🐺CAPÍTULO QUINCE🐺

232 57 11
                                    

Observar a mi Alfa mecer entre sus fornidos brazos a nuestra pequeña, luego de dormirme sin saber si despertaría nuevamente, no hace más que emocionarme dando gracias a la madre Luna por permitirme regresar a ti, a ustedes, y a esta hermosa vida como familia de cuatro.

Vida y vivencias por las cuales volvería a transitar exactamente igual. Cada camino, cada momento o situación, porque no hay mejor sensación que sentirme pleno y rebozado de amor junto a ustedes, aunque me queje de a ratos.

Porque luego de dos días de suplicio entre dolor, malhumor y sofocamiento de parte de mi Alfa, mi amigo y su bendita pareja. Ahora me encuentro sentado en la cama del hospital luego de un día completo de aguantar a mi esposo retozar que me quede quieto, que los puntos, que el dolor y no sé que más...

Lo amo demasiado pero ¡Vamos! Ni orinar solo me dejó. Y entiendo su preocupación pero me pone de mal humor que no entienda que también puedo hacerlo solo yo.

"Ese papel tuyo de Alfa malote todo fortachón me lo paso por donde no me da el sol" Le dije luego sentir tanta opresión por su excesivo cuidado, a lo que salió rezongando de la habitación hace un largo rato.

Ya se que ser Omega es como el eslabón débil en mi raza, pero yo de débil tengo lo que mi pequeño Dong-yul tiene de paciencia. ¿No tiene a quién salir, no?

Ahora mismo, no sé si serán los calmantes intravenosos que me tienen en este estado de paz y amor, porque aunque mi mente de mil vueltas mi cuerpo no responde como quisiera.

Observo de soslayo a mi pequeña dormitar en su cunita arropada de pies a cabeza con un enterito peludo rosa, que de seguro mi amigo se encargó de comprar, porque estoy seguro que todo rosa no tenía preparado en el bolso.

—¡Y bien papi ! ¿Cómo estamos? —consulta la Omega enfermera con sus senos saliendo del delantal. Y no puedo dejar de bufar imaginando que venía a refregárselos a mi marido y en mi propia cara.

—Bien... —artículo y de mala cara.

—Procederé a retirarle el suero, luego de la visita del doctor -posiblemente- le den el alta. Aún así no debería andar moviéndose tanto... ¿Y su marido que no lo veo por aquí? 

"Pedazo de loba en celo" medita mi  cabeza pero levantando mi rostro todo orgulloso respondo: —Extrañándome seguro.

_Eso dalo por hecho, aunque prefiero cuando no me mandas a tomar por donde no te da el sol, cariño mío —responde mi Alfa en el ingreso ante mi cara de pocos amigos.

Y enseguida se retuerce entre sus escasas prendas, la enfermera toda atenta a la cachorra. Dejando de frente a los agrandados ojos de mi Alfa, sus enormes pechos turgentes.

Y envalentonado en mi rabia que resurge como lava ardiente le cuestiono: —A ver si se aleja de mi pequeña, no vaya a ser que la deje ciega si se le revienta ese escote suyo. Y de paso, puede privar de visión mejor a cierto observador de lo que no es suyo...

Me giro trompudo de lado dando la espalda al que tengo por marido, que si tuviera mas fuerzas le coloco el porta suero en la cabeza.

Un silencio atroz seguida de unas risotadas que reconozco a lo lejos como la guasa sonrisa de mi amigo, se escuchan por detrás.

Y luego de unas cuantas palmadas y de dar el pésame por parte de Nam a mi marido, percibo a mi pequeño aposentado sobre mis rodillas.

—Api ¿puede ser que dejes de pelear con mi papi que solo tiene ojos para ti —el pequeño Dong-yul observa de soslayo a la enfermera mientras acomoda el porta suero en retirada y volviendo su mirada murmura por lo bajo —. Y para ese par de tet...

—¡Jeon Dong-yul! —exclamo cortando su labia a lo que todos estallan entre suaves risas despertando a mi pequeña.

Jin, de inmediato eleva a la pequeña entre sus brazos mientras su tío Nam le habla en un idioma extraño y yo, le comento a mi pequeño que no debe decir semejantes palabras. En eso, percibo el agarre suave de unos fuertes brazos por mi espalda seguidos de un susurro cálido sobre mi oído.

—¿Te he dicho que verte celoso y todo hormonal vuelve loco a mi lobo?

_Pues que bueno que tu lobo sea fiel a mí persona, porque el portador del animal, deja mucho que desear —objeto sin ni siquiera mirarlo.

A lo que mi pequeño entre pequeñas risillas afirma: —Son tal para cual papis, mejor los dejo y me voy con los tíos a mal enseñar a mi hermana. El tío Jin dijo que tengo que ser experto en eso...

Pega la vuelta y se retira meneando su cabeza. Y cuando quiero objetar que ni sueñe con darle maña que luego tengo que aguantarla yo, percibo un húmedo y caliente lametón sobre mi marca seguida de unas profundas palabras que activan mi conmoción, olvidando hasta mi habla.

—No veo la hora de renovar entre fuertes estocadas mi reclamo sobre tu delicioso cuello, mi hermoso Omega...

Por instinto, ladeo mi cabeza entregando hasta mi alma. Y no puedo creer cómo me puede maniobrar y saber tocar cada parte de mi cuerpo como un interruptor que actúa a su maldito antojo.

—Amo tu entrega y aflicción, pequeño cachorro mío. Soy tuyo hasta los huesos y tú lo sabes bien aunque te pongas celoso.

Lame y besa mi cuello a su antojo hasta que un sonoro quejido, algo erótico, escapa desde la profundidad de mi garganta alertando al entorno. Entonces, viro enfocando mi visión al trío frente a mis ojos.

—¿Será posible que se puedan comportar? Encima de que casi pariste en el asiento posterior de tu auto ¿Pueden respetar la cuarentena?

—Dos días les doy —dice Nam a su costado y es fulminado por los ojos de su amado mientras nos reímos para alivianar la situación ante el cuestionamiento del pequeño observador que entre caras de asco, exige regresar en el auto de sus tíos hacia su hogar, porque ni aunque le paguen, sube al auto de sus padres.
















































A JIN LE VA A DAR UN INFARTO CON LAS REACCIONES DE ESTE PAR🤣

USTEDES DICEN QUE RESPETAN CUARENTENA?🤔

BASTA QUE EL ALFA TODO MALOTE LAMA Y... CAGASTE OMEGA 😏🤣


♡ "𝑫𝒆𝒗𝒐𝒕𝒐 𝒂 𝒕í" ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora