Edward Pov
-Es....-levanto la mirada y suspiro-El Profesor Salvatore me beso.-dijo seria, mi cara se modificó totalmente.
-¿Qué?
-Lo siento.-dijo con los ojos llenos de dolor, yo no respondo nada, la tomo del brazo con cuidado y la llevo hasta el ascensor.- ¿A dónde vamos?-pregunta, ya que su doctora era en otra dirección.
-Solo espera.-dije con voz contenida, llegamos al último piso, la tomo de la mano y la llevo hasta el último nivel, el techo del hospital, agradezco que el tiempo no sea muy frío, jamás dejaría que ella se enfermera por mi culpa, ella me mira con miedo y se abraza, tal vez no haga mucho frío pero ella tiembla, me golpeo mentalmente y me quito el saco y se lo extiendo ella me mira con desconfianza.-Póntelo no quiero que te enfermes, no es bueno en tu estado.-digo pero mi voz suena más dura de lo que esperaba, ella también se sorprende y se hace un paso atrás, suspiro y la miro más tranquilo.-No me gustaría que te enfermes.-digo en un tono más tranquilo, ella suspira y toma el saco y se lo pone.
-¿Qué hacemos aquí?-pregunta después de un rato, yo simplemente no sé qué decir, ella me mira con miedo y temor a mi reacción.
-¿Te gusto?-pregunte, esa era mi mayor preocupación, sí ella acepto aquel beso de buena manera quería decir que tal vez sentía algo por él.
-¿Qué?-la miro y ella se ve confundida.
-El beso ¿Te gusto?-pregunto nuevamente.
-Claro que no.-dice con el ceño fruncido, un suspiro sale de mí, como si me hubieran quitado un peso de encima.-¿Qué piensas?-pregunta, yo la miro y me acerco, la atrapo entre mis brazos y la beso, quiero sentirla mía, solo mía, en ese beso hay posesividad y unos terribles celos. Ella me responde el beso con la misma fuerza que yo, la pego más a mí, tanto como nuestros cuerpos pueden.
-Pienso que debo partirle la cara a ese tipo por atreverse a besar a Mi mujer.-digo dejando suaves besos en su rostro.
-¿No estás molesto?-pregunta.
-Estoy muerto de celos, si a eso te refieres.-digo con una sonrisa.-Pero prefiero esta sensación al dolor.
-¿Por qué sentirías dolor?-pregunta inocentemente.
-Si a ti te hubiera gustado ese beso significaría que sientes algo por ese hombre y me dolería en el alma que así fuera.-digo mirando sus ojitos confundidos, ella niega y baja la cabeza.
-¿Cómo puedo hacer que entre en esa cabeza tuya que te amo? Solo a ti, no hay nadie más.-dice tomando mi rostro entre sus manos.
-No dudo que me ames-digo tomando sus manitas y besándolas con cariño.-Temo que te canses del drama que te he hecho pasar, primero escondernos, luego mi padre y sus tonterías de que no debemos estar juntos, lo de Alice, lo de Charlotte, todo esto solo para que estés conmigo.
-Ha valido la pena.-dice mirándome fijamente.
-Ahora lo crees así, pero que pasara cuando el enamoramiento pase y...
-Edward, te amo. No importa lo que pase, puedo enfrentar cualquier cosa por estar contigo, ¿Por qué no confías?-suspiro y niego con la cabeza.
-Porque no tiene sentido ¿Por qué quieres estar aquí, conmigo? Si puedes estar con cualquier otro con quien todo será más sencillo.-le explico ella bufa molesta.
-¡PORQUE NO SON TÚ!-grita desesperada.- ¡Te amo a ti! Solo a ti. Y más te vale que entre en esa cabeza tuya de una vez por todas porque no pienso dejarte ni ahora ni nunca.-me grita antes de besarme de esa manera que me roba el aliento, la abrazo, pegándola a mí tanto como puedo, quiero creer, así que dejo mis dudas por un momento y la beso con todo lo que siento por ella, la amo, todo estará bien mientras estemos juntos.
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el profesor cullen
FanfictionUn romance prohibido, él un hombre 10 años mayor, sexy, atlético, atractivo y jodidamente follable, ella una joven estudiante de 17 años, la atracción es inminente, estaba mal pero eso mismo lo hacía más atractivo, esconderse y tener sexo como dos s...