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—¿Cómo es tu forma de amar? Ya tu sabes la mía —habló Minho mientras comía sushi.

—La verdad es que no lo sé. La persona más cercana a mí desde hace mucho tiempo siempre ha sido Seungmin pero solo somos amigos —respondí mientras me comía mi pizza individual. Él quería sushi y yo pizza así que fuimos a un lugar en donde vendieran las dos cosas. —Creo que soy de demostrar y no tanto de palabras, porque me da vergüenza.

—¿De verdad? Pero si te la pasas hablando todo el día —dijo Minho burlándose de mí y yo lo miré con mala cara.

—También soy de cuidar, soy como una mamá. Regaño mucho, soy muy atento... Literalmente me comporto como una mamá, o por lo menos eso es lo que he notado en este tiempo contigo —seguí hablando y Minho asentía con la cabeza.

—La verdad es que estás en lo correcto, soy el mayor pero el que más regaños se lleva. Tienes complejo de mamá —me dijo Minho y yo reí.

—Lamento ser pesado aveces —le dije comiendo un poco más de pizza.

Debo confesar que aveces sí me paso de la raya con Minho.

Cada que hace o quiere hacer algo riesgoso yo me molestó con él y me comporto como su mamá. Sé que eso está mal pero no es algo que puedo manejar, solo me nace ser así con él, aunque estoy tratando de bajarle a mis revoluciones.

—No te preocupes, me gusta que me regañes y me cuides —me dijo Minho y yo negué con la cabeza —¿No qué?

—No puedes ser tan bueno tú. Sé que he actuado mal en algunas ocasiones y no tiene nada de malo que me lo hagas saber.

—Ya te dije que no me importa. Que te comportes tan cuidador y atento conmigo no me molesta, yo también soy inmaduro aveces así que está bien que me pongas un alto. Hacemos un equilibrio perfecto nosotros dos, ¿Quieres sushi?

—No gracias, estoy bien con mi pizza. —le respondí. —Yo no sé si mi manera de amar es buena y positiva... No soy como tú. Siempre me andas dando cariño, me dices muchas cosas lindas, haces mucho por mí. ¿Cuando estuviste en tu primera relación también llegaste a dudar de ti?

—No sabes cuánto, pero más que todo era porque no sabía si lo estaba haciendo bien, pero creo que no hay una manera específica y correcta de amar; todos somos diferentes. A tí te puede gustar mi forma de amar pero a otra persona talvez no, ya sea porque no le gusta tanto el contacto físico, porque puede llegar a sentirse hostigado y así. —me respondió Minho —Tú no dudes, solo haz lo que te dicta tu corazón y listo. Tu sabes lo que hago yo para demostrarte que te quiero y yo también sé lo que haces tú.

—Es estúpido que para el sexo yo sea muy seguro de mí pero cuando quiero decirte cosas lindas me cuesta —dije sin mirar a Minho. La verdad es que aveces no me entiendo a mí mismo.

—Tienes mucha dualidad. Me gusta eso porque cada vez que logras decirme cosas lindas es muy especial para mí —me dijo Minho y yo no pude ocultar mi sonrisa.

—Te quiero mucho Minho.

—¿A mí o a anónimo M? —me preguntó él y yo le saqué la lengua.

—Los dos son uno.

—Respuesta correcta aunque anónimo M es más valiente que yo —me dijo Minho y yo negué. —¿Me das pizza?

—¿Es en serio? No, termina tu sushi —le dije y comencé a comer más rápido y gracias a eso me atranganté.

—Con la pizza si te atragantas... Y eso que la pizza mide menos.

—¡Minho! —lo regañé mientras tocia.

𝑀𝑒𝑡𝑎𝑛𝑜𝑖𝑎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora