Capítulo 14

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Ray despertó al sentir una leve caricia en su mejilla haciéndolo, lentamente abrió sus ojos, encontrándose con los ojos avellana de su novio mirándolo.

— Hey —le murmuro.

— Hey —respondió de la misma forma — No quería despertarte.

— Descuida. ¿Por qué estás despierto tan temprano? —pregunto, mientras miraba de reojo la hora en la mesa de noche detrás del rubio.

— Ya estoy cansando de dormir —murmuro acariciando la mejilla del castaño — Además, no podía dejar de pensar... me estaba preguntando, ¿cómo has estado?.

Ray lo miro algo confundido.

— Yo estoy bien, mi amor. ¿Por qué la pregunta? — cuestiono aún con la confusión en su rostro.

— ¿Seguro?, quiero decir, ¿has estado comiendo y durmiendo bien?. Yo he estado aquí en cama haciendo mi drama y me olvidé por completo de ti.

Ray le sonrió pequeño, llevo su mano hacia el rostro de Henry, y limpio un par de lagañas en sus ojos.

— Estoy comiendo y durmiendo bien, amor. No tienes que preocuparte por mí.

— Ray, no me mientas, no quiero que te enfermes —expreso de manera preocupada, aun con la mano en su mejilla.

— Amor, sabes que no puedo enfermarme y no te miento, estoy bien —acaricio la mejilla del rubio, tocando con su pulgar debajo de sus ojos, donde pequeñas ojeras empezaban a crecer.

— Bien, ¿por qué no duermes un poco más?, aún es temprano y quiero que descanses.

Ray sonrió y se acercó para dejarle un tierno beso.

— Prefiero quedarme despierto y estar contigo —le dejo otro beso.

Henry sonrió en medio del beso, enrollo sus brazos alrededor de su cuello, correspondiendo mientras lo profundizaba un poco más. No recordaba cuando tiempo paso desde que beso a Ray así, quizás fue antes de que todo el drama se desatara, ya no sabía cuántos días habían pasado de eso, pero estaba seguro de que extrañaba estar con el castaño de una forma más íntima. De repente, sus hormonas volvieron a activarse, y deseaba quitarle la ropa a su hombre y que este lo hiciera suyo.

— Ray, te extraño —murmuro cerca de sus labios mientras se pegaba más a él. El castaño soltó una risita, sabía a lo que se refería.

— Amor, ¿estás loquito?, no podemos tener sexo ahora —expreso incrédulo ante la ocurrencia de su lindo novio.

Henry lo miro con un pequeño puchero y ojitos de cachorro. El castaño simplemente lo miraba mientras negaba de forma divertida, no iba a negar que lo extrañaba, vaya que lo hacía, pero por primera vez, no iba a caer ante sus encantos, la salud de Henry y del bebé, eran primordial ahora.

— Aun estás muy débil mi amor, así que no me hagas esa carita que esta vez no caeré —Le pellizco la nariz. Henry rodó los ojos de forma divertida.

— Bueno, yo recuerdo que la doctora dijo que era bueno tener sexo durante el embarazo —alzo los hombros, mientras jugaba discretamente con la camisa del castaño. Ray abrió la boca ligeramente sin dejar de ver al rubio con expresión incrédula. Aunque no podía negar que estaba un poquito feliz de ver a Henry actuando como solía ser.

— No vas a usar esa carta conmigo, jovencito.

Henry le hizo otro puchero. Ray lo rodeo con sus brazos dejando un beso en su frente.

— ¿Qué te parece esto? —hablo luego de unos minutos en silencio, Henry alzo la mirada para verlo — Si comes los tres alimentos del día; Desayuno, almuerzo y cena, quizás tengas algo de postre al final —no es como su fuera a darle sexo, eso era en lo último en que pensaba, pero si podía manipular al rubio con eso y hacer que se alimente bien, lo usaría a su favor. Henry lo pensó por un par de minutos antes de hablar.

Baby on board.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora