🐺CAPÍTULO TREINTA Y SEIS🐺

166 51 6
                                    

Semanas enteras de desconsuelo le siguieron a mi Alfa a la salida del hospital. Es que adaptarse de nuevo a todo le llevará muchos meses, dijo el doctor, y sumado a la terapia de rehabilitación que lo consume y cansa en demasía; se hicieron eternas las horas de creciente mal humor de su parte aunque me tenga a su lado en cada momento del día.

Y no puedo dejar de destacar que nuestros amigos estuvieron al pie del cañón como tantas otras veces, aunque ahora son tres en su familia en vez de dos, ya que por gracia y bendición de la madre Luna, la pequeña cachorra ya está disfrutando del calor de su hogar. Llena de mañas por parte de mi peque, que muerde a quien se atreva a acercarse de más.

Por suerte, los instantes en donde el habla no reinaba con mi Alfa han pasado como ráfaga de viento. Entonces, procuro que se sienta a gusto, apoyándolo en todo y dejándole bien en claro que esta lucha es una más de las tantas que tendremos que pasar.

Porque al fin y al cabo la vida es esto, levantarte al albor de cada día y remarla una y otra vez. Y aunque a veces tendremos buena corriente a favor y otras tantas pediremos que nos arrojen un salvavidas, aún así, vale cada maldito segundo en donde inspiremos oxígeno si el regalo como ofrenda de esa dicha; es verte avanzar a pasito de hormiga pero con tu templanza concisa y dando todo de ti.

Y solo puedo decir que estoy orgulloso de ti, mi ejemplo de vida, mi Alfa, mi gran amor.

Aunque estos últimos días quizás quise ahorcarte de a momentos en cuanto perdía la paciencia cuando te ponías... ¡Por favor! Pero aún así, respiro profundo y trato de conseguir nuevamente mi infinita paciencia para sobrellevar la situación. Se que no es nada fácil ser el que comandaba con todo y de ahí, pasar a ser el que recibe todos los cuidados. Aunque cuando te pones en terco y empiezas con tus maldiciones me dan ganas de... Mejor me calmo.

—¿Señor Park? —anuncia la secretaria del centro de rehabilitación.

—¿Si? Aquí estoy —indico acercándome al mostrador y despejando de paso mis pensamientos.

—Debe llenar estás planillas para el nuevo pedido de la sentencia de fisioterapia de la rehabilitación. No sé si entrara en la mutual las sesiones extras, así que tiene el importe de las mismas detalladas a continuación.

Anuncia la sonriente Omega cada palabra como si estuviera promocionando una oferta. Así que le respondo con la misma sonrisa enfrascada en mi rostro de estos últimos meses. Y al darme vuelta dejo salir un suspiro leyendo cada importe de las sesiones detalladas en la hoja.

—¡Maldición! Deberé pedir un préstamo asistencial o de lo contrario no sé cómo voy a pagar —me susurro a mí mismo sentado y revisando el historial del papel en donde se suman mis últimos ahorros.

Y en eso, aparece el fisiatra acompañando a mi marido mientras tira de su silla de ruedas y se escuchan sonidos risueños provenientes desde ambos lados. Y eso me pone en estado de alerta ¿Es que acaso es mi Alfa quién se encuentra tan risueño? De inmediato me incorporo guardando los papeles de mi disgusto en la mochila y me arrimo hasta el acceso.

—¡Cariño! —me sorprende su recibimiento porque estos últimos días habían sido simples llamados por mi nombre u Omega como último recurso cuando quería que hiciera lo que él quería, como todo un berrinchudo cachorro.

Me quema la garganta por largar un ácido comentario pero me reservo mis ganas y solo comento: —¡Amor! ¡Qué bueno observarte de buen humor!

Y aprovecho la situación para abusar del momento y tratar de lograr que se ponga incómodo como él lo ha logrado con creces estos últimos días, en cuanto se ponía todo loco y sin control frente a los otros cambia formas del lugar.

Así que envalentonado en mi orgullo, me agacho hasta quedar a la altura de tu rostro y tomo sus labios en un beso nada rescatado y con una lengua demasiado juguetona para la ocasión.

Y de un momento a otro, todo alrededor se detiene, y es como si fuéramos él y yo nuevamente contra el mundo. Metidos en nuestra burbuja de nebulosa amorosa, donde no hay reproches, refunfuños o regaños. Y en donde prima solamente el latir de nuestros corazones en conjunto mientras compartimos abundante saliva.

Entonces, me dejo llevar por el sabor de tus labios... labios que en un principio solo intenté provocarlos pero ahora que tus manos me cogen el rostro con posesiva aprensión, no quiero que la grandiosa sensación de que soy tuyo y de que haz regresado se alejen de mi cuerpo conmocionado.

Envuelvo acalorado mis brazos alrededor de tu cuello sobre que me atraes con decisión hacia tu cuerpo, mientras que perdido en tu potente y masculino aroma no me percato en ningún momento del exterior a mi alrededor.

Y no lo hago hasta que un exagerado carraspeo nos saca del trance y me sorprendo a mí mismo, al estar sentado sobre tu regazo, todo ruborizado y expidiendo fuertes feromonas de excitación.

—Y-yo... lamento interrumpir pero —el fisiatra disminuye su tono a medida que se acerca —Hay menores observando la situación —finaliza la oración entre susurros.

Y en cuanto me doy vuelta, observo a una pequeña que ha quedado a medio chupar la paleta que sostiene una de sus manos mientras nos observa con grandes ojos y total atención.

Me inunda la vergüenza mientras entero quedo todo rojo pero sobre que me voy a incorporar, mi Alfa me susurra travieso a mí oído: —Alguien está de más entusiasmado, me parece.

Y abriendo mis ojos mientras me observo, de inmediato asgo mi mochila ubicándola enfrente de mi cuerpo. Los colores de mi rostro son motivo de risas a nuestro alrededor y quisiera que me tragara la tierra y me escupiera bien lejos.

—Por lo visto Jeon, el ambiente está de un humor cambiado. Así que me alegro por usted o por ustedes en todo caso. Y recuerde empezar de a poco y tratar de no forzarse de más —indica el fisiatra entregando un papel hacia mi Alfa, mientras me mantengo cabizbajo.

—Muchas gracias de verdad... Y le prometo tratar de ser un poco más paciente aunque las ganas me ganan —contesta mi Alfa y me quiero evaporar en donde estoy porque ¿Realmente están hablando de esto delante de todos en el lugar?

—Me imagino Jeon, es que es mucho tiempo ya, pero con dedicación podrá mantenerse parado, le aseguro —remata el especialista bajo la gutural risa que desprende mi marido mientras percibo como me mira.

Lo saco velozmente como si fuera un auto de carrera sobre que saludo sin mirarlo a los ojos al kinesiólogo. Y cuando estamos al lado del automóvil, me recuesto y suelto un suspiro contenido mientras le lanzo fuego con los ojos.

Él, me observa esbozando una sonrisa de lado y desembucha: —Está vez me porte como todo un adulto, no se porque me observas de esa manera...

Y agarro mis cabellos para controlar mi ataque de ira, es que esto de estar loco y luego a las risitas como si nada y hablando de su miembro, me supera.

—¿Me estás cargando? Primero te apareces a las risas luego de martirizarme gran parte del día, luego me besas como una intensa radiografía y luego hablas de mantenerte erecto delante del especialista —finalizo como buscando en su pícara mirada la explicación para mi propia vergüenza.

Él, se ríe profundo y un gran peso se me quita de encima, es que luego de mucho tiempo puedo verlo en el reflejo de lo que era antes del accidente.

—Primero que nada cariño —remarca la palabra con su gruesa voz rasposa y profunda —Fuiste tú quién busco mis besos y segundo, el fisiatra hablaba de mantenerme en pie, y no de que esté erecto cómo piensa tu excitada cabeza.

Sobre que salen las palabras de sus labios, me pego mentalmente ¿Cómo no me voy a dar cuenta de que hablaba de sus piernas y no del objeto de mi deseo?

—Lo siento... —susurro mientras percibo el calor subiendo velozmente por mi cuerpo.

—Eres una cosita endemoniadamente sexi todo ruborizado ¿Por qué mejor no me ayudas a ingresar? Y enciendes el maldito auto que tengo la urgencia de mandarte mano cariño.



































Me parece que mi Alfa está juguetón 😏 y mi Omega que piensa con la cabeza de abajo, pobrecito🤣

Gracias por leer, comentar y votar 😍

♡ "𝑫𝒆𝒗𝒐𝒕𝒐 𝒂 𝒕í" ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora