Eight beating hearts

Capítulo XLI

Algunas horas más tarde, pero en se mismo día

— Hasta que salimos— festejo Daihi

— Ya sentía que esto no se iba a terminar— lo apoyo en el festejo Edgar, una vez llegaron a la entrada de la escuela se encontraron a una persona

— ¿No tardaron mucho en salir?— pregunto Alem mientras esperaba enfrente de las escaleras

— ¿No crees que tú tardaste menos de lo normal en salir?— cuestiono Edgar mientras comenzaban a bajar las escaleras

— Puede que si— contesto Alem

— ¿Ya nos vamos?— pregunto Aarón una vez ya estaban debajo de las escaleras

— Pues ustedes van para allá, y yo voy para allá— dijo Alem señalando dos lados contrarios

— ¿Por qué?— pregunto Daihi

— Debe pagar una deuda— contesto Sebastián

— Bueno— dijeron Edgar, Aarón y Daihi

— Hasta mañana— se despidieron

— Hasta mañana— dijo Sebastián y Alem

Ambos chicos caminaron hasta llegar a la nevería, a veces Alem hacía uno que otro comentario, pero no lograba entablar una conversación completamente

— Otra vez lo estás haciendo— comento con un tono molesto Alem

— ¿Haciendo que?— pregunto Sebastián mientras miraba su helado que le acaban de entregar

— Empiezas a evitarme— contesto Alem

— ¿Evitarte?— pregunto Sebastián sin entender

— Si— contesto con una mirada algo molesta

— ...— Sebastián se quedó pensando en a qué se refería Alem— Ah ya— dijo mientras se daba cuenta

— Entonces ¿Por qué lo haces?— pregunto un poco molesto

— Si, bueno... Tenemos que hablar— dijo Sebastián para acto seguido meterse el helado en la boca. Paso un rato y ambos se sentaron en frente de la atracción principal de aquella pequeña ciudad, el reloj, ambos gustaban silencio, Sebastián no sabía cómo comenzar, así que decidió dejarlo a la suerte y decir lo primero que se le viniera a la mente

— ¿Entonces?— pidió una explicación Alem

— Lo que pasa es que no quiero tener problemas con tu novia— explico Sebastián mientras sentía como se comenzaba a formar un pequeño y agudo dolor en su pecho

— ¿Novia?— pregunto Alem desconcertado

— Si, una chica vino en la tarde y me dijo que si me volvía a acercar a ti me haría la vida imposible, y la verdad no quiero problemas, así que, supongo que lo mejor es crear una distancia— terminó de explicar Sebastián, en ese momento Sebastián sentía como si algo en su pecho se hubiera roto— Creo que si me gusta— pensó y seguido de ello dejo salir una leve sonrisa

— ¿Quien era esa chica?— pregunto Alem con una ligera idea de quién podría ser

— No se, creo que hiciste un trabajo en equipo con ella hace algunas semanas— explico Sebastián mientras miraba a la punta de aquel gran reloj

— Ya se de quién me hablas, y no es mi novia— dijo Alem, eso hizo que el dolor que estaba sintiendo Sebastián se desvaneciera en ese mismo instante, como si de magia se tratase— se me confesó, pero la rechace— explico

— ¿Por qué?— pregunto Sebastián, mirando con curiosidad a Alem

— Por qué ya me gusta alguien— contesto con una sonrisa, eso solo hizo que Sebastián volviera al estado en el que se encontraba hace algunos segundos

— ¿Quien es?, Si se puede saber— pregunto Sebastián intentando fingir curiosidad

— Es un chico mucho más bajo que yo, se enoja si se meten con su estatura y eso lo hace lucir tierno hasta cierto punto, es distraído, torpe, no capta indirectas— comenzó a dar pequeños datos sobre aquella persona y Sebastián solo intentaba encontrar a alguien con es descripción

— ¿Lo conozco?— se atrevió a preguntar

— Si, y lo conoces más que nadie— dijo Alem riendo entre dientes

— ...— Sebastián solo se quedó pensando en lo dicho por Alem— me rindo— susurro

— Está bien, te daré otra pista— dijo Alem con algo de gracia pues se podía ver qué Sebastián estaba pensando lo más que podía— Es rubio, la mayoría de las personas creen que es teñido pero el afirma que es natural— definitivamente si con eso no entendía Alem se pondría a reír a carcajadas

— ...— Sebastián seguía pensando, pero poco a poco comenzó a darse cuenta de a quien se refería Alem, sin darse cuanta comenzó a sonrojarse

— Así es— dijo Alem al ver que Sebastián ya estaba rojo a más no poder— me gustas— confesó, eso solo causo un caos en la cabeza de Sebastián, si seguía respirando era porque eso lo hacer el cuerpo por si solo, sino ya estaría llendo hacia la luz

— ...— Sebastián había quedado en blanco, su cabeza no funcionaba, cerebro.exe había dejado de funcionar

— ¿Y tú? ¿Que sientes por mi?— pregunto Alem algo tímido

— Bue... Cóm... Yo... No... Di... Si— definitivamente su cerebro lo había abandonado, no lograba articular ni una palabra, se detuvo en su intento de responder, respiro profundo y con una voz temblorosa, y muy baja dijo— también me gustas— después de eso su cara ya estaba más roja que un jitomate bien maduro, Alem sonrió ante eso

— Entonces ¿Serías mi novio?— pregunto con algo de nerviosismo por la respuesta del contrario, Sebastián solo asintió con la cabeza, pues sabía que si intentaba decir algo... Saldría mal. Alem le se acercó a él y lo abrazo, Sebastián correspondió, pero la diferencia de altura hizo que Sebastián quedará oculto en el pecho de Alem, así escuchando el apresurado corazón del mencionado, eso solo hizo que Sebastián comprendiera al 100% que sus sentimientos eran correspondidos

Sábado por la mañana

Alguien en la residencia de los chicos tocó la puerta

— Alguien habrá— grito Aarón sentado en el sofá de la sala mientras veía la televisión

— Estoy ocupado— grito Daihi sentado en el jardín con un libro

— ¿Donde está Jamal?— pregunto Aarón

— En su cuarto— respondió Daihi

— ¿Y Zac?— volvió a preguntar

— Salió en la mañana— volvió a responder Daihi

— Alem, abre la puerta— grito nuevamente

— Estoy ocupado en la cocina— contesto desde la cocina

— Sebastián, abre la puerta— volvió a gritar Aarón después de recordar que este se encontraba en la residencia

— Pero si yo soy un invitado— se quejo Sebastián desde la cocina

— ¿Y?¿Piensas que este cuerpo se va a levantar solo para abrir una puerta?— pregunto Aarón señalándose a si mismo y luego la puerta

— Por eso nadie los visita— reclamo Sebastián dirigiéndose a la puerta para abrirla

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