MI SEÑORA

***23***

[Lucía]

No pensaba decirle del estado de Joaquín a mi hija, pero la angustia no me iba a dejar ocultárselo. Le conté todo lo sucedido -al inicio se alteró un poco- ella lloró cuando la abracé y agradecí a la vida por esta nueva oportunidad que nos daba de estar juntas:

-Rochy: Pero ve junto a Joa, a ver como está. Yo sólo necesito descansar, en cambio el no la está pasando bien; además gracias a él y a su actuar rápido, es que aun estoy aquí. Andá y mantenme al tanto. Él estará bien, así será.

-Lucía: Tienes razón. Pero si te llegas a sentir mal me llamas al número de Pato, aquí te dejo mi celular -se lo dejé en la mesita junto a la camilla- ya luego te compraré uno nuevo.

-Rochy: Ok ma, dale -mientras le daba un beso en la sien-

Llegué donde estaba Pato. Miré mi reloj y habían pasado 10 minutos, para mi era una eternidad. De la desesperación le dije a mi amiga que buscaría donde estaba Joaquín y entraría.

-Patricia: ¡Estás loca! No podemos pasar, mira el letrero.

-Lucía: Entiendo que quieras quedarte aquí respetando los letreros, pero yo ya no aguanto más. Ya regreso -me limpiaba las lágrimas y estaba por irme-

-Patricia: -Deteniéndome del brazo- Espera terca, voy con vos.

Entramos por donde vimos que fueron la enfermera y el doctor. Había un pasillo largo con ventanales transparentes, mi intuición me decía que Joaquín estaba en el ventanal del medio, así que corriendo fui hacia allá.

Al llegar y pararme frente a ese ventanal, veía toda la escena. Me quedé petrificada y sólo sentí que Pato me sostenía. Todo iba en cámara lenta -al menos para mí- estaban el doctor y 3 enfermeros más. Lloraba mientras notaba -con horror- como tenía conectado muchos cables al cuerpo. En manos de Carlos estaban las paletas del desfibrilador y veía como le daba electrochoques en el pecho de mi amado.

Recién ahí me di cuenta lo que estaba pasando y me terminé de descontrolar ¡LO ESTABAN REANIMANDO! Es decir que teóricamente estaba ¡MUERTO!

Me solté de los brazos de Pato, abrí la puerta que me separaba de la sala y cuando me iba a acercar a la camilla dos de los enfermeros me bloquearon el camino agarrándome de los brazos:

-Lucía: ¡Suéltenme! ¡JOAQUÍN ESCÚCHAME! ¡NO ME DEJES... NO TE VAYAS! ¡AMOR MÍO! ¡REGRESA A MI!

-Doctor: ¡Suéltenla! -dejando las paletas a la enfermera- Ven acércate Lucía -me dio su mano para que me acercara-

-Lucía: ¡No lo dejes ir Carlos! ¡Sigue reanimándolo! ¡Te lo pido por favor!

-Doctor: Ya no hay nada que hacer Lucía, sólo me queda declarar la hora de fallecimiento.

-Lucía: ¡NOOOOO! ¡ESO NO! -Me abracé al cuerpo de Joaquín- Regresa.. no puedes dejarme sola, yo se que no debí negarme a este amor tan puro y real que me estabas ofreciendo todo este tiempo. Si vuelves, TE JURO que nada será igual que antes. No voy a ser cobarde esta vez -le decía susurrando al oído y llorando a la vez- De esta manera tan cruel, entendí que he sabido que TE AMO y no quiero perderte -acuné su rostro en mis manos y con todo el amor que siento por él, lo besé-

-Doctor: -Sentí sus manos en mis hombros con intenciones por separarme de Joaquín- Por favor Lucía. Ya no hay nada que hacer -hizo que me quedara de pies y seguía sin poder creerlo-

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[Carlos]

Hace 5 años que no veía a mi amor platónico. Lucía, hermoso nombre para tan hermosa mujer. Porque estuve todo este tiempo en Australia en una nueva especialización.

^^Siempre viví enamorado de ella pero todas mis esperanzas de tener algo con ella se fueron al caño, cuando se casó con ese imbécil de Hazán. No se como ella nunca se dio cuenta que formó un hogar con un mujeriego por excelencia^^

Y justamente cuando parecía una guardia muy tranquila, llegaron tres ambulancias -fijo es un accidente- voy a la primera que llega y no lo podía creer era Rochy. Ya es toda una mujer, cuanto ha crecido. Pero sigue teniendo esa mirada que es el clon de la de su padre, sólo que con verdadera inocencia.

Y por ella, estaba volviendo a ver a Lucía. La vi llegar tan desconcertada -seguramente cree que Ro está mal- pero le tengo buenas noticias y me alegra ser  yo quien le diga que todo está bien con su hija.

Tremenda estrellada que me di. Lo que menos estaba ella era feliz -es decir cuando le dije lo de su hija todo bien- pero cuando estaba yendo a tratar de salvar la vida del acompañante de Ro. Las lágrimas y el pedido de Lucía me dejó pensando en que ese joven es alguien muy especial para ella.

Y la escena de cuando estábamos reanimándolo. Me dejó sin palabras. Nunca en mi vida la había visto en el estado en el que estaba. Y la cereza del pastel -que casi hace que usen el desfibrilador- fue aquel beso que le dio sin importarle que ya no tenía signos vitales.

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[Joaquín]

Todo era oscuro y no sabía donde estaba. De pronto, una luz blanca se encendió -dejándome unos segundos ciego- conforme fui abriendo los ojos, voy viendo un árbol que jamás había visto. Estaba a una distancia de unos 100 metros de mi.

Mi curiosidad creció cuando distinguí una silueta conocida... ¿Mi abuelo? Entonces decidí acercarme a él.

-Joaquín: Abuelo ¿Qué haces aquí?

-Abuelo: ¡Cuánto has crecido pequeñín! Y la pregunta sería ¿Qué haces vos aquí? -Tocando mi hombro- Aún no es tu momento.

-Joaquín: -Entendiendo lo que había sucedido- La verdad es que me cansé de luchar por alguien que no me corresponde, además de que es prohi...

-Abuelo: Prohibida. Sí lo sé. Pero ella te ama, una cosa es que ella luche contra sus sentimientos por todo lo que implica su estado actual y otra cosa es que no sienta nada por vos. Si supieras lo que luchó tu mamá por el amor que sentía por tu papá. Te estás rindiendo fácilmente ¡NI PARECES NIETO MÍO! -soltó simulando estar ofendido-

-Joaquín: No contestó mis llamadas, eso dice mucho.

-Abuelo: -Levanta sus manos- ¡Escúchala!

Empecé a escuchar su voz y sus lamentos, hacían que me doliera el alma. Me quería resistir y no podía. La escuché pedir que no la dejara, que no me fuera. Me despedí de mi abuelo y empecé a correr sin rumbo deseando volver a los brazos de la mujer que amo. Otra vez -de manera imprevista- todo se hizo oscuro y sólo escuchaba un sonido que lo había escuchado en las películas, aquel sonido que indicaba el ritmo de los latidos del corazón. Abrí los ojos y a la primera persona que veo es a ella: Mi Señora.

-Lucía: ¡MI AMOR VOLVISTE! -Tenía lágrimas pero a la vez me sonreía-

-Joaquín: ¡Lucía! -fue lo único que pude pronunciar-

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