Capítulo XXXVII

24 3 22
                                    

— Vamos a hacer una fogata— declaró Aarón

— ¿Alguien sabe cómo hacer una fogata?— pregunto Esteban

— No— respondieron Manuel, Zac y Sebastián

— He hecho algunas— contestaron Alem y Jamal al mismo tiempo

— Entonces manos a la obra— dijo Edgar

Y así después de un rato todos terminaron de ayudar a hacer la fogata, aunque Jamal y Alem hicieron casi todo el trabajo.

— Ya está— dijeron una vez la fogata ya estaba hecha y prendida

— ¿Y ahora que?— pregunto Jamal

— ¿Asamos los bombones?— propuso Edgar

— ¿Trajeron bombones?— pregunto Zac

— Pues si, sí vamos a tener la experiencia la vamos a tener completa— respondió Manuel

— Entonces vamos por los bombones— dijo Esteban

— Yo voy contigo— dijo Jamal casi al instante

— Vallan ustedes dos— dijo Edgar

— ¿Y como los piensan asar?— pregunto Zac

— Pues con los palitos bomboneros— contesto Manuel

— ¿Por cierto quien los trajo?— pregunto Sebastián mirando a Edgar y a Manuel

— Yo— contesto Edgar

— Ve por ellos pues— le dijo Manuel

— ¿Yo por qué?— pregunto Edgar en forma de queja

— Pues porque tú los trajiste, y tú sabes dónde los dejaste— contesto Manuel

— Vamos— dijo Aarón tomando a Edgar del brazo y comenzó a caminar así jalando a Edgar en el acto

— Está bien— dijo Edgar una vez ya se había rendido y comenzaba a caminar por voluntad propia

Y así después de un rato se volvieron a reunir todos, al rededor de la fogata

— Ahora si, a asar bombones se a dicho— dijo Edgar algo emocionado

— Si— apoyo Sebastián— Pero, ¿Como se hace esto?— pregunto mientras veía el bombón ya insertado en el palito bombonero

— Pues simplemente se pone en el fuego y ya— contesto Esteban sin entender la pregunta de Sebastián

— A lo que me refiero si es a una distancia del fuego o simplemente se mete en el fuego— intento explicar su duda

— Algunas personas los asan sobre brasas y otras personas simplemente los acercan al fuego, en este caso nosotros vamos a ocupar el fuego— explico Alem

— Oh, gracias— dijo Sebastián mientras intentaba hacer lo que Alem dijo y dejar el bombón a una distancia del fuego— creo que esto no es para mí— dijo después de un rato mientras se alejaba del fuego

— ¿Por qué?— preguntaron Edgar y Esteban que estaban igualmente asando su bombón

— Es qué ya me dió calor, por eso no me acerco al fuego— explico Sebastián mientras se alejaba lo más que podía de la fogata

— Se me olvida que no soportas el calor— se burló Manuel al otro lado de la fogata

— Que conste que está vez, aguante más de lo normal— se defendió Sebastián

— Cierto, ya es un avance— dijo Manuel aún riendo

— Toma— le dijo Alem a Sebastián mientras le extendía un bombón ya asado

Eight beating heartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora