Baby on board.

Capítulo 21

Piper no volvió a la cueva por el resto del fin de semana, estaba tan arrepentida y devastada que no se sentía con la fuerza suficiente para ver a Henry. Al llegar a casa aquella noche fue directo a su habitación y se encerró en ella a llorar.

La forma en que su hermano le hablo, le dolió bastante. Ellos se habían vuelto un poco más unidos desde que ella se enteró de que era Kid Danger y de su relación con Ray. Y ahora que su hermano estaba esperando un bebé, sentía que debía cuidarlo y protegerlo. Pero no había nada que recriminarse, la acción de Henry no estuvo mal, ella fue la que estuvo mal por haberle mentido en primer lugar. Si se sentía culpable aquella noche, ahora lo sentía mucho más.

Pasó el resto del fin de semana encerrada en su habitación mientras se regañaba y culpaba por lo que había hecho. Kris incluso se preocupó al ver que su pequeña no había salido de su cuarto desde que llegó aquella noche llorando desconsoladamente. Quiso consolarla, pero esta había cerrado la puerta con seguro, evitándole el acceso. Intento hablarle desde afuera de la habitación, preguntándole qué pasaba, si podía ayudarla, pero solo recibía el silencio. Al no obtener respuesta, le preguntó a su esposo, pero este simplemente le regalaba una sonrisa reconfortante para luego decirle que le diera algo de tiempo a solas, su pequeña saldría cuando estuviera lista.

Y así fue, el domingo por la mañana, Piper salió de su habitación, con su pijama hecho un desastre y sus ojos, rojos e hinchados de tanto llorar. Kris al verla bajando por las escaleras fue corriendo hacia ella y la tomó en sus brazos, acurrucándola en estos mientras le preguntaba qué había pasado.

Le pregunto si había terminado con Jasper a lo que Piper soltó una risita y negó. Eso no es lo que había pasado, pero ella no iba a contarle la verdadera razón, no quería que su madre se enterara de que estaba así porque había mentido por ella y ahora Henry la odiaba. Así que solo le invento una excusa barata y fue a la cocina a tomar algo de desayuno.

Después de eso, se dio una ducha, la cual fue de mucha ayuda, pues la hizo sentir algo mejor. El resto del día la paso intentando comunicarse con su hermano, lo llamaba y le enviaba mensajes, pero este simplemente la ignoraba, no respondía a sus llamados, dejaba que se fuera a buzón de voz y sus mensajes ni siquiera los leía.

En algún punto de la noche, decidió dejar de insistir, habló con Jasper y este le aconsejó que le diera espacio al rubio, le dijo que Henry no solía estar enojado por mucho tiempo, en cuanto menos lo espere este volverá pidiendo respuestas. Eso no la convenció mucho, pero siguió el consejo de su novio y dejó de molestar a su hermano.

Sin embargo, a la mañana del siguiente día se dijo que iría con su hermano y solucionaría las cosas; de por sí tenía que ir a la tienda, tenía un trabajo después de todo. Así que después de la escuela, como todos los días, condujo hacia la tienda.

Al estacionarse frente a esta no pudo evitar sentirse extraña, como si no fuera bienvenida en el lugar. Decidió alejar esos pensamientos y bajo del auto. Estaba aterrada y nerviosa mientras bajaba por el elevador, por primera vez en su vida sintió que este bajaba demasiado lento, incluso lo sintió silencioso, y eso que este sonaba bastante estrepitoso mientras caía a toda velocidad.

Cuando por fin llegó, y las puertas del elevador se abrieron, soltó un suspiro y dio el primer paso dentro de la cueva, sin saber qué pasaría luego. Para su alivió solo se encontró con el castaño.

— Hey, pensé que no iba a verte pronto — Dijo este cuando se dio cuenta de su presencia. Piper sonrió levemente y empezó a caminar casi sin hacer ruido, adentrándose al lugar.

— Yo... no sabía si podía venir — Murmuro, llegando al sillón y deteniéndose en este.

— Henry me contó lo que paso — Anunció el castaño mientras se recargaba en la mesa. Piper hizo una mueca sintiéndose nerviosa de nuevo.