Capítulo XVI

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— Aquí vivimos— dijo Aarón señalando la casa.

— Wow— dijeron aquellos que no conocían el lugar pues la casa no era "común", era grande, y por lo visto también era moderna.

— No es muy... ¿grande? — pregunto Yisus mirando la gran residencia.

— No, se supone que aquí debemos vivir al menos 50 personas, aunque solo somos nosotros— aclaro Zac.

— Son los conejillos de india— dijo Sebastián sin pensarlo mucho.

— Algo así— contesto Jamal de manera tranquila.

— Mejor entremos— dijo Daihi algo nervioso por lo dicho.

Todos entraron, los chicos que llevaban una semana viviendo ahí entraron como normalmente lo hacen, pero para los que estaban de vista, pues entraron con "cautela".

— Chale, esto está mejor que mi casa— dijo Yisus mientras observaba el interior.

— x2— apoyo Manuel.

— x3— siguió Edgar.

— x4— también dijo Esteban.

— x5— apoyo Sebastián, a lo cual se lo quedaron mirando raro, ya que normalmente no sigue esas cosas de x algo— ¿qué? — pregunto mientras les devolvía la mirada de rareza.

— Nada— dijeron los cuatro chicos que ya lo conocían de hace un poco más de tiempo.

— Vamos al comedor— dijo Aarón mientras caminaba en dirección a lo mencionado, a lo cual los demás solo lo siguieron, una vez llegaron al comedor todos se quedaron mirando con algo de asombro.

— Demasiado grande— comento Sebastián.

— Es para 50 personas— contesto Zac con algo de molestia en su tono y un tanto de obviedad.

— Que carácter— susurro Sebastián por la respuesta.

— Ya ves porque no me llevo bien con él— le devolvió el susurro Manuel, quien estaba a su lado.

— Sus sapes quiere — susurro Sebastián.

— ¿Se los damos? — pregunto Manuel.

— Sale— y así es como conspiraron dos personas.

— Iré a calentar la comida— dijo Alem quien estaba mirando a los dos chicos que estaban susurrando, ¿por qué?, Pues porque no susurran de manera especialmente baja.

— ¿Y dónde está la biblioteca? — pregunto Esteban, ya que había ido pues tenía que aprovechar.

— Por aquí— contesto Jamal dirigiéndose a el lugar mencionado, y como si se tratara de unos patitos siguiendo a su madre, todos siguieron a Jamal hasta llegar a la biblioteca— está casi vacía, pero es lo que hay— dijo de manera conforme.

Y así es como todos empezaron a revisar los libros, a excepción de quienes ya los habían visto.

— ¿Qué libro recomiendas? — pregunto Esteban a Jamal.

Una charla de libros después.

— Ya está la comida— aviso Alem entrando a la biblioteca.

— Está bien— contesto Aarón y así todos volvieron al comedor.

Después de un rato ya todos estaban comiendo, y era ahí donde se revelaban motivos ocultos, el por qué que estaban ahí, o bueno al menos para 1 persona ese era el único motivo por el que fue.

Sebastián comió toda la comida tan rápido como pudo, ¿por qué?, Pues para poder comer pastel helado.

Después de no más de 10 minutos Sebastián ya había acabado su comida, pero ahora se encontraba en una disputa mental.

Eight beating heartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora