Capítulo XXV

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Con Aaron y Edgar

— ¿Qué es esto?— pregunto Aron señalando unas pinturas en gis tricolores.

— Gises para pintar la cara— contesto Edgar.

— ¿Y si compro una?— se cuestionó Aaron.

— Si quieres, así podrás estar en ambiente— lo ánimo Edgar.

— Supongo que si— dijo Aaron y pidió una de esas cositas, después de pagarla se paró enfrente de Edgar— ¿cómo funcionan?— pregunto mientras lo mostraba.

— Pues solo lo pones sobre tu cara y lo deslizas— explico Edgar.

— ¿Cómo?— pregunto algo confundido.

— Dame eso— exigió Edgar mientras se lo quitaba— agáchate— ordenó, pues la diferencia de altura no era muy notoria pero si era algo. Una vez Aaron se agachó Edgar paso el gis de pintura por sus mejillas así dejando dos pequeñas rayas tricolores.

— ¿Eso era todo? — pregunto algo desilusionado.

— Si— contesto Edgar orgulloso de su trabajo.

— Bueno...— dijo mientras tomaba sus pinturas— me toca a mi— dijo mientras tomaba la cara de Edgar con una mano y con la otra, ahora él, le pasó el gis por la cara.

— Oye— se quejo— yo no quería tener mi cara pintada— dijo mientras se intentaba soltar.

— Espera, falta una línea— dijo mientras se reía levemente.

— Ay— se quejo— apúrate pues, que esto es incómodo— dijo refiriéndose a qué soltará su cara.

— Listo— dijo una vez que retiró el gis de la cara de Edgar.

— ¿Y los demás? — pregunto Edgar viendo a su alrededor.

— No lo sé, los perdí de vista— respondió Aaron también miraba a su alrededor.

— ... ¿Y si los llamas?— propuso Aaron después de un rato de silencio.

— Lo haría, pero no tengo ni saldo ni datos, así que no puedo— respondió Edgar — ¿Y si tú los llamas?— propuso.

— Olvide mi celular— contesto con una mirada incómoda.

— ¿Los buscamos? — pregunto Edgar.

— Si, pero antes sigamos mirando lo que hay— dijo Aaron.

— Está bien— dijo Edgar y siguieron viendo lo que había, y así hubiera seguido de no ser por una persona algo molesta.

— ¿Edgar?— pregunto una voz conocida para el mencionado.

— Roe— dijo con una mirada de fastidio.

— ¿Qué haces aquí?— pregunto mirando que no había nadie a su alrededor, pues Aaron se había quedado entretenido mirando algunas cosas.

— Vine con unos amigos— contesto cortante.

— ¿Y por qué tienes rayada la cara? — pregunto mientras se acercaba a él y ponía su dedo pulgar por dónde pasaba la pintura y la tallaba para quitarla, lo cual incómodo a Edgar por lo que iba a apartar la mano de Roe de un golpe, o ese era el plan, pues antes de que pudieran hacer eso Aaron se adelantó y quitó la mano de Roe de un golpe.

Eight beating heartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora