𝑀𝑒𝑡𝑎𝑛𝑜𝑖𝑎

27

—Pero no es nada sencillo todo esto Seungmin, llevo tres días sin poder dormir... No sé qué hacer. Y no sé si es lo peor o lo mejor pero la rata de su ex no ha aparecido —dije tirándome sobre la cama de Seungmin.

Tuve que contarle todo para que pudiera entenderme, pero porsupuesto omití el pequeño dato de que Minho es anónimo M, le dije que Minho es el profesor del curso y que nos conocimos ahí.

—¡Y su ex es muy guapo! —chillé frustrado.

—No creo que debas preocuparte por lo último que dijiste —habló Seungmin que estaba sentado jugando videojuegos —¿Quieres saber si debes esperar o no?

—¡Si!

—Arriésgate. Ese es mi consejo para ti.

—¿Crees que debería? ¿Y si al final todo se va a la mierda? —pregunté.

—Si se va a la mierda sales de ahí y ya, hay más personas Han. Es primera vez que te enamoras y si con Minho sale mal puedes seguir enamorandote —me respondió Seungmin.

—Puede que tengas razón... Pero mientras más días paso con él más me enamoro —dije y miré mi celular —Ya llegó Minho.

¿Y si Minho me lastima así como su ex a él? ¿Y si termino con el corazón igual de destrozado que Minho?

—Adiós Han. No lo pienses tanto, solo vive y disfruta, siempre lo has hecho no cambies eso ahora —me dijo Seungmin mientras se despedía con la mano.

—Adiós Min —dije regresandome y dándole un abrazo.

—Si te llega a lastimar no te preocupes, los muchachos lo dejaremos más lastimado a él —me dijo Seungmin y yo reí.

¿Y si Seungmin tiene razón? Debo dejar de darle tantas vueltas a todo esto.
Pero lo que me hace no dejar de sobrepensar es que tengo miedo de salir lastimado.

Nunca antes había sentido temor por salir lastimado porque nadie tenía ese poder sobre mí, nadie podía lastimarme; hasta que llegó Minho.

Estos días me he vuelto hasta un poco inseguro en cuanto a mi apariencia, me da miedo que Minho piense que no soy tan lindo con su ex y esa sea otra razón para dejarme.

Tampoco puedo decir que estos últimos días han sido malos, al contrario, la he pasado muy bien con Minho.

Creo que ahora el que está lleno de miedo soy yo y no Minho.

—¿Cómo la pasaste? —me preguntó Minho cuando entré al auto.

—Bien. Le conté que me acuesto con mi profesor —dije y luego reí. —¿Cómo estuvo el trabajo hoy?

—Estuvo bien aunque el director de la universidad cada vez me pide más charlas y reuniones, lo cuál es bueno pero cada vez tengo menos tiempo libre —me respondió Minho.

—Voy a tener que hablar con él, ahora casi no nos vemos en el día —dije poniendo un pequeño puchero.

—¿Me extrañas mucho? —me preguntó Minho con una sonrisa pícara y presumida.

—La verdad es que no, que bueno que tienes mucho trabajo —le respondí y comencé a reír cuando logré quitarle esa sonrisa de presumido. —En realidad si te extraño mucho.