🐺CAPÍTULO CINCUENTA🐺

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Observarlo darme la puñetera mamada más jodidamente sensual, explosiva, desordenada y con ganas de más, me tiene completamente demente. Su caliente cavidad me recibe gustoso y aunque me afirme con esmero a su garganta, no recula para nada y succiona como si su vida dependiera de mantenerme preso a su cavidad.

El candente momento es tal, que me provoca la inminente necesidad de blanquearlo por completo. A lo cual se le suma la locura que genera su gloriosa entrega más la situación y el momento, haciendo que me ubique de costado para abofetear reiteradas veces su sonrojada mejilla con mi venosa hombría en el ínterin que recoge mis fluidos con su lengua.

—¡Maldita sea Omega! Quiero destrozarte la garganta... —suelto sumido en el fervor del momento y ansiando sentir mi profunda intromisión sobre que coloco mi mano sobre su garganta y me hundo velozmente.

Él, me observa con sus ojos empañados en pasión y les juro que si no me concentro con todas mis fuerzas me vengo de un solo tirón con extremada opresión sobre los confines de esa bendita carita de cordero entregado al matadero.

Así que luego de unos instantes de sentir un incrementado cosquilleo en mi bajo vientre, le digo ronco, bajo y entre susurros preparándome para lo siguiente: —¿Tienes con qué limpiarte cachorro? —mientras aprieto la base de mi explosiva dureza y sin dejar de contornear mis caderas para su continuo atore.

Y ni la maldita pierna dañada me impide hacerme el guapo en este lascivo momento, observándolo todo necesitado de mi falo como yo, de su pecaminosa entrega...

Así que afirmando mi cuerpo a la consola y a sus rubios cabellos, le suelto mientras me observa desde la acuosa profundidad de sus ojos: —Abre tu boquita y saca la lengua.

Y al cabo de unos segundos me descargo furioso como un maldito animal en pleno apareamiento, lanzando sobre su rostro mi espesa semilla y dejando la estela de mis incrementadas feromonas regadas por todo el estudio.

—Mmm... Leche calentita, justo lo que tanto me gusta —sueltas descarado mientras trato de recuperar algo del aire que perdí en la fase aguerrida.

Pero cuando me enfoco en tu acalorado rostro, me invaden unas posesivas ganas de saborearme desde tus humedecidos e impúdicos labios. Así que elevándote de un jalón me aferro a tu nuca para ahogarme en tu saliva que se funde con la mía.

Y es tan perfecto el sentimiento de sentirme tuyo y tú, tan mío, que me olvido del lugar, de lo que está mal y por supuesto que también, de la entrevista laboral. Hasta que el fuerte sonido del celular de mi Omega nos pone de inmediato con los pies sobre la tierra.

Separando nuestros cuerpos para darle espacio de que atienda mientras resguardo mi miembro que está de más entusiasmado todavía, mientras lo observo limpiarse a toda velocidad y tomar la llamada como todo un profesional en tanto acomoda de lado su hombría.

—Déjame aliviarte cariño —susurro bajo y profundo sobre el lóbulo de su oído en cuanto finaliza la llamada y pego mi pecho a su espalda.

—¡Ni lo sueñes Alfa! Mi jefe está en camino para conocerte, así que deja que vea a ver si tengo algún aromatizante aquí abajo —sueltas escapando velozmente desde mis brazos e inmediatamente sonrío cuando veo lo que tienes en tu mano.

—¿Piensas mezclar aromas florales del campo con hediondas feromonas? —le cuestiono risueño porque creo que es mejor dejar el aroma a sexo que potenciarlo con toques dulzones.

Él ,se gira totalmente indignado como si fuera yo el único culpable de lo sucedido hasta que le suelto señalándolo con el dedo: —Ni se te ocurra echarme toda la culpa cariño porque te juro que te subo a esta mesa y te follo bien duro delante de cualquier imbécil que se atreva a ingresar por esa maldita puerta...

♡ "𝑫𝒆𝒗𝒐𝒕𝒐 𝒂 𝒕í" ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora