🐺CAPÍTULO CATORCE🐺

211 59 11
                                    

"Te pedí, con mis fuerzas al universo..."

Observar a mi Alfa carmesí como un pulido rubí mientras toma mi mano con infinito cuidado y empaña el ambiente del más puro amor, provoca que solo puedo proclamar al creador de todo lo que existe, por darme la dádiva de transitar nuestros lobos uno junto al otro...

Porque aunque amarnos en nuestra forma humana ha sido y es, la magnificencia tangible más hermosa, percibir el enlace de nuestros lobos aullándose de afección ante la llegada de nuestra cachorra; no tiene comparación.

Nuestros instintos a flor de piel cada que hay movimientos del doctor sobre mi bajo vientre.

Percibirte acariciar mi rostro ante el primer signo de adormilarse mío para que te escuche proferir dulces palabras cargadas de sostén y de cariño.

Escuchar entre líneas cada vez que tomo conciencia de tus bajos gruñidos en cuanto mi rostro demuestra alguna molestia.

No hacen más que afirmar la devoción con la que me amas. Y eso, me hace el Omega más feliz del universo, aunque tenga la sensación de serlo por poco tiempo...

—Ya estamos papi, solo un poco más y estamos... —se escucha emitir al doctor detrás del gran barbijo y cofia que recubre gran parte de su rostro. Y aún así, puedo discernir la nada disimulada sonrisa del mismo ante los gruñidos de mi Alfa.

—Se... s-siente... r-raro —confieso entre ido mas allá que aquí. Pareciera como que la anestesia pierde poco a poco su afecto, y aunque mi cabeza emita mil palabras, mis labios pesan toneladas cada vez que intento emitir labia.

—Doctor, está pálido ¡Algo anda mal! —escucho entre dormido a mi Alfa refiriéndose a mí con un tono más bajo y sumamente preocupado.

—¡Sus pulsaciones descienden, doctor! —emite una tercera voz que no reconozco antes de caer en un profundo sueño y luego.... la nada.

🐺🧑👶🐺

Los minutos agonizantes de verlo con sus ojos privados de mirarme añorado desesperaron a mi lobo, mi instinto salió a flor de piel, reclamando que lo traigan, que despierte de su ensueño y que regrese junto a mí...

Luego de explicarle la situación en el pasillo a nuestros amigos y a mi pequeño guerrero fortachón, con ayuda del doctor (el cual realizó un impecable trabajo tratando de mantener en orden el quirófano mientras yo revoleaba instrumentos ante tamaña desesperación), me encuentro con mi pequeña princesa entre los brazos.


Mientras arrullo cada sueño y evoco un futuro prometedor al lado de su api. Donde yo soy parte del escenario velando por cada acto, cada sueño, cada paso...

—Tu api va a despertar cariño... Eso te lo aseguro... —le confieso a mi pequeña con un nudo en la garganta que atina a bloquear mi conciencia y desparramar mi cuerpo sobre el cuerpo de mi amado, exigiendo a gritos que abra de una maldita vez sus ocelos.


—Papá... —percibo el toque de mi hombro —, ¿quiere que le revise su pañal? Dentro de un rato le toca su biberón. Si quiere, puede descansar unos minutos. Yo le aviso cualquier cosa...

Con mi mirada perdida en mi pequeña le digo: —Gracias pero no es necesario, la reviso yo. Solo traiga el biberón que yo me encargo.

—Debería mejor descans... —la corto raudamente con mi fría voz en modo automático.

—He dicho que no...

—C-como u-usted q-quiera... —escucho a mis espaldas antes de cerrarse la puerta.

Me incorporo pausado de mi asiento, con mi cachorrita entre dormida -y en mis brazos- para proceder a colocarla sobre la cuna y así poder inspeccionar su pañal. Y haciendo acopio de todas mis fuerzas por no sollozar como un pequeño lobo perdido bajo la lluvia, reviso su colita mientras me tapo la nariz.

—Pero princesa... ¿Qué mierda te tragaste adentro de la panza de tu api? —cuestiono porque lo que encuentro en su pañal, parece el resultado fallido de algún experimento y encima, podrido.

—Hay cariño... —le digo a mí adormecido amor —Más te vale que despiertes para hacerte cargo del turno de cambiado que te toque —digo observando el  adormilado rostro de mi Omega de soslayo y evitando suspirar más de la cuenta, para así no derramar las lágrimas que se acumulan con fuerza sobre la naciente de mis ojos.

Al finalizar con su cambio la recuesto sobre su cuna. No sin antes depositarle un efímero beso cargado en sentimientos encontrados, porque aunque quiero estar feliz por tenerla conmigo, mi corazón se desangra de ver a su amado padre postrado en una cama.

No hemos decidido su nombre, aún.

Y observando su cuerpito arropado y dormido le susurro: —Myeong-Suk... Así podrías llamarte mi princesa, es un nombre que significa "Luz pura" Porque eso, es lo que eres para mí.

—M-me... g-gus...ta —escucho entre sueños codiciosos de tenerlo todo conmigo hasta que reacciono...

Y girando -velozmente- mi cabeza, conecto tu adormilada mirada junto a la mía... Mirada que desgarra en lágrimas que no se contienen.

Obligo a mis piernas a responder al comando de llevarme -velozmente- a tu lado mientras inspiró profundamente. Y así retener cada gota de oxígeno a tu lado en el ínterin que detengo el lapsus de tiempo y espacio entre nosotros.

—C-cariño m-mío... Estás aquí conmigo... Regresaste conmigo —susurro entrecortado sobre su cuerpo, acariciando con sumo cuidado su adormilado rostro y acunando sus mejillas con la mínima presión para no romper el hilo que nos une entre sollozos.

—T-te... e-es... cuché... —¡dicta su rasposa voz entre mis manos.

Y acunando su rostro, nuevamente me aferro a sus labios mientras nuestras lágrimas se unen en un sendero entre lamentero y gozoso, con el fin de sellar la promesa de una eternidad juntos...
























































LA HIPOTENSIÓN SUELE SER COMÚN COMO CONSECUENCIA DE LA ANESTESIA LOCAL PARA UNA CESÁREA🥺

PERO POR SUERTE, PASO RÁPIDO🥰

GRACIAS POR ESTAR😍









♡ "𝑫𝒆𝒗𝒐𝒕𝒐 𝒂 𝒕í" ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora