— Que alguien me repita, ¿Por qué vamos todos a mi casa?— pregunto Manuel mirando a todos caminando en dirección a su casa.
— Por obligación— respondió un desganado Sebastián.
— Eso lo sé, yo preguntaba por los demás— contesto Manuel.
— Uno ya no puede ser amable porque luego luego dudan— se quejo Edgar, a lo que Manuel solo alzó ambas cejas y miro con incredulidad.
— Bueno, es que no teníamos otra cosa que hacer— respondió Aarón.
— Eso es más creíble— dijo Manuel.
— Kachale, no me creen— dijo Edgar de forma dramática.
— Ya no se puede con esta juventud de hoy en día— apoyo Esteban.
En lo que eso ocurría había otra escena que había que tener en cuenta, Zac y Vic se estaban dando pequeños empujones y cada vez iban aumentando de fuerza hasta que llegó el punto en dónde Zac se pasó de fuerza e hizo perder el equilibrio a Vic y este cayó.
— Perdón, creo que me pase de fuerza— dijo Zac un poco asustado pues Vic pudo haberse lastimado.
— ¿Oye que te pasa? — reclamo Manuel al instante que vio eso— es 3 años menor que tú— le recriminó pero antes de que pudiera decir otra cosa vio que su hermano no había caído solo— ¿Que haces ahí tirado Sebas?— pregunto después de verlo también tirado.
— Eso mismo quiero saber yo, ¿por qué termine envuelto en el pleito de estos dos?— contesto y preguntó Sebastián— pero aprovechando que estoy aquí tirado, ya me voy a dormir, tengo sueño.
— Estás en medio de la carretera— dijo Edgar con algo de incredulidad.
— ¿Y?, Tengo sueño— dijo Sebastián.
— Te van a atropellar— dijo Esteban.
— Habré vivido una buena vida— dijo Sebastián seguido de un bostezo.
— Ya levántate— dijo Manuel mientras ayudaba a su hermano a levantarse— ¿Estás bien?— pregunto a Vic.
— No, me duele el pie, creo que me lastime— contesto Vic.
— Zac— llamo Manuel enojado al causante de esto— ahora lo vas a tener que cargar hasta que lleguemos a mi casa— ordenó Manuel.
— ¿Por qué? — pregunto Zac algo molesto.
— Porque yo lo digo, y además tú eres el causante de esto— contesto Manuel no de la mejor manera y así a regañadientes Zac tuvo que cargar a un Vic no muy contento, pero tampoco decía que ya no le dolía o sería regañado— y tú levántate— le dijo a Sebastián.
— Ya está— dijo Alem después de haber tomado a Sebastián de los brazos y haberlo levantado.
— Estoy bien chaparro— se quejo Sebastián.
— Bueno entonces continuamos— dijo Manuel y siguieron caminando.
Ya estaban cerca de la casa de Manuel y todo parecía tranquilidad hasta que se escuchó un grito de parte de Aarón.
— ¡¡Un insecto!!— grito asustado Aarón mientras se escondía detrás de Edgar.
— Ay, quítate— dijo Edgar mientras empujaba a Aarón y se escondía está vez detrás de él.
— ¿Les dan miedo los insectos?— pregunto Jamal viendo aquella escena algo peculiar.
— No, me dan asco— aclaro Edgar.
— A mi también— dijo Aarón.
— ¿Cuánto falta para llegar a tu casa? — pregunto Aarón pues ya está algo cansado y fastidiado por los insectos que aparecían.
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Eight beating hearts
Roman d'amourLa vida de 4 chicos se ve completamente alterada por otros 4 chicos, que vienen de intercambio desde otros países. Una historia basada completamente en la fantasía, y uno que otro suceso de la vida cotidiana de cualquier adolescente.