🐺CAPÍTULO TREINTA Y CUATRO🐺

167 50 22
                                    

He dormitado por unas horas y pareciera que fueron segundos, porque mi cabeza estalla en diez mil pedazos y sin ningún maldito rumbo. Es que entre el labor en la productora a medio tiempo y repartir mis tardes en el hospital más el cuidado de nuestros pequeños, me traen bajo el agua en el tema de fatiga y de acumulación emocional.

Mi adolorido cuerpo reclama un descanso eterno para recuperar parte de lo que fui en una época gloriosa de mi vida. Y se que estoy adulto y que los críos han hecho estrago en mi barriga y aún así, necesito sentir esa fortaleza que me transmitías con cada abrazo tuyo amado mío. Para armarme como un inmenso rompecabezas, pieza por pieza, encajando según el destino que me dicte tu presencia.

Y quiero ser fuerte, te juro que lo intento mi amado Alfa, mi compañero... Pero es que te extraño tanto, pero tanto, que no creo que te des una pequeña idea de lo que siento.

Ya han pasado varios meses desde que tuve la cálida envoltura de tus brazos sobre mi vientre, desde que tus besos curaron cada indecisión mía con afecto, desde que abrazaste o alzaste alguno de nuestros retoños mientras reías o decías alguna tontera tuya.

¡Es que parece eterna la espera! Necesito urgentemente que abras los ojos y me observes con esa sexi y renegrida mirada, diciéndome que todo estará bien sin necesidad de decir nada... Solo con la luz que desprende tu mirada enamorada cuando me observas como si el sol estuviera en mi cara.

¡Maldita sea! ¡Maldito el destino que te puso en ese camino! ¡Y maldito tu tonto corazón de pollo, mi Alfa aguerrido! Corazón que por ayudar a quién no puede creer que estés ahí, postrado y por su llamado... Ya no te tengo conmigo.

"Lo lamento" Me dijo -nuevamente- y entre lágrimas el otro día. ¿Pero sabes qué? No creo ni mierda que lo lamente...

Porque ella está de pie y tú... Tú estás respirando continuamente mientras duermes eternamente.

¡Maldición!

Necesito un respiro de todo esto. Preciso recostarme y despertar de este maldito sueño y ver que me esperas con el desayuno o que me despiertas a besos.

¡Y te juro que lo intento! Una y otra maldita vez, pero llegar y verte me parte en millones de pedazos que no logro reunir a tiempo para ponerme de pie.

!Es que te extraño demasiado! Y te amo tanto pero tanto, que me duele respirar porque no estás aquí a mi lado, amor mío.

Quema en lo profundo de mi pecho todo esto que guardo por amarte tanto y que, aunque lo repito constantemente y apoyado sobre tu cuerpo, siento que le estoy hablando a un recuerdo de lo que fuiste hace largo tiempo.

¡Maldita vida! ¡Maldito ese día! ¡Y maldita las buenas acciones de los corazones que no saben de peligro alguno, cuando su instinto les indica hacer lo correcto por el otro!

¿Y Sabes qué? Siempre estuve orgulloso de tí por ser así, pero hoy te juro que te pegaría para que dejes de pensar como el súper héroe que crees que eres. Y dejes de lado esa bondad infinita para ser egoísta a mi lado, aquí conmigo.

—Perdóname amor mío —susurro sobre tu cuerpo secando mis lágrimas  al arribar a tu costado. Porque mi lobo percibe al tuyo algo dormido pero atento al fin y al cabo —¡Ojalá pudieras despertar! Y decirme que me amas y que me deje de armar teatro —le comento a su inerte cuerpo.

Y tratando de esconder mi estado, camino hasta el baño para lavarme el rostro mientras te comento que hoy fue un día productivo en la disquera, ya que se ha promocionado a un solista. Y luego, con una fugaz sonrisa, comento que sueño despierto porque grabes un demo con esa magnífica voz de ensueño que posees, algún día.

"Aunque me muera de celos al verlas babear por lo que es mío..." Pero a esto, mejor me lo reservo y aprieto mi boca para que no se me escape ni un gruñido.

—¡Buenos días! —dice la enfermera ingresando a la habitación que visito asiduamente —Hoy toca cambio de sábanas ¿Me ayudas? —e inmediatamente reacciono.

