Ray decidió llevarlo a una heladería en un pequeño centro comercial que quedaba cerca del consultorio. Bajaron del auto y tomados de la mano, caminaron hacia la heladería; esta era pintoresca, con paredes rosa pastel y cómodos asientos de color blanco. Se dirigieron a la mesa más cercana y se sentaron. Ray saco la pequeña lista que les había dado la doctora de su bolsillo y empezó a leerla.
— Bien, aquí dice que no debes-
—Ay, no, Ray —Henry se quejó interrumpiéndolo — ¿podemos empezar con eso otro día?, por favor, amorcito —hizo un pucherito, colocando ojos de cachorro, ladeando su cabeza a un lado para verse más tierno.
Maldito manipulador, pensó el castaño.
— Está bien —suspiro, nunca podía ganarle a esa carita —Pero la empezaremos el lunes, ¿entendido jovencito?.
Henry asintió junto con una sonrisa, después tomo el menú y comenzó a leerlo.
—Buenas tardes, bienvenidos a Ice cream Factory. ¿Qué desean ordenar? —pregunto un joven chico de cabellera pelirroja parado al lado de la mesa, este vestía una camisa color rosa y pantalones blancos, con una librera en mano y un bolígrafo para anotar.
—Quiero un helado de tres sabores —dijo Henry leyendo el menú —Pero no los quiero como está aquí —dejo el menú en la mesa y miro al chico a su lado —Los quiero en este orden; fresa arriba, luego vainilla y por último, chocolate, oh y sé que no está en el menú, pero me gustaría mi helado con aderezo de chocolate y chispitas de colores arriba, por favor —le dedico una gran sonrisa.
El chico pelirrojo se lo quedo mirando con una ceja levantada.
—Es que estoy embarazado —concluyo tocando levemente su abdomen.
Henry amaba decirle a todo el mundo que estaba esperando un bebé, incluso ya varios profesores y compañeras en la universidad sabían de su dulce espera, y siempre lo consentían obsequiándole chocolates y todo tipo de dulces.
Ray se golpeó la frente con su mano, totalmente avergonzado. Ojalá no nos saquen del lugar, pensó.
El chico pelirrojo lentamente cambio su semblante y lo miro tiernamente.
—Qué lindo, felicidades —los miro a ambos con una sonrisa.
— Gracias —Henry le sonrió de vuelta.
—Muy bien, entonces te traeré el helado como pides —le guiño el ojo.
Henry se sonrojó ante este gesto, bajo un poco la mirada, intentando ocultar la pequeña sonrisa que se formó en su rostro, sonrisa que Ray claramente vio, no puedo evitar fruncir el ceño.
— ¿Y usted quiere algo? —pregunto el chico ahora mirando al castaño.
— No, gracias —respondió por cortesía.
— Bien, vuelvo en un minuto.
Ray asintió y lo vio irse, luego poso su mirada en el rubio. Quería decirle algo, pero Henry estaba relajado y no quería hacerlo enojar, después de todo irían con sus padres y no deseaba ir estando molesto con el rubio. Así que por hoy lo dejaría pasar.
El chico pelirrojo volvió unos minutos después con el helado para el rubio más algunas galletas de helado de chocolate. Henry lo miro confundido.
— Cortesía de la casa —dijo con una sonrisa.
Ray rodó los ojos.
—Gracias — de nuevo, le devolvió la sonrisa.
El chico se fue y Henry comenzó a comerse su helado.

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Baby on board.
FanfictionHenry Hart, 20 años, estudiante de arquitectura. Todo iba bien con su vida hasta que un día, una gran noticia, pondrá todo de cabeza. Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, todo el crédito a sus respectivos creadores. Yo solo los uso para mi...