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*** Coqueta: Mueble tocador

[Lucía]

Desperté por los rayos de sol que se colaron por la ventana. Me encanta el aroma y la paz que hay en este lugar -esta cabaña que hace dos años la compré- nadie sabe de su existencia y es más, es la primera vez que me quedo a dormir aquí.

Sólo vine a verla cuando estaba en la negociación para la compra y cuando vine con el arquitecto para indicarle las modificaciones a realizar a una de las habitaciones -la cual en ese momento me parecía demasiado grande- y que terminé dividiéndola en dos. Es decir, que ahora son tres habitaciones "principales" y tres son para visitas. Hace un año y medio, no entendía la razón de mandar a hacer la modificación. Pero ahora lo entiendo todo, ahora tengo la ilusión de tener -al menos- un/a hijo/a con el hombre maravilloso que en estos momentos tengo en mi frente.

Decidí bajar a preparar algo para que desayunaramos. A la media hora subí con todo listo y recién preparado, al llegar lo dejé encima de mi coqueta. Al verlo dormido boca arriba -totalmente relajado- mi lado sensual se activó y quise despertarlo de una forma que nunca se me ocurrió en mi vida de casada con el padre de mi hija.

Sin dejar pasar más tiempo, levanté un poco la sábana que cubría sus pies y empecé a dar besos rápidos desde sus tobillos hasta subir a las rodillas -intercalando entre ambos lados- una vez que llegué a las rodillas empecé a subir dándole besos y a lamer lentamente. Su amigo no tardó en reaccionar, acto que le envió un shock eléctrico a mi sexo, elevando mi nivel de excitación.

-Joaquín: Uhhmm Ahh Lu-Lucía -Gemía mientras más me iba acercando a su erecto miembro-

-Lucía: Vamos querido ¡Pídeme lo que tanto deseas! -Le dije seguido de una pequeña mordida en la ingle-

-Joaquín: ¡CHÚPAMELO YAAAA! -Recogiendo mi cabello en una coleta-

Y entonces todo se volvió gemidos y jadeos. Yo mantenía alzada mi mirada para ver sus expresiones y me encantó saber que lo estaba disfrutando. En cada oportunidad que tenía, mi lengua lo saboreaba en las partes más sensibles de su miembro y eso lo volvía loco.

Luego de venirse en mi boca y de tragarme su semen, me tomó prisionera en sus brazos y en una maniobra rápida me dejó debajo de él. Y de inmediato sentí que daba mordidas en el lóbulo de mi oreja, pasando por mi cuello, para luego llegar a mi espalda mientras que una de sus manos me acariciaba el muslo, la otra mano bajó directo a mi clítoris -por demás está tratar de explicar lo húmeda que ya estaba- Perdida en las sensaciones que me provocaban sus dedos, sólo podía jadear repetidamente su nombre. De repente, yo sólo sentí que con sus manos elevó mis caderas dejándome en cuatro y me penetró rudamente, que lejos de enojarme me encantó.

Perdí totalmente la noción -no sólo del tiempo- cada beso, cada caricia me transportaba a otro mundo. Una vez que llegamos al orgasmo, con nuestras respiraciones muy agitadas, decidimos quedarnos acostados abrazados y mirándonos a los ojos.

-Lucía: Buenos días mi rey -Le di un beso rápido en los labios-

-Joaquín: Muy buenos días mi reina -Me dio un beso rápido en el cuello- ¡Qué manera más deliciosa de despertarme!

-Lucía: Nada que no se merezca mi cumpleañero guapo.

-Joaquín: Créeme que es el MEJOR cumpleaños de mi vida y que... -Lo interrumpe el sonido de su celular, el cual contesta rápidamente- Hola... Buen día mamá... Gracias papá y mamá -Pone en altavoz la llamada-

-Engracia: ...Espero que ya te hayan dado el primer regalo, hijo...

-Joaquín Sr: ¡ENGRACIA! Deja a nuestro muchacho en paz, menos mal no te ha escuchado Lucía. Bueno hijo esperamos que llegues para el almuerzo familiar.

MI SEÑORADonde viven las historias. Descúbrelo ahora