su lobo se transforma enloqueciendo con cualquier aroma.

"Consecuencia del consumo de drogas en su juventud" Dijo el doctor. Buenísimo me dije en mi mente, un lobo vesánico e infiel para mi disfrute. Así que no pienso ni loco dejarlo enloquecer, valga la redundancia, aunque deba encadenarlo a la maldita cama de ser necesario esta vez.

Al ingresar a hurtadillas a mi hogar, nuevamente, las feromonas de su celo me impactan de lleno haciéndome trastrabillar. Y luego de unos momentos en donde inspiro profundamente para impartir valor y equilibrar mi conmoción, me dirijo hacia su encuentro.

He fajado mi bajo vientre porque, aún cuando el período de cuarentena sea más para las Omegas hembras, el tiempo de transcurrida mi operación no es el más favorable para soportar un ciclo de calor aunque me lubrique de solo meditar la situación mientras me  embriago en su aroma.

A lo lejos, escucho los gruñidos e improperios de mi Alfa dentro de la habitación. Y haciendo acopio de todas mis fuerzas, ingreso paulatinamente para afrontar la ardorosa cuestión.

Una vez dentro de la habitación, sólo observo el desparramo de frazadas y almohadas por doquier y de fondo, el contínuo salpicar del agua entre jadeos y refunfuños.

Y como un pillo descarado me desnudo completamente y me inmiscuyo cerca suyo, observando como maltrata su ser contra la pared con el fin de descender una furiosa erección que provoca el humedecer de mis labios y mi excedente de lubricación.

Se encuentra ido como en un trance a causa de la primer ola que lo azota, golpeándose en frustración una y otra vez. Y tan perdido está, que no logra discernir de mi presencia aunque me esfuerce por expedir mi aroma a "finas hiervas" con un cierto toque de miel.

Entonces, decido hacerme ver o escuchar en todo caso: —Te vas a hacer daño si sigues así...

Ni tengo que comentar el malhumor creciente que expide desde su interior, sumado a sus feromonas de enojo con excitación, que debo tener cautela con mi proceder si no quiero perecer en el intento de acercarme hasta él.

Y encima preguntas ¿qué mierda hago aquí? Como si pudiera dejarte así. Ni en mil años lo haría aunque arriesgue todo por ti. Mi lugar es aquí contigo... Y por eso te elegí, aunque el camino no haya sido nada fácil de transitar.

"Parece que te gusta poner las piedras en el camino para encontrarlas al fin" dijo mi amigo Jin. Y tendría que estar dándole la venia "aparentemente".

Aún así, nada me importa y te llamo por lo que eres: Mi Alfa, mi amor... Acercando cauteloso mi cuerpo en inquietud hacia tu agitado grosor, percibiendo como tiemblas ante la efímera presencia de mi tacto sobre tu dermis.

Y envalentonado en excitación, aunque rodeen trapos mi vientre, quiero degustarte y que me degustes a tu parecer. Porque el abrasador ardor que enciendes con la unión de nuestros lobos, me da la pauta de que no me harás más daño del que quiero hacerme yo bajo tu merced.

Entonces, trazo una sensual línea con mi roce recorriendo tu pecho con devoción y sobre que derivo mi mano sobre tu húmeda y latiente dureza, te percibo perder el escaso autocontrol que profesas.

Girando velozmente y con tus ojos en firmes destellos rojos mientras tomas mis mejillas con fuerza, pero frenas tu acción sobre que posas tu visión sobre mi bajo vientre y su envoltura en telas.

—Tranquilo Alfa, es solo por precaución... —asgo con cautela tu mano delineando el contorno de mi firme vendaje —. ¿Ves? Es solo para darme seguridad al moverme... Aún así, sé que no me dañaras de gusto.

Me observas por segundos eternos con tu animal a flor de piel que reclama que de lugar a mi Omega de una buena vez. Entonces, decido pautar con tu lobo mi única condición.

—O-Omega... —dices entre gruñidos que salen con gruesa voz mientras tu pene chorrea excedente de elixir para mi deglución.

—Alfa, escúchame bien, no tomará dominio mi parte animal porque debo velar por mi bienestar, pero confío en que tu también lo harás.

Me observas sin perder detalle de mis palabras, sin asentimientos ni nada, solo con una profunda inspección. Así que dando por sentado que entendiste mi pedido, me acerco a tu oído susurrando sensual: —Ahora déjame probar eso que tanto me llama... Y si gustas, puedes follarme la maldita boca a tu parecer...

Desciendo brusco de rodillas ante la imponente erección que palpita entre tus dedos. Y procedo a retirar tu mano para apoyarla sobre mis cabellos buscando tu barullo.

Luego, saco mi ansiosa lengua para recoger tu exquisito sabor sin perderme de tus orbes que me observan acortando tu respiración segundo a segundo.

Me entrego al meneo que provocas con tu agarre en mis cabellos, tragando y escupiendo el excedente de fluidos mientras lágrimas de gozo descienden paulatinamente por mis mejillas al sentirte tomar -con firmeza- el control.

Mi cuerpo quema en exceso y solo quiero servir como Ángel de tu devoción para que marques mi camino de retorno al puto paraíso que es sentir tu nudo dentro mío.

Cada vez más fuertes tus caderas, arremeten con ahínco y con fervor contra mi golosa boca, que solo se ofrenda a ser receptora de la vehemencia que le toca.

Y en un instante que nubla mi razón aprietas con extremada fuerza mi cabeza hundiendo mi boca sobre tu llorona dureza que disemina tu semilla ahogándome.

—¡Maldición! —cuestionas con agitada respiración bajo el escrutinio de mis llorosos ojos —. Necesito comer para recuperar fuerzas antes de que pierda todo rastro de consciencia... ¿Sabes dónde están las esposas no? — preocupado cuestionas.

—No tendré necesidad de hacerlo, pero en último caso, si sé donde se encuentran, así que tranquilo mi Alfa.

—Eres mi perdición Omega... —susurras en un repentino flash de lucidez por el color de tus ojos y envalentonado, me levanto agarrando tus caderas para arrinconarlas sobre mi dureza.

—¿Sientes como me tienes? Y es por tus feromonas que me nublan la razón, mi sexi lobo feroz —murmuro antes de atrapar tus labios en un húmedo roce de lenguas que buscan hacer mella en la cavidad del otro.

Tragando uno a uno tus gemidos y retratando cada fragmento de emoción en mi memoria, me dejo llevar por mi ardor, o tu ardor, o la combinación de la fusión entre los dos.

Dejando que amases con acentuada fuerza mis glúteos mientras recorres con tu caliente lengua la nívea piel de mi cuello para luego, de un arrebato, girarme veloz apoyado en el lavado entre tanto desciendes con tus calientes besos hasta hundir tu hábil lengua en mi interior.


















































NOS QUEDA UN CAP. MÁS DE CELO😏😈

ARRIESGADO NUESTRO OMEGA, PERO SABIENDO EL HISTORIAL DE SU AMOR YO ME LO CUIDO HASTA DE MI SOMBRA🤭

Y NO ME LO JUZGUEN A MI ALFA🥺

RECUERDEN QUE FUE UN ADICTO Y A VECES, LAS CONSECUENCIAS QUEDAN🤷‍♀️

♡ "𝑫𝒆𝒗𝒐𝒕𝒐 𝒂 𝒕í" ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora