MI SEÑORA

***20***

[Lucía]

Y este es el momento en el que -simplemente- no tenía ganas de nada, sólo quedarme ahí en el piso. Desde que puse una barrera entre Joaquín y yo, había desarrollado una adicción a tomar por las noches vino -empecé con una copa, ahora ya perdí la cuenta- siendo honesta creo que estoy a un paso de ser declarada alcohólica.

~Sólo se que es de día porque hace media hora me acerqué al balcón, tratando de respirar algo de aire -pues siento que me ahogo- y con lo único que me encontré fue con una mujer bailándole a él, mientras le sonreía. Esta acción -evidentemente- sólo me hizo enfurecer pero él no tenía la culpa. Yo lo alejé, así que, era desubicado sentir celos... ¡PERO IGUAL ESTOY CELOSA! ¡UUUHHHGGG!~

Me asustó el grito de Pato. Abrí los ojos y la vi junto a mi -llorando- entonces decidí levantarme porque sino ella es capaz de llamar al 911 y no quiero una ambulancia afuera de mi casa. La pobre pensaba que me había tomado las 5 botellas, lo pude notar por la preocupación que habían en sus ojos. Le aclaré que no me tomé todas esas botellas en una sola noche, de todas formas me llegó su reproche.

-Patricia: No puedes seguir así ¿lo sabes no? -Puse mis ojos en blanco- Estoy hablando en serio

-Lucía: ¡Ya! Tranquila Pato. Además tengo que organizar "la sorpresa" de Alberto, pues su cumpleaños es en dos semanas y ni lo había recordado. Si no es por la conversación que tuve con Rochy anoche, lo hubiera pasado de largo.

-Patricia: Hubiese sido mejor -Dijo susurrando-

-Lucía: Te escuché -se asombra- Y el hecho que haya pasado lo que pasó con... bueno, vos sabes quien. No quiere decir que voy a tener que dejar de cumplir como esposa de Alberto.

Hizo un gesto extraño. Acá hay algo más, porque aunque se muy bien que nunca se llevó bien con Alberto, nunca había hecho ese tipo de expresión. No le di mayor importancia y más bien le pedí ayuda para empezar a organizar la dichosa fiesta. Pero primero fui a tomar una ducha que intentara refrescarme no sólo el cuerpo, sino que también el alma.

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DOS SEMANAS DESPUÉS

Ya tenía todo listo. Ahora estoy terminando de vestirme para salir a homenajear a mi esposo. Estoy nerviosa porque no sé si Joaquín vendrá, sus padres -obviamente- estarán presentes. Con Rochy estamos comunicándonos permanentemente, para evitar que se adelante la llegada del cumpleañero.

Iban llegando de a poco los invitados, los recibía y los hacía pasar al patio en donde se llevaría a cabo la reunión. Mis nervios se activaron cuando vi a Engracia con su esposo, no sabía en que momento aparecería él. Los saludé y no sabía como preguntar por Joaquín sin ponerme en evidencia, como no dijeron nada acerca de él -asumí que no llegaría- Respiré aliviada porque no tendría los nervios a mil y a la misma vez, desolada porque no lo iba a ver.

De repente veo llegar a unos jóvenes con unos instrumentos y empezaron a armar todo en el escenario que Rochy se encargó de hacer, nunca me dijo para que era. Ahora entiendo, va a traer a alguna banda. Llegó el momento de la llegada de Alberto y Rochy. Realmente fue una sorpresa por sus gestos, saludó a todos los presentes. Inmediatamente, los de la banda empezaron a entonar y la sorpresa fue grande cuando escuchamos una voz melodiosa y muy conocida, cantar. Nuestra hija le dedicó 5 canciones a los presentes, sin dudas ella había nacido para dedicarse a eso.

