CAPITULO 24: "Hormonas"

81 4 0
                                    

Jasper Pov

Cuando Edward termino salió pero no quiso decirme como estaba ella, suspire cansado, no iba a pelear con él cuando mi chica estaba al otro lado de la puerta.

-Eres un hipócrita al estar aquí con ella.-dijo serio parado frente a la puerta, suspire, no quería pelear, no ahora que no tenía pruebas para defenderme, así que me estire para abrir la puerta pero él me detuvo.

-¿Qué es lo que quieres?-pregunte molesto, por mí podía hacer sus dramas de hermano mayor cuando quisiera pero ahora mismo era capaz de golpearlo por no dejarme entrar a ver a mi chica.

-Nada en realidad, solo me parece sorprendente que en un par de semanas superaras una relación y entraras en otra con una chica que estaba en otra relación-dijo sin emoción pero podía ver en sus ojos como la furia dentro de él luchaba por no salir del todo.

-Edward, no quiero pelear contigo. Ahora mismo solo quiero entrar y ver cómo está Tanya dado que tú no quieres decirme nada, pero si quiero dejarte una cosa clara, Tanya y yo somos solo amigos, y si en algún momento decidimos estar juntos de otra manera estaremos completamente tranquilos con ello porque no tenemos por qué escondernos o sentirnos mal, y lo que paso entre Alice y yo no es de tu incumbencia pero deberías preguntarle a tu hermana porque ya no estamos juntos, para ver si se atreve a decirte la verdad, si después de eso crees que debes seguir defendiéndola, es porque te mintió de nuevo.-dicho esto lo empuje y abrí la puerta entrando rápidamente a la habitación, suspire nuevamente y me recargue en la puerta cerrando los ojos.

-Jasper.-la dulce voz de Tanya me trajo de nuevo a la realidad, sonreí y me acerque lentamente hasta la cama, tome asiento y tome su mano entre las mías, estaba helada, ella me sonrió dulcemente y me jalo.-Acuéstate conmigo.-dijo bajito, yo no sabía si debía, pero su mirada me hizo cumplir su petición.

-Estás muy fría, nena.-dije acomodándome a su lado, ella suspiro y se acomodó en mi pecho buscando que la abrazara y lo hice de inmediato.

-Gracias.-dijo con ese tono lleno de tranquilidad, jale una cobija que estaba a los pies de la cama y la acomode sobre ambos.

-¿Por qué?

-Por todo. Si tú no hubieras llegado quien sabe que hubiera pasado.-dijo con sus ojos cerrados, yo sostenía una de sus manos sobre mi pecho acariciándola con mucha dulzura.

-No hay nada que agradecer, nena. Solo quiero saber...¿Por qué no dijiste nada?-pregunte, no estaba molesto con ella pero si me dolía el hecho de que ese maldito la hubiera estado lastimando y ella no me tuviera la confianza como para contarme todo eso, yo la habría ayudado, jamás habríamos llegado a esto.

-Me daba vergüenza.-dijo escondiendo su rostro en mi pecho.

-¿Por qué?-pregunte curioso, para mí Tanya era una mujer fuerte que sabía defenderse, sabía que también tenía eso que me hacía querer protegerla y cuidar de ella todo el tiempo pero jamás creí que llegaría a verla así.

-No quería que todos vieran que esa "gran" relación que tenía con él no era más que una farsa, que ese maldito me lastimaba y jugaba conmigo nada más, me sentía avergonzada de lo bajo que había caído.-dijo y ante cada palabra su voz sonaba más rota, su llanto salía con fuerza y el dolor en sus ojos los opacaba. La abrace con fuerza, no quería verla sufrir pero no ella debía sacar su dolor y si esa era su manera de hacerlo, yo estaría aquí para ella.

Unas horas más tarde ella se quedó dormida y yo ahí velando su sueño, sabía que lo que sentía por Tanya era muy fuerte, era algo que ni yo mismo podía controlar, quería decírselo, quería más que nada gritarle que estaba completamente loco por ella pero en estos momentos no podía hacerlo, decírselo sería una mala jugada, tal vez no sintiera nada por ese maldito pero ponerla en una situación incómoda es lo que menos quiero, y si es que ella no siente nada por mí eso es lo que pasaría.

el profesor cullenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora