Ethan Pov
Había sido un largo día, estaba cansado, solo quería dormir durante las próximas 12 horas, pero la verdad cuando cerraba los ojos lo único que podía pensar era en Hannah, estaba furioso con ella, pero al mismo tiempo la quería, me preocupaba por ella, verla tan asustada me ponía mal y solo quería abrazarla y repetirle que estaría bien, todo estaría bien.
Pero ella me alejaba, mientras yo luchaba por recuperar aunque fuera un poco de lo que llegamos a tener, aunque me viera como su primo, yo quería creer que me quería al menos de esa manera, pero era tan difícil, habían pasado ya 5 meses y seguía igual, me odiaba por todo y luego me llamaba en la noche más que enojada para reclamarme cosas que no tenían sentido alguno, por Dios acaba de entrar a la Universidad, en la carrera de medicina, lo único que quería hacer con mi tiempo libre era dormir, no recibir llamadas de odio a las 2 de la mañana.
-Hola.-dije molesto, estaba volviéndome loco todo esto, escuche un sollozo al otro lado del teléfono.-¿Hannah?-pregunte confundido, mire el reloj y pasaba de la media noche.
-Se mueve.-dijo entre sollozos, yo estaba medio dormido así que me quede confundido.
-¿Qué se mueve?-pregunte pasando mi mano libre por mi rostro intentando desperezarme.
-¡Ethan!-me grito de pronto molesta, yo abrí los ojos sorprendido.
-¡Por amor a Dios! ¡¿Quieres decirle a tu chica que deje de llamar tan tarde?!-escuche la voz de mi compañero de habitación, al parecer tampoco le caí bien a él, suspire y me levante para salir al corredor.
-Hannah, es la una de la mañana, estaba dormido necesito más detalles.-dije sentándome contra la pared, ella suspiro.
-El bebé, se mueve.-dijo más tranquila, sonreí ella no me hablaba del bebé nunca, era nuevo que me diera un detalle tan importante.
-¿En serio?-pregunte con una sonrisa en mi rostro.
-Sí, se está moviendo ahora.-dijo con la voz llena de emoción.
-Quisiera estar ahí para sentirlo.-dije sonriente, ella suspiro.
-Yo también quisiera que estuvieras aquí.-dijo y me sorprendí bastante, era la primera vez que me llamaba para algo diferente a decirme cuanto me odiaba.-Mañana me dirás si es un niño o una niña.-dijo con voz baja, podía imaginarla sentada en su cama acariciando su vientre, debía verse tan hermosa.
-Me alegro.-dije con un suspiro.
-¿Cuándo volverás?-pregunto de pronto, yo fruncí el ceño.
-Bueno llevo un mes aquí así que supongo que para Navidad.-dije pensativo.
-Entonces no estarás aquí cuando el bebé nazca.-dijo y escuche que comenzaba a llorar de nuevo.
-Oh.-fue lo único que pude decir, no entendía porque era yo al que sus hormonas atacaban.
-¡Eres un idiota!-grito de pronto.-Seguro ya estás saliendo con alguien y por eso volverás hasta Navidad.-dijo furiosa, okay, ahora no entiendo.
-¿Qué?-pregunte confundido.
-¡Te odio!-grito antes de colgar, me quede mirando el teléfono y suspire, me levante y fui a mi habitación pero antes de entrar el celular sonó de nuevo.-Lo siento.-dijo entre sollozos.
-Hannah, cálmate.-dije con voz suave, ella lloraba con ganas.
-No te odio.-dijo entre sollozos.
-Sé que no.-dije recargándome en la pared.
-Debo decir algo.-dijo con voz ronca.
-¿Qué pasa?-pregunte.
-No, debo decírtelo en persona.-dijo seria, suspire.
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el profesor cullen
Fiksi PenggemarUn romance prohibido, él un hombre 10 años mayor, sexy, atlético, atractivo y jodidamente follable, ella una joven estudiante de 17 años, la atracción es inminente, estaba mal pero eso mismo lo hacía más atractivo, esconderse y tener sexo como dos s...