— ¿A quien llamas mocoso? — pregunto molesto.
— A ti, enano— dijo en un tono burlesco, Manuel quien se había quedado observando todo en silencio tenía ganas de reír pues su hermano se veía realmente molesto y eso, al menos para Manuel, era algo de que reírse.
— ¡Manuel vámonos! — grito.
— ¿Por qué? — pregunto algo confundido e intentando no reírse.
— No me agrada este tipo— dijo señalando a Zac.
— Pues a mí no es como si lo hiciera, pero tengo tarea que hacer así que no— explico Manuel.
— Pero si soy de lo más agradable— contesto Zac haciendo una cara inocente.
— No es cierto— dijeron ambos hermanos.
— Vámonos— exigió el hermano menor de Manuel.
— No puedo— contesto Manuel.
— Entonces me quedo aquí para vigilar a ese tipo— sentenció a lo que Manuel solo suspiro.
— Has lo que quieras— dijo Manuel al menos de esa manera ya no estaría a solas con Zac.
Paso un rato en el que el hermano de Manuel miraba de manera amenazante a Zac y pues Zac solo le devolvía la mirada con un toque de burla, y por otra parte estaba Manuel riéndose a más no poder internamente.
— Aquí está el café— dijo la hermana de Zac apareciendo para romper la tensión.
— Gracias— dijo Manuel.
— Ahora hay alguien más, ¿quieres café? — ofreció con una ligera sonrisa, pero al ver que el niño dudaba en responder decidió ayudarlo— el primero es gratis— dijo aún con una ligera sonrisa.
— Está bien— dijo con algo de timidez.
— Ya lo traigo— dijo la hermana de Zac.
— Así nunca vas a ganar dinero— dijo Zac en un suspiro.
— ¿Y? — pregunto mirando a su hermano con indiferencia.
— Nada— respondió Zac.
Y así paso otro rato, en ese rato siguieron haciendo la tarea, así que nadie hablo, hasta que llegó nuevamente la hermana de Zac y trajo el último café.
— Que lo disfruten— fue todo lo que dijo y se volvió a retirar.
Paso un rato en la que le hermano de Manuel solo daba pequeños sorbos a su café, mientras que Manuel y Zac ya habían acabado de beber sus cafés y Manuel solo veía a su hermano con algo de molestia.
— ¿Si no te gusta el café porque pediste uno? — pregunto algo molesto Manuel.
— Es que... — no sé digno a responder.
— Dámelo— dijo Manuel mientras le quitaba la taza de la mano y él bebía un gran sorbo— ya me tomé más de la mitad, termínate lo demás— le ordenó para después continuar con su tarea.
— Ves, no eres más que un niño— se burló Zac mientras mostraba su taza basia.
— Nadie pidió tu opinión— le respondió.
— Ya dejen de pelearse que hacen que me duela la cabeza— dijo Manuel mientras tocaba con la yema de sus dedos su cabeza.
— A ti todo te da dolor de cabeza— dijeron ambos chicos, a lo que se voltearon a ver algo molestos.
— No es cierto— negó Manuel ahora queriendo reír más que antes por la cara de los chicos que se encontraban con él.
Mientras todo eso sucedía afuera no muy lejos de la cafetería:
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Eight beating hearts
RomanceLa vida de 4 chicos se ve completamente alterada por otros 4 chicos, que vienen de intercambio desde otros países. Una historia basada completamente en la fantasía, y uno que otro suceso de la vida cotidiana de cualquier adolescente.