—Déjame que primero le doy un ligero baño, le aflojó un poco el cuerpo y masajeó sus fibras musculares aprovechando el agua tibia —comento, a lo que -inmediatamente- asiente con su cabeza sumado a una agradable sonrisa.

—¿Necesitas ayuda cariño? —consulta la enfermera a lo que respondo con el poco atrevimiento que me queda —¿Y qué me lo veas en pelotas? Definitivamente no, gracias, te lo agradezco —le digo risueño.

—Me gusta verte sonreír cariño, tendré que proponerte ver a tu hombre más seguido para lograr que te conmuevas aunque sea por un momento —me dice.

Ella sale a las risas mientras le devuelvo el gesto. La verdad es que en estos meses, ha sido de gran alivio, escuchando más de una vez mis lamentos, los fragmentos dispersos de mi cuerpo por todos lados y mis llantos repentinos de "no sé si puedo"

—Te necesito Alfa... —anuncio  tomando su mano entre mis dedos —.  Retándome por pavonear mi trasero sobre tu cintura o simplemente, sofocándote con mis caricias y besos que no te dejan tranquilo —finalizo con un deje de sonrisa provocado por la nostalgia y el recuerdo.

Luego, te doy un efímero beso sobre el dorso de tu mano y me dirijo al baño nuevamente. Y mientras caliento el agua y preparo lo necesario para el aseo, recuerdo contarte que la pequeña princesa ha dado la nota en casa.

—¿A qué no sabes quién empezó a comer sus papillas cariño? Bueno, comer como quién dice comer, es un modo de decir. Porque es más lo que recibe el piso que lo que ingresa a su pequeña boquita. Pero el problema reside en cuando las larga ¡Te la regalo! No queda nadie en casa —me río solo de los recuerdos y cuando giro mi cuerpo hacia tu lecho, se me transforma el rostro y me invade una tremenda angustia por completo.

Aún así, me arrimo hasta tu lado y me deshago de la sábanas que recubren tu demacrado cuerpo. Estos meses has perdido bastante tono muscular, y debo activarlos mediante masajes que me enseñó tu fisioterapeuta para evitar la atrofia muscular.

Así que una vez a tu lado, con el cubo de agua tibia más un pañuelo, procedo cuidadoso a tu lavado. El contacto de mi piel contra tu cuerpo es gratamente satisfactorio, porque grabo como tinta cada centímetro tuyo. Y aunque estés más debilucho, aún conservas esa impronta de macho Alfa como sello.

Paso el paño por cada centímetro de tus muslos y luego, procedo a moverlos con un ligero masaje. Percibiendo como tu cuerpo se tensa y se relaja de a momentos.

Y continuo contándote cosas triviales, del día a día de los niños, o de mi trabajo, mientras aseo cada centímetro tuyo. Mi respiración se acelera sobre que apoyo mis pequeñas manos sobre aquel cuerpo que tanto placer me ha dado y hoy parece muy indefenso.

—Te amo amor mío —susurro cerca de tus oídos como intentando que me escuches en lo profundo tuyo...

Y cuando no recibo respuestas, me dejo caer derramando todas aquellas lágrimas que se agolpan en la naciente de mis ojos. Perdiendo, aunque no quiera, la fuerza que me caracteriza y derrumbándome de nuevo sobre tu cuerpo.

En un momento, y dentro de mi nube de conmoción, percibo un ligero roce sobre mi rostro. Pero como estoy abarrotado sobre tu cuerpo y abrazando tu brazo como si estuvieras huyendo. Pienso que es mi imaginación.

Y secando lo que puedo del resto de mis lágrimas, empiezo a acomodar tu cuerpo lentamente y con todo mi amor. Lo que menos quiero es que te enfermes por dejarte expuesto luego del lavado.

Así que acomodo tu ropa con el mayor cuidado y cuando elevó mi visión para ordenar tus cabellos, me encuentro con tus renegridos y brillosos ojos que me observan con atención.

Diciéndome todos los "te amo" que me debías de estos meses y sin emitir nada con tu voz.





























WoW🥺 mi Alfa había quedado inconsciente y en un estado de coma😔

Gracias por leer, comentar y valorar🥰

♡ "𝑫𝒆𝒗𝒐𝒕𝒐 𝒂 𝒕í" ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora