🐺CAPÍTULO VEINTITRÉS🐺

205 53 12
                                    

"Ven aquí amor mío, te tengo conmigo, duerme tranquilo que yo velaré por tus sueños" Dice mi hermoso Omega mientras acaricia cada fragmento de mi ser, con un profundo amor constante que provoca la pesadez inmediata de mi acongojado soma.

Entonces, me dejo trasportar por sus toques sobre mi sensible piel, que luego de pasar por un incrementado calor ahora se encuentra como abatida pero reviviendo lentamente entre sus brazos...

Cada roce a mis espaldas, cada fricción amorosa acompañada de sus tiernos besos a mis cabellos mientras pego mi frente a su cálido pecho, se perciben como en casa.

Un lugar tan afín, tan seguro, donde puedo sembrar mi futuro sin meditar las consecuencias, donde no importa la decisión que tome porque solo basta con que me tengas en tus brazos.

Entonces, de repente, un vaho de humo se eleva por sobre nuestros cuerpos impidiendo mi visión de manera repentina. Y de un momento a otro, me tienes acorralado contra tu pecho y sobre mi espalda susurrando en el lóbulo de mi oreja, que todo está bien, que no tema y que estás aquí para velar por mí...

Entonces, los roces perezosos de sus pequeños dedos que dibujan mapas imaginarios sobre la dermis de mi pecho, logran dejarme en un estado letárgico.

Y ofrendado hacia sus manos, para que construya grandes templos sobre la piel de mis brazos, me dejó hacer a su antojo mientras disfruto de su relajante toque..."

Inspiro profundamente como perdido en un acogedor sueño hasta que percibo paulatinamente llenar mis fosas nasales con agua helada.

El sobresalto que me provoca es tal, que logro despertar de mi ensueño conmocionado mientras expectoro sin control para despejar mis vías superiores del líquido que me ahoga a sobremanera.

Y al cabo de unos minutos observo todo a mi alrededor, tratando de orientarme en donde estoy o lo que hago. Encontrar algún punto de conexión en donde pase de transmutar de estar cálido en los brazos de mi amado Omega a estar ahogado y atorado.

Me encuentro completamente desnudo y acostado en el interior de la bañera repleta de agua que rebalsa sin detención alguna. Y más aún, lo hace en cuanto me incorporo a sentarme velozmente al tomar real consciencia de que todo era solo un anhelado sueño producto de mi fatiga o mi reciente calor.

No sé si han pasado minutos, horas o es el comienzo de otro día, solo distingo un apetito voraz en mi interior.

Y aunque mi cuerpo conserve algo de temperatura, estar consciente de mi alrededor me supone estar sobre el final de mi ciclo de calor. Y eso, es una gran noticia.

Me incorporo temblando aunque mi piel se encuentre acalorada. Meditando sobre el paradero de mi Omega y con un creciente nudo desde mi interior. Es que la culpa me acosa intensamente aunque haya tomado una firme decisión.

Dentro de los fragmentos que obtengo de mi memoria antes de la pérdida del resto de mi total consciencia, recuerdo los llantos desconsolados de mi amor, su clamor desesperado por ayudar con mi calor y la percepción de la angustia de mi enlazado.

Y maldita sea si eso no me pesa sobremanera...

Es que mi lobo quedó algo descontrolado luego de mis años de adicción. Y aunque haya recuperado parte del control del lado humano, no puedo dominar -del todo- mi instinto durante una creciente ola de calor.

Y me refiero a parte del control de mi lado humano, porque no estoy totalmente recuperado. Lucho día a día contra cada tentación que se presenta a mi lado. Y muchas veces, los momentos de estrés al límite de mi soporte, me llevan a recordar y necesitar ese característico aroma y sabor.

Y no le he dicho a mi valiente Omega que desde que su aroma mutó al mezclarse con las feromonas de nuestros cachorros, a mí, me ha costado un montón.

Es que... ¡Maldita sea! No puedo regresar con el peso de esa mierda y menos darle pesar al padre de mis amados cachorros.

Demasiado hemos pasado a lo largo de estos años, construyendo nuestro amor como una fortaleza para venir yo con mis mierdas como si fuera un maldito adolescente sin control...

Saldré adelante una vez más como tantas sin recargar la espalda de mi esposo. Sólo quiero que sea el Omega más feliz sobre la faz de la tierra junto a nuestros pequeños.

Y si eso implica torturarme por no saber cómo salir a flote, lo haré con gusto y sin rechistar...

Y hablando de torturas mientras detallo con la toalla cada rincón de mi cuerpo, percibo un ardor ahí abajo. Y grande es mi impresión al observarlo realmente dañado.

Vagamente recuerdo implicarme dolor para controlar mi estado... pero nada de lo que rememora mi mente, le hace justicia a su pobre estado.

Entonces, agarro el pantalón colgado en el gancho y como un deja vù se cruza el cinto de cuero por mi desordenada mente ¡Con razón lo de su color y su paspado! Deberé hidratarlo bien o ponerlo en hielo en todo caso. Porque al maldito despellejado pareciera que le gusta el dolor, ya que se encuentra a media asta y bastante alegre en todo caso.

Ya arropado, me dedico a desplazar el lavarropas que se encuentra delante de la puerta... ¿Es en serio? No puedo creer semejante apronte para controlar al descocado de mi lobo...

Mi estómago gruñe con fiereza y agudizando mi olfato detallo cierto aroma a alimentos al otro lado de la puerta. Entonces, me apresuro a acomodar cada cosa en su lugar porque luego hay que aguantar a mi amado Omega.

Y ante un rápido movimiento mi frente tira repentinamente, asomándose en un sordo dolor junto a flashes que retornan a mi memoria de mi accionar durante la parte más intensa de mi celo.

Me arrimo rápido hasta el lavado y enfrentándome al espejo observo mi demacrado reflejo. La sangre reseca es lo de menos ya que los hematomas y cortadas se diseminan por gran parte de mi rostro, y sobre todo en mi frente.

—Mi Omega me mata... —murmuro a mi reflejo.

Tanto sobrevivir para terminar muerto.

Lavo mi rostro entre refunfuños ya que el dolor me pone de mal humor en plenitud de mis facultades mentales, aunque si al dolor lo implicara mi hermoso Omega... ¡Maldición! Mi retorcida mente no me ayuda para nada, arde la piel de mi cara y tira la piel reseca de allá abajo.




















































Pero que bárbaro!!😏Yo qué les dije, morado es poco😬🤣

Gracias por leer, valorar y comentar 😍

♡ "𝑫𝒆𝒗𝒐𝒕𝒐 𝒂 𝒕í" ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora