Edward Pov
Alrededor de la media noche yo seguía completamente alterado, no podía creer que Carlisle, el hombre que admire toda mi infancia y el cual había sido ejemplo por tantos años no fuera mi padre, era casi absurdo de creer, a mis 29 años no se suponía que pasará por estas cosas, había rentado una habitación en un hotel, simplemente no quería toparme con mi realidad aun, extrañaba a mi hijo y a mi Bella pero si iba al apartamento seguro ahí me toparía con la familia esperando a verme, le mande un mensaje a Bella de que estaba bien y que no se preocupara, pero una hora más tarde escuche que tocaban la puerta, estaba ya en pijama intentado conciliar el sueño pero solo daba vueltas en la cama, cuando escuche la puerta me levante confundido ¿Quién podría ser?
Al abrir la puerta me tope con una carriola y mi hermosa prometida con un par de maletas incluida la pañalera de Ethan.
-¿Bella?-pregunte sorprendido ¿Cómo había logrado encontrarme? Ella me regalo una gran sonrisa, de inmediato la ayude con Ethan y las maletas, dejando todo sobre el sofá.-¿Cómo...?-ella se acerco y se refugió en mi pecho.
-Estaba preocupada y con el GPS de tu celular llegue hasta aquí. No quería que estuvieras solo.-dijo bajito, sonreí tiernamente y la abrace con fuerza, en realidad la necesitaba a mi lado ahora.-¿Cómo estás?-pregunto levantando el rostro.
-Confundido.-dije sin encontrar una palabra mejor para describir lo que sentía.
-¿Quieres hablar de ello?-pregunto mirándome con aquella mirada inocente y dulce, amaba tanto a mi castaña. Suspire y negué.
-Hoy no, solo quiero dormir contigo y Ethan entre mis brazos.-dije con una sonrisa un poco más sincera. Entonces el llanto de mi pequeño se escucho en toda la habitación, sonreímos y me acerque a su carriola para tomarlo entre mis brazos.-Tranquilo, campeón.-dije meciéndolo suavemente, Bella y yo habíamos aprendido como calmarlo y hacerlo dormir.-Te extrañe.-dije dejando un beso en su frente, él dejo de llorar y me hizo sonreír.
-Debe estar cansado.-dijo Bella mirando a nuestro bebé empezar a quedarse dormido de nuevo.
-Vamos a dormir.-le dije pasando un brazo por su cintura mientras la guiaba hacía la habitación, nos acomodamos con Ethan en medio de los dos él estaba boca abajo con sus manitas bajo su cabeza y sus trasero levantado, era un niño adorable, lo amaba tanto que no podía pensar en separarme un solo día de él, el solo hecho de pensar en pasar un solo día lejos o perderme uno de sus logros me ponía mal, por eso no entendía porque si Aro sabía todo eso pudo mantenerse alejado por 29 años, ¿Por qué ahora? ¿Qué demonios ganaba ahora?
Después de que mi familia llego pude dormir mucho mejor, eran como un tranquilizante y me daban una paz interna que nadie más podría, en la mañana pedí el desayuno y como Ethan ya estaba despierto lo limpie y le cambie de ropa, mientras Bella podía dormir un poco más, mientras el desayuno llegaba acomode a Ethan en mi pecho, llevaba un mameluco de rayas y un gorrito azul, tenía su manita en su boca por más que la quitará de ahí, él seguía llevándosela a la boca, sonreí, era un niño grande y fuerte, tenía ojos verdes y cabello castaño, era mi hijo y lo amaba.
-Te amo.-dije bajito, sus ojos me miraban con curiosidad y entonces soltó una carcajada haciéndome sonreír. Tocaron a la puerta y me levante con el brazos, llego el desayuno y lo llevamos hasta la recamara, el camarero se fue y Ethan y yo nos acomodamos al lado de Bella.-Hay que despertar a mamá.-dije sonriéndole a mi hijo, él me miro fijamente y volvió a chupar su mano.-Amor.-dije moviendo levemente a Bella, ella hizo un mohín adorable.-Despierta cariño, trajeron el desayuno.-dije besando suavemente su espalda, ella suspiro y se levanto.
-Hola.-dijo con los ojos adormilados, sonreí y le tendía a Ethan para traer la comida. Ella lo tomo entre sus brazos mientras yo traje las bandejas con fruta, huevo, tocino, hot-cakes, jugo y café.-¿Tienes hambre bebé?-le pregunto a nuestro pequeño, sonreí me gustaba mucho ver a Bella alimentar a nuestro hijo, sonrió y lo acomodo en su pecho y saco su seno, Ethan rápidamente busco el alimento que le daba su madre y comenzó a comer desesperado.-Tranquilo, peque.
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el profesor cullen
FanfictionUn romance prohibido, él un hombre 10 años mayor, sexy, atlético, atractivo y jodidamente follable, ella una joven estudiante de 17 años, la atracción es inminente, estaba mal pero eso mismo lo hacía más atractivo, esconderse y tener sexo como dos s...