Edward Pov
-Papá-le llame, él se giró sorprendido de verme.
-¿Edward? ¿Qué haces aquí?
-Isabella, Bella. ¿Cómo está?-pregunto sin importarme lo que pensará, él frunció el ceño y me miro confundido.
-La hija de los Swan.-pregunto.
-Sí. ¿Cómo está?-iba a preguntar otra cosa pero vio mi desesperación así que solo contesto con un suspiro.
-Ella está en coma.
-No.-dije lleno de miedo, no podía estar en coma, ella debía despertar, él me miraba confundido pero en realidad ahora me importaba si querían juzgarme, no importaba si todos creían que lo nuestro era un error, por mí que se enteraran todos pero yo iba a estar aquí hasta que ella despertara y pudiera rogarle que me perdonara.- ¿Va a despertar?
-No está en peligro si eso quieres saber, pero ahora la hemos inducido en coma porque el golpe la lastimo bastante, así que pare ahorrarle el dolor la dejaremos así por unos días.
-¿Entonces está bien?
-Lo mejor que se puede después de haber sido atropellada, pero en cuanto pase lo peor, la sacaremos del coma. –suspire aliviado, pero aun quería verla, quería cerciorarme yo mismo que ella estaba bien.
-¿Puedo verla?
-Edward solo los familiares pueden entrar a verla.
-Por favor, es importante.
-¿Por qué estás tan preocupado?
-Solo la conozco...
-Sí, pero no explica que estés así Edward. Espero no sea nada malo porque ella es una niña aun.-ella no era una niña, era una mujer, MI MUJER.
-Yo... papá solo es importante, necesito verla, saber que está bien.
-No sé qué pase contigo y esa chica, Edward....
-Por favor, papá.-él suspiro y me miro a los ojos.
-Te dejaré verla, solo unos minutos, mientras sus padres van conmigo para decirles los detalles del estado de Isabella, pero solo serán unos minutos, intenta que nadie te vea pues se supone que no debes entrar ahí, y cuando vayamos a casa me explicaras que pasa con ella.-sabía que tarde o temprano la pregunta llegaría y ahora debía afrontarla pero no importaba, mientras pudiera ver a mi Bella todo estaría bien.
-Claro, solo quiero verla.-él asintió y fue con a la habitación de Bella conmigo siguiéndole de cerca, llamo a sus padres y cuando los vi desaparecer por el pasillo entre a verla.
Mi corazón se detuvo, se veía tan pequeñita, tan frágil, parecía otra ahí, me daba miedo pensar que pude pasar, me acerque y tomo su mano esperando que ella me regresara el apretón pero no lo hizo, sabía que era algo temporal, pero aun así el dolor de verla así me lastimaba.
-Bella, mi amor, por favor perdóname.-mis ojos soltaban lágrimas, estaba con el corazón en la mano, entregándoselo a ella, no me importaba el jodido pasado, solo la quería a ella, quería decirle que era dueña de mi corazón, que solo ella lo tendría por el resto de mis días-Lamento lo que hice mi niña, yo soy un idiota, te lastime y lo siento, no quiero perderte, sé que soy mucho mayor que tú y que pedirte algo a largo plazo es una locura en especial después de lo de ayer, pero por favor, por favor dame otra oportunidad, déjame demostrarte esto que siento por ti. Te amo mi Bella. Creo que lo hice desde el primer día en que te vi, pero soy lo bastante cobarde como para admitirlo, pero ver que podía perderte me hizo abrir los ojos, no pienso dejar que mis miedos me hagan perder lo mejor que he tenido. Cuando despiertes tal vez deba repetirte esto, prometo hacerlo mejor-dije con una sonrisa triste-Tal vez por los siguientes meses no pueda tomar tu mano en la calle porque puede que tengamos problemas por ello, pero solo serán unos meses mi niña, pronto podremos estar juntos como debimos estarlo, no será un estúpido trato de exclusividad, será una relación, seré lo que tú quieras que sea, solo pido otra oportunidad.
Ella ni se inmuto pero quería creer que en su inconsciencia me había escuchado, que tal vez pensaría en darme otra oportunidad, que me daría una oportunidad para pedir perdón y redimir mis errores, lo único claro en mí ahora es que la voy a recuperar, voy amarla lo que me resta de vida y me entregaré a ella sin importarme nada más. Bese su mano suavemente y salí de la habitación, aunque era la último que quería hacer, pero por ahora no podía dejar que otras personas supieran sobre nosotros, debía pensar en ella, estaba por graduarse y eso haría que la expulsaran y eso sí que no.
Me fui a la cafetería a esperar a Carlisle, casi a las 3 de la mañana salió por fin y nos fuimos directo a la casa, yo quería irme a mi apartamento, donde todavía estaba regado su perfume y podía imaginármela acomodando su ropa después de haberse entregado a mí, donde podía jugar con su recuerdo. Pero no me iba a escapar de mi padre, él quería saber que pasaba y no me dejaría ir tan fácil.
Llegamos a casa y gracias a Dios todos dormían, pero él me llevo hasta el despacho esperando una explicación.
-Y bien ¿me contaras que pasa entre tú e Isabella?-pregunto serio.
-Es mi alumna.-dije simplemente, él me miro sabía que eso no sería suficiente.-Yo...es complicado.
-¿Qué tan complicado?
-¿En serio quieres saberlo?-pregunte desafiante, él y mi madre eran buenas personas pero eran tan "chapados a la antigua" que cualquier cosa que se saliera de lo convencional lo juzgaban, ellos no salieron de este pueblo, siempre fueron la pareja de oro del lugar, pero al estar aquí siempre, estaban acostumbrados a lo tradicional así que no entendían nada fuera de su círculo.
-¿Qué has hecho Edward?-pregunto con más severidad, pero ahora no me importaba su estúpido tono, ya no era un niño al que podía castigar sin más, no tenía por qué darle explicaciones.
-Nada que te interese en realidad.
-Claro que me interesa, eres mi hijo.
-Eso no quiere decir que te tenga que contar mi vida privada.
-¿Qué paso con esa chica Edward?
-Te digo que no es de tu incumbencia.-dije molesto.
-¡Edward!-en ese momento la rabia, miedo, dolor, enojo, y todos los sentimientos que había guardado durante estos días explotaron.
-¡¿Qué quieres que te diga?! ¡¿Qué quieres escuchar Carlisle?! ¡¿Qué me acosté con una de mis alumnas?! Pues si lo hice ¡¿Qué estoy metido en una especie de relación con ella?! Es verdad también, no pienso ocultártelo, porque en realidad lo que pienses de esto no me importa, es mi vida y haré con ella un maldito papalote si quiero.
-¿Cómo puedes hablar así? Ella es una niña, prácticamente abusaste de una menor, eso no lo voy a permitir en mi familia, no vas a hundir a todos con tus tonterías, en cuanto Isabella despierte terminaras con eso, no me importa si quieres o no, es lo que debes hacer.
-¿Es lo que debo hacer o lo que tú quieres que haga Carlisle?-pregunte lleno de furia, él me miró fijamente, no me iba a asustar.
-Lo harás si no quieres que todos se enteren de esto.
-¿Estás amenazándome?-pregunte sorprendido.
-Si esto debo hacer para que la dejes, eso haré.-le mire desafiante.
-Diles a todos Carlisle, tu perfecta familia es la que se va a ir al Diablo, porque nadie te creerá.-dije levantándome.
-Es mi palabra contra la tuya.
-Te equivocas, en cuanto abras la boca no será mi palabra, será la del padre de Isabella, ¿Qué crees que él tenga para decir si le cuentas eso? ¿Crees que te creerá a ti o a su hija? Y entonces ¿Cómo quedaras? ¿Dónde quedara tu perfecta familia?
-Juegas con fuego, Edward. No sabes de lo que soy capaz.
-Me arriesgare, por ella lo haré.-dije firme, él me miro desafiante pero yo no baje la mirada como cuando era un niño, no iba a esconderme, no le temía a él. Nadie era tan importante cómo Bella. Salí de ahí y me fui a mi apartamento, sabía que él no diría nada, perdería más él que yo, a mí tal vez me corrieran de la escuela pero tenía como vivir, él perdería la perfección que ha creado en los últimos años.
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el profesor cullen
FanfictionUn romance prohibido, él un hombre 10 años mayor, sexy, atlético, atractivo y jodidamente follable, ella una joven estudiante de 17 años, la atracción es inminente, estaba mal pero eso mismo lo hacía más atractivo, esconderse y tener sexo como dos s...