Estaba junto a Pato -como siempre mi buena amiga- ella tratando de animarme pues según ella no parecía la anfitriona y estábamos conversando. De repente, mi hija le da unas palabras muy sentidas a su papá -haciéndonos llorar a todos- luego de los aplausos que se ganó, sin más le da paso a otra banda. Si no estuviera sentada me caía para atrás al verlo -tan guapo como siempre- cantando:

"Estoy enamorado y lleno de ella,

cada noche sólo sueño con ella,

me despierto y sigo pensando en ella,

pero está tan lejos como una estrella

.

¿Por qué me enamoré de quien nunca jamás podrá fijarse en mi?

¿Por qué este desamor me habrá tocado a mi?

y no puedo olvidarla, por más que lo intento

yo no puedo, no

porque ella es para mí, todo lo que yo anhelo"

Yo no era dueña de mi cuerpo, mis lágrimas salían sin control y mi corazón dolía terriblemente. Y él me miraba la mayor parte de la canción, luego para disimular al resto de personas. Pude sentir que Patricia me sacó de allí del brazo y sólo cuando estábamos en mi taller le dije: "Él piensa que yo no siento nada, que soy como una estrella... Inalcanzable" y me eché a llorar abrazándola.

"Vos se lo hiciste creer así" Dijo Patricia con un tono de <es tu culpa> Luego de unos minutos, volvimos a la fiesta. Pasaron 2 horas y la fiesta estaba bien animada, estaba yendo a la cocina para dar una orden a los meseros, pero me desvié al ver como Joaquín tomaba de la mano a Viviana ¿cómo pudo venir con ella? ¿y de paso la lleva a la biblioteca de mi casa?

Cuando los vi entrar, estaba en el dilema de si pasar o no. Esperé un par de minutos y con el pretexto de que mi celular estaba ahí -finalmente- entré y los vi muy juntos, de hecho era Viviana que estaba queriendo meter mano por donde más podía.

-Lucía: ¡Ay siento interrumpir! Sólo vine a ver mi móvil -dije tomándolo- Pueden seguir en lo suyo. Permiso.

-Joaquín: -Safándose del agarre y acercándose a mi- Lucía, un momento. Que bueno que llegaste necesito preguntarte algo de Rochy. Vivi ¿puedes unirte con los muchachos y esperarme ahí? -ella asintió y salió-

-Lucía: ¿Es tu venganza verdad? Venir a la fiesta con ella y no contento con eso, te encerraste aquí. ¿A besuquearte? -reclamé histérica-

-Joaquín: No es así, la traje aquí porque tenía que llamar a...

-Lucía: Ok y luego ¿Qué?

-Joaquín: Luego ella estaba tratando de intentar una nueva oportunidad entre ambos.

Lucía no quería escuchar más nada y antes de que le dijera algo, fue hasta él y lo besó apasionadamente, siendo más que correspondida. Joaquín fue haciendo un camino de besos bajando por su cuello y no sólo eso sino que la saboreó hasta llegar a su escote. Estaba ciega de pasión e hizo que él se sentara en el sofá, como pudo le bajó los pantalones y bóxer y sin perder tiempo empezó a hacerle un oral. Cuando sintió que estaba por eyacular, se detuvo, dejándolo frustrado. Sin embargo todo renació cuando ella alzó su vestido y se sentó a horcadas, autopenentrándose y con esos movimientos tan deliciosos, lo volvía su esclavo. Quizás la adrenalina de saber que detrás de esa puerta habían más personas, hizo que llegaran a un orgasmo arrebatador. Juntaron sus frentes sudadas y se miraron:

-Joaquín: ¿Nos volveremos a ver?

-Lucía: Cada vez que cerremos los ojos haciendo el amor con otros -él sacaba mis lágrimas con sus labios- No me arrepiento de lo que acaba de suceder, pero sólo podemos ser dos buenos amigos.

-Joaquín: Pero NOS AMAMOS -besándome tiernamente-

De golpe sentimos que alguien entra -dejamos de besarnos y sólo podíamos mirarnos-

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