Baby on board.

Capítulo 11

Estaba en su habitación, sentado en la cama, con su espalda recargada en el respaldar mientras jugaba con sus dedos nerviosamente, esperando por su madre.

— ¿Querías verme? —la voz de su madre lo hizo sobresaltarse. Giro su cabeza hacia la puerta donde su madre estaba apoyada en el umbral mientras con una mano sostenía el pomo de la puerta.

— Sí, pasa —murmuro. Kris entró a la habitación en silencio, cerrando la puerta detrás de ella, luego se acercó a la cama, sentándose frente a su hijo.

—¿Y bien? —pregunto, cruzándose de brazos, aún seguía con su semblante serio. Henry podía notar la molestia en su voz.

— Quiero mostrarle algo.

Se levantó de la cama y con sus pies descalzos camino hacia su armario, se adentró y después salió con una caja en sus manos: esta era rectangular, de tamaño mediano, color rojo. Volvió con su madre, sentándose de nuevo en su cama.

— Estas son algunas cosas que Ray me ha regalado en el transcurso de nuestra relación, yo pensé que te podrían gustar —murmuro. Kris no decía nada, simplemente lo miraba seriamente, Henry decidió ignorarla y abrió la caja.

— Son cosas simples, pero cada una tiene una bonita historia detrás —comento mientras hurgaba en la caja, buscando algo que mostrarle —Esto me lo regalo en nuestra primera cita —saco un pequeño osito de peluche color marrón, se lo entrego a su madre, esta lo tomo sin darle mucha importancia, Henry hizo un gesto triste ante eso pero decidió seguir. Saco unos pequeños collares a juego de plata —Estos collares tienen una historia muy bonita, verás, Ray los compro para ambos, uno es la mitad de un corazón con su inicial y el otro es la otra mitad con mi inicial, cuando los unes, se pegan, tienen un imán —conecto las dos partes, armando un corazón dejando ver un R+H bordados en una fina escritura —Pero cuando me coloque mi parte, me empezó a picar, dejándome un gran sarpullido en mi cuello. Ray estaba tan furioso, pensando que le habían vendido un collar de plata falso, pero al final solo resulto que soy alérgico al material del que está hecho. Ray estaba muy triste por eso, yo le dije que estaba bien, que no tenía que preocuparse —bajo la mirada hacia los collares y los acaricio con su pulgar—Ray no quiso usar su parte, así que me la dio para que la conservara, como un lindo recuerdo —sonrió, se las dio a su madre quien las tomo, mirándolas solo un poco.

Henry siguió buscando en la caja por unos minutos, donde el silencio reinaba en la habitación.

— Estas son entradas de un concierto al que fuimos juntos — se las paso — Algunas entradas al cine, oh y también — saco varios papelitos — Estas son algunas facturas de compras que hice... le prepare una cena por el día San Valentín —se rió un poco, hasta eso había guardado.

— Este es de mis favoritos —saco de la caja un pequeño cuadro — Ray me regalo un ramo de rosas en nuestro aniversario, era muy bonito, las flores olían exquisitas... te hubiera gustado —le sonrió, pero Kris no hizo ningún gesto — En fin, cuando empezaron a marchitarse yo me puse algo triste, pues el ramo era muy hermoso, así que Ray tomo varias de las rosas y las mando a enmarcar en este lindo cuadro —con cuidado, le paso el cuadro de color negro y con el fondo blanco. — Y, mm, también tengo-

— Henry, es suficiente — su madre lo detuvo antes de que sacara otra cosa.

Henry la miro algo temeroso deteniendo su acción. Se quedaron en silencio, cada uno con sus pensamientos; Kris miraba todo lo que Henry le había entregado, sin saber qué decir.

— Amo a Ray, mamá —hablo en voz baja, luego de unos minutos en silencio — Es el amor de mi vida.

— Esas son palabras muy fuertes, Henry.