MI SEÑORA

***16***

Lucía y Rochy acompañaron a Alberto hasta el aeropuerto para despedirlo. Rochy estaba como una bambina y no se separaba de su papá, mientras que Lucía quería que hicieran el llamado del vuelo lo más pronto posible, no soportaba tener que esperar más tiempo. Faltaba cerca de media hora para que eso sucediera. Se levantó y dijo que se iba a la cafetería, Rochy quiso quedarse con su papá -era lo mejor para ella-

Fue a la cafetería, pidió su café pasado acompañado de una magdalena rellena de manjar. Luego que terminó fue a cancelar su consumo y salió hacia el baño, pues aún le quedaban 15 minutos. En el momento que cruzó la puerta del baño, sintió como alguien la tomaba de las caderas y la colocó contra la pared y al alzar la mirada vio de quien se trataba [Será Alberto o Joaquín]

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[Lucía]

Mientras estaba quemando el tiempo, me tomaba mi café y de la nada llega un mensaje, que incluso antes de ver que decía ya sabía de quien era y sentí como en mis labios se formaba una sonrisa de tan solo imaginar que fuera él.

|| Buenos días mi bella señora 😍 espero se encuentre más hermosa que ayer. Me desperté deseando un beso suyo ¿Puedo dárselo?🙏 ||

ESTÁ LOCO -pensé sonriente- pero me encanta lo juguetón que es y voy a seguirle la corriente:

|| Buen día guapo, gracias. Claro que puedes 😉 ||

Terminé mi café y vi en mi reloj ¡qué horror! aún faltaban 15 minutos. Bueno iré al baño, ojalá se vayan rápidos estos minutos restantes. Estaba en el pasillo que conducía al baño y recordé el mensaje de Joaquín, de tan solo pensar en la palabra beso. Deseé que me diera uno en el cuello, uno en mi ombligo y otro en mi monte de venus ¡Lucía cálmate!

Entré al baño y me llevé un susto al sentir unas manos en mis caderas pero ese susto se esfumó al darme cuenta quien era el dueño de esas manos traviesas:

-Lucía: -Colocando mis manos en su cuello- Nenito ¿Qué haces acá?

-Joaquín: Vine por el beso que me dijiste que sí podría darte -sus manos me acariciaban deliciosamente mis caderas-

-Lucía: Te dije que sí, porque realmente pensé que estabas en tu casa -dije seria-

-Joaquín: ¡Oh! Entonces mejor me voy -me afloja las caderas con la intención de irse, no lo podía creer-

-Lucía: ¡NO! No te vayas -tomé sus manos y fui a poner seguro en la puerta- Quédate conmigo -lo empecé a besar desenfrenadamente y él correspondió-

Joaquín me levantó en sus brazos haciendo que mis piernas se enrollen en sus caderas, caminó hasta que me sentó sobre el lavamanos. A su miembro lo sentía muy cercano gracias a que opté por un vestido, el cual empezó a desabotonar mientras me besaba -nuestras lenguas no tenían control- en el instante que abrió el vestido pude ver su expresión de sorpresa, al verme desnuda. ¡SÍ! no tenía ropa íntima y estaba a su entera disposición, ya que flexioné mis piernas colocando mis pies sobre el mármol que cubría el lavamanos y me incliné un poco hacia atrás sosteniéndome en mis brazos.

Joaquín reaccionó de la manera que yo esperaba. Sin perder tiempo, su lengua comenzó a dar placer en mi clítoris y conforme pasaban los segundos, una de mis manos lo tomaron de sus cabellos para que profundice su labor. Y parece que lo entendió a la perfección porque -de manera inmediata- su lengua bajó hasta mi vagina y empezó a penetrarme. Sentía que me iba a derretir y mis gemidos los escuchaba pero era como si fuera otra persona.

Ya cuando sentía que me iba a venir, dejó de estimularme -aquella acción me enojó- y lo notó porque esbozó una maldita sonrisa sexy, mientras yo lo quería matar por dejarme toda frustrada. De repente, me penetró con dos de sus dedos y con el pulgar de su otra mano removía mi clítoris; podía sentir los espasmos en todo mi cuerpo y este -a su vez- se asemejaba a un cable de alta tensión. Sentía como me estremecía hasta que llegué al clímax maravilloso, él bajó nuevamente para beber todos los jugos que salían de mi -a pesar de estar saciada estaba deseosa de más- pero mi deseo se quedaría en eso, porque mi celular empezó a sonar y era mi hija.

-Lucía: Ho-Hola hija -poniendo mi dedo índice en los labios de Joaquín y los iba acariciando mientras hablaba con Rochy-

-Rochy: ¡¿Mamá dónde estás?! Faltan 2 minutos para que papi se vaya -podía notar que estaba emputada-

-Lucía: Tranquila -puse los ojos en blanco- estoy saliendo del baño ¿ves que estoy cerca? Deja la paranoia -colgué la llamada y dejé a mis espaldas a Joaquín-

-Joaquín: Mi señora ¿va a dejarme así? -sentí su erección en mi trasero, a la vez que dejaba un beso húmedo en mi cuello- Necesito estar dentro de usted.

-Lucía: Yo también quiero y necesito -me doy vuelta y quedo frente a él- Déjame ir a despedir a Alberto y luego dejo a Rochy en su cole. Espérame en la casa de Patricia, yo la llamo y le digo que me esperarás.

-Joaquín: Está bien -estaba nervioso lo sé- La espero, cuídese mi Señora -me da un beso tierno y sale-

Salí corriendo antes de que Rochy viniera por mi. Todo pasó rápido, no les voy a negar que fue incómodo teniendo a nuestra hija ahí mirándonos. Una sonrisa que no me apetecía dar y mucho menos el pico que le di.

Dejé a Rochy y le llamé a Pato, me dijo que no habría problema -la muy alcahueta- y pues me fui con rumbo a su casa. En medio camino me entró una llamada y frené a raya al ver de quien se trataba. Era María Engracia, gracias a la divina providencia venía sola en la carretera.

-Lucía: Mi Engracia ¿Qué tal?

-Engracia: No te atrevas a hablarme así, después de lo que has hecho -me decía seria-

-Lucía: -Me quedé muda, no sabía a que se refería- ¿De qué estás hablando mujer?

-Engracia: No seas descarada. Me has abandonado estos días y ni una llamada. Claro como vives tan lejos de mi -su sarcasmo a veces me asustaba-

-Lucía: Ay mujer que susto, pensé que sabías lo de... -MIERDA MIERDA MIERDA ¡CÁLLATE LUCÍA!-

-Engracia: Sabía ¿Qué cosa? Ahora me lo dices todo Lucía.

-Lucía: Apenas me desocupe voy directo a tu casa para que charlemos. Ahora voy a hacer unos movimientos pendientes. Nos vemos luego, chau -colgué la llamada y puse el auto en marcha-

Al llegar a la casa de Pato, me abrió la puerta Joaquín y me dijo que ella se había ido al estudio porque su esposo la llamó por unos pendientes de carácter urgente y que la casa quedaba en nuestro poder. Si no conociera a Pato como la conozco, creería que la llamada era real pero la conozco hace tanto tiempo. Bueno voy a aprovechar su solidaridad y me llevo de la mano a este guapo para que me de todo lo que quiera darme.

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