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Nos quedamos ahí sentados en la acera. Solo podía pensar en qué haría ahora.

Podría ir a la policía y pedirles protección o algo, no puedo dejar solo a mi padre y menos después de lo que nos dijimos.
Otro tema pendiente es que debo llamar a Eunwoo y decirle que me quedaré más tiempo aquí, pero para hacer eso primero debo hablar con el doctor de papá.

La gente va pasando y nos va mirando, algunos ponen caras confundidas al ver mis lágrimas rodar por mis mejillas y otros tratan de averiguar la razón por la cual la camioneta de Minho está así.

Es que de verdad, cada cosa en mi vida solo empeora o sale mal; creo que me hicieron una brujería.

—No me toques Lee —dije levantándome de golpe luego de que Minho intentó darme un abrazo.

—Solo quería consolarte —me respondió a la vez que se levantaba también.

—¿Por qué solo me quieres cuando estoy triste? —le pregunté dando dos pasos hacía atrás.

—¿Por qué dices eso?

—Porque es la verdad, me recuerdas a...

—Yo no soy Eunwoo, nunca seré como él —habló Minho interrumpiendome. —No solo te quiero cuando estás triste, cuando has estado feliz he estado a tu lado.

—Solo pareces darte cuenta de tus errores cuando me ves llorar, ¿Por qué?

—¿Y cómo voy a saberlo? Mi mente no es rápida como la tuya —me respondió. Minho puso una mano en su cadera y con la otra se frotó la sien.

—¿Tendré que llorar siempre para que te des cuenta de las cosas? ¿Tendré que llorar cuando estés con Eunwoo para que caigas en cuenta del daño que me estás haciendo? —comencé a hacerle preguntas con mi voz quebrada. Minho solo habría los ojos con sorpresa mientras me escuchaba. —¿Tendré que estar siempre en la mierda para que me trates bien?

—Han-

—¡Han nada! Yo creo que al igual que tú desde el principio yo he sido honesto y sincero contigo, pero a diferencia de tí lo sigo siendo, tu lo fuiste al principio y ya luego no. Y yo... Yo no puedo seguir haciendo tu papel en esta obra Minho —le dije y luego boté el aire que tenía en mis pulmones. —No permitiré que seas mi Eunwoo y me arrastres al infierno. No permitiré que me dañes a tal punto en el que los rayos del sol se vuelvan dañinos para mí. No permitiré que me tengas en una carrera contra Eunwoo por ganar tu corazón que no sabe qué es lo que quiere.

—Pero yo- —Minho iba a hablar pero un fuerte trueno lo hizo cerrar la boca.

—Pero yo te amo Minho —le dije y luego mire como el cielo se oscurecia. —Desde antes de conocernos y eso lo sabes, pero que yo te ame no cambiará nada... No lo hará ¿Cierto? Nunca lo hizo.

—Yo me estaba enamorando de tí Han, te lo juro.

—¿Y qué sucedió? —le pregunté. Comencé a sentir mucho frío y las ramas de los árboles bailan de un lado al otro por el fuerte viento.

—Eunwoo apareció y yo... Yo nunca te merecí Han y lo sabes. Yo por eso desde un principio te lo dije, que mi amistad no era duradera, que no íbamos a llegar a nada —habló Minho. Estiró su mano y gotas grandes y frías de lluvia cayeron sobre ella —Sabes la situación en la que yo me encontraba antes de que tú llegaras. De repente tu comenzaste a mejorar todo, yo me acostumbré a tí, llegué a soñar un futuro junto a tí y en eso desperté y supe que eso jamás podría ser.

»No controlo lo que pienso, lo que siento, lo que digo, a quién amo, a quién sigo, solo es mi miedo el que escoje mis caminos y sella mi boca para no darme oportunidad a replicato.
Sé que perderte será algo de lo que me arrepienta siempre porque lo mejor que me pasó fué conocerte, pero debo respetar si quieres irte porque si te quedas no prometo que esta obra termine con rostros sonrientes.

𝑀𝑒𝑡𝑎𝑛𝑜𝑖𝑎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora