Capítulo XXXII

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El lunes

Iban Esteban, Edgar, Manuel y Sebastián caminando por la escuela hasta que se encontraron con una persona conocida.

— Hola Alem— saludo Esteban.

— Hola— regreso el saludo.

— Hola— saludaron Edgar y Manuel.

— Hola a todos— volvió a saludar Alem.

Sebastián se había quedado atrás pues se le había caído un objeto pero cuando ya estaba cerca de Alem planeaba saludarlo, pero antes de poder saludar escuchó un piar.

— ¿Es un pájaro?— pregunto Edgar mirando que Alem tenía algo entre las manos.

— Si, me lo acabo de encontrar y tiene un ala lastimada— explico Alem.

— Pobrecito— dijo Manuel mientras lo miraba, después de unos segundos volteo a ver a Sebastián con una sonrisa maliciosa— Mira— dijo mientras señalaba al pájaro que tenía Alem en sus manos.

— Tengo algo muy importante que hacer, así que adiós— y así como termino de decir aquello Sebastián dió media vuelta y fue a rodear toda la escuela sin rumbo alguno.

— ¿Le sucede algo?— pregunto Alem algo confundido por su actuar.

— No, nada— contesto Manuel intentando no reírse.

— ¿Y que planeas hacer con el pájaro?— pregunto Edgar

— Cuidarlo hasta que ya esté bien— contesto Alem.

— Bueno, nosotros vamos a buscar a Sebastián— dijo Edgar.

— Nos vemos luego— se despidieron todos.

— ¿A donde se habrá ido?— pregunto Esteban.

— No se, pero de seguro no muy lejos, tienen clases en un rato, ¿no?— pregunto Manuel a Edgar.

— Si, debe de estar cerca del salón— contesto Edgar.

— Pues vamos al salón— dijo Esteban y los tres chicos comenzaron a caminar hacia el salón.

Mientras tanto con Sebastián

— ¿Y ahora qué hago?— pregunto Sebastián al aire pues no había nadie por donde le iba caminando, paso un rato más en dónde el iba intentado averiguar a dónde dirigirse, pero alguien interrumpió sus pensamientos.

— ¿Sebas?— hablo un chico conocido.

— Alan, hola— saludo Sebastián mientras se acercaba al mencionado— ¿Qué haces?— pregunto cuando se percató que esté tenía su libreta en la mano.

— Estoy estudiando— contesto Alan al ver lo que veía Sebastián.

— ¿Estudiando para qué o qué? ¿Qué acaso tienes examen? Todavía no es temporada de exámenes ¿o si?— preguntaba Sebastián.

— Todavía no es temporada de exámenes, lo que pasa es que tengo una exposición en la clase que me toca justo en unos minutos— explico Alan.

—Ah ya veo— dijo aliviado Sebastián— ¿Y de qué es tu exposición?— pregunto.

— Es acerca de los seres vivos, ya sabes de la clase de biología, lo típico que se ve— contestó Alan.

— ¿Y en qué salón te toca?— preguntó Sebastián.

— En el aula que queda al lado de la biblioteca— contestó Alan.

— Si quieres te puedo acompañar a tu salón y después de todo no tengo que hacer— se ofreció Sebastián.

Eight beating heartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora