Bella Pov
Durante la noche di mil vueltas en la cama para poder dormir pero la maldita sonrisa en mi cara y los recuerdos simplemente no me dejaban, por fin alrededor de las 2 de la mañana me quede dormida. Desperté con mi gran sonrisa engreída en la cara, quería contarle todo a Rose, y tal vez al resto pero era algo que había prometido no hacer, así que no sabía sí debía hacerlo o no.
Tome un rápido baño y me puse el uniforme, sentí una leve molestia pero nada del otro mundo, llegue a la escuela con mi gran sonrisa y mis labios rojos enmarcándola, Rose me vio y desde lejos sonrió. Se acercó y me miro levantando una ceja.
-Esa mirada la conozco, es de recién follada y muy bien follada.-dijo sonriente, yo me sonroje completamente pero no quite mi sonrisa.- ¡Isabella Marie Swan! ¿Quién? Quiero detalles y nombres.-dijo deteniéndome.
-Rose voy tarde a mi clase.
-Pues ya que vas tarde mejor no entras y me cuentas.
-Pero...
-Pero nada, anda vamos.-me llevo hasta las canchas de futbol a sentarnos a las tribunas, suspire sentándome a su lado y ella se sentó mirándome fijamente.-Habla.
-No debería hacerlo.
-¡Bella! Solo cuéntame, he esperado casi dos años a que mi amiga deje de ser una virginal jovencita, así que me merezco saber.
-Ay Rose.-dije suspirando.-Bien, te contaré pero no aquí porque puede que nos escuchen y luego debes prometer que no le contaras absolutamente a nadie.
-Bien. Pero no entiendo ¿Por qué temes que alguien nos escuche? ¿Qué tiene de malo?-me sonroje, malo no era, pero le prometí no contar nada, y si era peligroso que alguien nos escuchara, si esto llegaba a oídos de maestros o alumnos, sería el fin de la reputación de ambos.
-No es "Malo" pero nadie puede enterarse.
-Okay, pero ¿Cuándo me contaras?
-¿Puedes ir hoy a mi casa?
-Sí. Nos vamos juntas y me cuentas todo.-dijo sonriente, nos levantamos y fuimos hasta los pasillos para tomar nuestras siguientes clases, por primera vez iba con una sonrisa a mi clase de biología, Dios si pudiera restregarle en la cara a esa zorra que él era mío, lo haría sin pensar. Al terminar casi fui corriendo a mi clase de Literatura, claro que a nadie le pareció raro pues así era, siempre la primera en esta clase, nos juntamos todas y al verlo entrar se nos cortó el aliento, nos sonrió y todas suspiramos.
-Buenos días Señoritas.-dijo sonriente, me guiño un ojo y sonrío, todas suspiramos pero solo yo sabía el significado de aquella seña. Nos sentamos todas en nuestras sillas.
-Buenos días Profesor Cullen.-está era nuestra rutina, la clase se llenó y como siempre me perdí en aquella voz y esas grandes manos que por experiencia sabía eran la gloria, su cabello era una locura y sonreí, había jugado con ese cabello como quería y lo seguiría haciendo por un tiempo.
Durante toda la clase no puse atención en nada, estaba perdida en los gloriosos recuerdos de la noche anterior, lo bueno era que todos veían normal que me perdiera en mi mundo en esta clase, él me dedico un par de sonrisas que al parecer nadie más noto, y que lograron su cometido poniéndome completamente roja, sabía que él sabía lo que pasaba por mi mente en esos momentos. Al terminar la clase, guarde mis cosas y seguí a las chicas para salir pero antes de que diera un paso fuera su sexy voz me llamo.
-Necesito hablar con usted Señorita Swan.-me sonroje y las chicas sonrieron e hicieron señas raras. Me di la vuelta y en cuanto salieron todos, su mirada seria se fue al carajo y se volvió una mirada llena de lujuria.-Cierre la puerta Swan.-dijo sonriente, yo fui de obediente a cerrarla y por alguna razón me quede ahí parada, estaba nerviosa, ¿Qué planeaba ahora? Sinceramente no me importaba, si quería tomarme en ese escritorio ahora mismo, por mí encantada.- ¿Isabella?-me gire en mis talones y con una sonrisa me acerque a él, sonrió al verme y yo me senté a horcajadas en su regazo, él puso de inmediato sus manos en mi cintura.
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el profesor cullen
FanfictionUn romance prohibido, él un hombre 10 años mayor, sexy, atlético, atractivo y jodidamente follable, ella una joven estudiante de 17 años, la atracción es inminente, estaba mal pero eso mismo lo hacía más atractivo, esconderse y tener sexo como dos s...