🐺CAPÍTULO VEINTICINCO🐺

213 55 18
                                    

Observar a mi Omega ofrendado al calor de mi piel me desborda en excitación, así es que me dedico a recorrer cada parte de su cuerpo con suma dedicación. Es que toda deidad, merece adoración.

Percibir como tiembla su dermis ante mis toques solo incentiva a lo que resta de mi celo para tomar cartas en el asunto, provocando que mi temperatura se eleve a sobremanera pero con una situación a favor.

Estoy en pleno uso de mi consciencia, el momento todo loco ya pasó, así que puede disfrutar y hacer gozar a mi sexi cachorro preservando -ante todo- su seguridad.

A medida que recorro su cuerpo con mi lengua, los insanos gemidos que emite desde su caliente boca me ponen duro al instante. Pero ¡Maldita sea que tironea! Ya que siento cómo se desgarra la piel de mi miembro ante cada movimiento.

Pero aún así, nada supera a la maldita sensación de ser el receptor de sus jadeos entrecortados y el ejecutor de su temblor.

Entonces, deslizo mi cuerpo con exigentes besos para acallar su reclamo sobre que vio mi reflejo en el espejo. Ya que a pesar de mis revoltosos mechones mojados y regados por la maltratada piel de mi rostro, se nota demasiado sus raspones. Pero decido dejar para otro momento su cuestionamiento deslizando mi dedo por su lubricado agujero.

Las calientes feromonas inundan todo el baño enloqueciendo a mi mente, y aunque controle mi instinto, mi necesidad de vaciarme como un maldito demente sigue vigente.

Y encima, percibir su excesiva lubricación chorreando sobre la delicada piel de sus piernas no ayuda demasiado.

Su aroma, aunque combinado, sigue dejándome sin habla. Entonces, inspiro una y otra vez para acaparar y sentirme aún más volado.

Mientras millones de colores se suceden en mi cabeza dejando guiar a mi instinto, me cierno sobre la piel de sus brazos sin perderme detalle de cada gesto de su cuerpo.

—Mira cómo me gozas, como disfrutas que adore tu cuerpo, mi caliente y sexi Omega...

Él, abre sus ojos encontrándose con los míos. Y el rubor de su rostro es tan intenso, que roza lo quemado como si se hubiera frotado incesantemente.

Su mirada conmocionada activa mi cuerpo al tomar más de su calor por simple deseo. Entonces, arremeto firme con dos dedos sobre su húmeda entrada extrayendo cuantiosos gemidos sin control desde sus belfos mientras me deleito con apresar -entre mordiscos- cada zona sensible de su espalda.

Luego, me deslizo con húmedos roces hasta llegar a su cuello entre tanto se ladea por instinto y respondo con lamidas sobre su renovada marca. Cada movimiento de su tembloroso ser me eleva en otro plano. Sentirlo tan a gusto y entregado a mi merced, es algo que me fascina.

Ataco su próstata entre mórbidos chasquidos a tres dedos mientras me dedico a chupar cada zona de su delicioso cuello. Repartiendo toques que demuestran mi creciente deseo en tanto no pierdo de vista su reflejo en el espejo.

—A-Alfa... Por f-favor...—jadea desesperado e inclinando su cabeza hacia atrás mientras empuja sus caderas para enterrarse más profundo mis dedos.

—Dime qué deseas cariño... —susurro sobre su oído atrapando el lóbulo de su oreja entre mis laboriosos labios —Si lo que quieres es venirte, hazlo pero dentro de mi boca.

Y de un veloz movimiento se vira buscando mi rostro, y el abandono repentino de su acalorada cavidad fue reemplazado -de inmediato- con su duro miembro en lo profundo de mi garganta.

Pareciera que a causa del calor del momento se olvidó de mi demacrado rostro, porque jalonea sin piedad de mis cabellos buscando liberarse rápido y profundo dentro de mi cavidad bucal. Y al cabo de unos momentos, se viene con un gutural gruñido de satisfacción mientras aprieta con fuerza mis cabellos.

Me sorprende, a parte de mi incipiente dolor en el rostro, una humedad blanquecina que toca parte de mis mejillas. Entonces, elevo mi visión percatándome del suceso en cuestión.

Sus gloriosos pechos emanan el néctar producto de nuestra unión y como ido en su sabor, me elevo sobre que libera mi rostro para succionar de ellos con total fervor.

Mi acción lo toma por sorpresa, pero de inmediato, gime ante mi succión. Así que aprovecho y lo alzo desde sus glúteos enredando sus piernas en mi cadera para así trasladarnos hasta la cama y devorarlo con esmero y devoción.

Observo sobre que lo alzo que no tiene nada sobre su operación, se ha retirado la faja y alguna que otra gasa que usaba para tapar la zona en cuestión, dejando al descubierto la rosada marca del nacimiento de nuestra pequeña.

Así que con suma delicadeza lo cargo y entregó como una ofrenda a nuestro lecho, rodeando su piel con suaves caricias y repartiendo dulces besos sobre cada fracción de su cuerpo.

Luego, me separo de su calor por un momento para así retirar toda ropa que aprieta y estorba a la situación. Mi lisiado amigo asoma húmedo y furioso reclamando por su amor y no lo cuestiono. Es que verlo ruborizado, jadeante, totalmente desparramado sobre el cubre cama y con una mirada anhelante, es el mismísimo infierno hecho persona.

—Eres una belleza total, cariño —digo con sugestiva voz mientras aprieto con firmeza mi duro miembro —. Me dan ganas de follarte duro hasta que desfallezca —comienzo un tortuoso vaivén sobre las venas de mi piel, observando cada una de sus reacciones: su boquita entreabierta emitiendo veloces respiraciones, el movimiento de su agraciada cadera que restriega su necesitada cavidad sobre la manta, los vellos erizados de su nívea piel a medida que me observa. Así es que cauteloso me acerco comenzando por sus torneadas piernas y recorriendo con la yema de mis dedos cada temblor de su cuerpo —. Pero te amo tanto pero tanto —emito a medida que me arrimo a su sensible vientre entre dulces y húmedos besos —, que hoy te voy a amar lento, nada de arrebatos —acerco mis labios a su herida, besando con cariño cada uno de sus casi cicatrizados puntos.

—P-perdóname a-amor mío —susurras entre incipientes lágrimas de gozo mescladas con una pizca de culpa.

—Nada de perdones cariño, tú deberías perdonarme a mí por no poder controlar mi instinto. Y aún así, te quedaste aquí conmigo.

Recorro el mapa de tu codiciado soma para morir entre tus brazos mientras te beso con ahínco y me hundo despacio dentro de tu maravilloso cuerpo...























































🥺¿Por qué no puedo tener un Alfa así, me quieren decir?😭🤣

Gracias por leer, comentar y votar ♥️

♡ "𝑫𝒆𝒗𝒐𝒕𝒐 𝒂 𝒕í" ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora