CAPITULO 41: "Miedo"

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Carlisle Pov

Al día siguiente decidimos armar la cuna, ya que durante las primeras semanas después de que naciera nuestra pequeña estaríamos aquí, decidimos tener un cuarto listo para su llegada, las últimas veces que instalamos una habitación para bebés pedimos todo armado y solo lo acomodamos pero en ese momento cuando llegaron todos los muebles nos dimos cuenta que habíamos olvidado pedir todo armado.

-Podemos hacerlo.-dije mientras leía el instructivo, parecía fácil.

-¿Seguro? No eres un hombre muy habilidoso en eso de armar cosas.-dijo divertida, la mire frunciendo el ceño.

-Puedo reconstruir una pierna rota así que esto debe ser fácil.-dije mientras giraba la caja y sacaba todo, eran un montón de piezas y varias bolsitas de tornillos.

Esme se sentó a mi lado y me leía el instructivo mientras yo intentaba unir piezas y más piezas, esto no era tan fácil como creía, después de horas de discutir sobre cómo se acomodaba la cuna ambos nos dimos por vencidos y quedamos acostados en el suelo viendo el techo mientras mi mano acariciaba su vientre.

-¿Así que iba a ser fácil?-pregunto divertía, rodee los ojos y me reí bajito.

-Prefiero seguir reconstruyendo piernas rotas que armar cunas.-dije levantándome y viéndola acostada en el suelo, acaricie su hermoso cabello castaño, era una mujer hermosa, me acerque y bese sus labios tiernamente, ella sonrió cuando nos separamos.

-A pesar de todo lo que lleva esté embarazo...me alegro de que haya pasado.-dijo acariciando mi mejilla.-Siento como si necesitáramos esto, jamás pudimos hacerlo, cuando estuve embarazada de Edward estábamos completamente distantes, teníamos nuestros momentos pero no lo disfrutamos, cuando paso lo de Alice tampoco estuvimos juntos, yo estaba furiosa porque estaba enamorada de ti y mientras tú tenías a todas las enfermeras...-bese sus labios para que se diera cuenta de que nadie más había importado solo ella.

-Ahora sabes que ellas no eran nada, eran como flashes a mí alrededor, en casa tenía la luz más brillante del universo, no quería ninguna otra.-dije mirando sus ojos verdes, ella sonrió y llevo su rostro a mi mano que acariciaba su mejilla.

-Ahora lo sé, pero en ese entonces no podíamos hacer esto...no hablábamos, no podíamos tener una historia porque ninguno quería escribirla, nos dañamos y lastimamos mucho, pero ahora tenemos la oportunidad de tenerla, sea corta o sea larga, serás la mejor historia de mi vida.-sonreí y bese sus labios con amor.

-Te amo, Esme.-bese sus labios y nos perdimos durante minutos u horas solo con besos y caricias, teníamos prohibido el sexo así que debíamos detenernos, entonces tocaron a la puerta, sonreí y me levante para ayudarla a levantarse. Ella fue hasta la cocina mientras yo fui a abrir la puerta, ahí estaban nuestros hijos y sus respectivas parejas al igual que una de las amigas de Bella que se había vuelto íntima amiga de Esme, todas las personas que la conocían la adoraban, era una mujer especial.

-Hola papá.-dijo Emmett entrando con Rosalie, le siguieron Alice y Jacob, luego Jasper y Tanya, y finalmente Edward y Bella con el pequeño Ethan en brazos de Edward que sonreía completamente feliz.

-Chicos no quiero ser grosero pero ¿Qué hacen aquí?-pregunte con una sonrisa, Emmett se giró con esa sonrisa a la que la familia tanto le temía.

-¿Estaban haciendo travesuras?-pregunto y yo lo mire mal, ¿Qué clase de hombre de 33 años quiere saber la vida sexual de sus padres? Solo Emmett podía querer algo así.

-Emmett Cullen, si te vuelvo a escuchar dando ideas de la vida sexual de cualquier pareja en mi presencia te voy a castigar.-dijo Esme saliendo de la cocina con un vaso de agua, todos nos giramos a verla y Emmett frunció el ceño.

el profesor cullenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora