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No conseguí un lugar en donde trabajar...

En este momento estoy arreglándome frente al espejo mientras intento no romper en llanto, puede que esté haciendo de una situación pequeña una mounstrocidad pero con tal solo pensar en pasar tiempo con Eunwoo me hace sentir muy impotente.

Tendré que pasar la mayor parte de mi día con la persona que solo le ha hecho daño al hombre que amo y como si fuera poco aún tiene intenciones de que Minho vuelva a él.

Desde que conocí a Minho he tenido que tragarme mi orgullo un par de veces y hoy no será la excepción, si quiero seguir estudiando y teniendo comida tengo que aceptar la oferta de Eunwoo, por lo menos por un tiempo.

—¿Cómo vas? —me preguntó Minho entrando a mi habitación.

—¿Cómo crees? Él solo vino a causar problemas —le respondí —Pero no le saldrá gratis esto que me está haciendo. Que se cuide porque un día no muy lejano cuando me pida un té voy a echarle un poco de veneno y así ya no tendré a esa perra jodiendome.

—Oh no, claro que no. No puedes ir a la cárcel —habló Minho mientras reía y se agachaba a mi lado.

—¿Por qué no? Eso sería mejor que tener a Eunwoo como jefe.

—Dijiste que no vas a dejarme, recuérdalo y cuidado con lo que haces —rodé los ojos con mala gana ante las palabras de Minho y él solo me dió un beso en una de mis mejillas. —¿Nos vamos ya?

—Si no hay más opción —dije con todo el desánimo del mundo al tiempo que me levantaba e iba a buscar mis cosas.

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—Sigo sin entender la razón por la cual no quieres que hable con él —me reprochó Minho mientras se bajaba del auto.

—No quiero que hables con él, no es necesario y yo puedo defenderme solo.

—Si llega a querer humillarte o algo ten por seguro que hablaré con él —me informó el poeta y solo seguí caminando hasta entrar al bar.

Me pedí una cerveza y luego de inhalar y exhalar como mil veces me dirigí a la oficina de la perra.

—Vaya vaya, miren lo que tenemos aquí. Hola Han —habló Eunwoo con una sonrisa de oreja a oreja. —¿Vienes a aceptar mi oferta?

—Si pero solo porque no me dejaste de otra. Eres más molesto que un grano en el culo —le respondí con grosería. Sentía que mi cuerpo ardía gracias al enojo.

—No puedes hablarle así a tu jefe, espero que no se repita ¿De acuerdo?

—No eres mi jefe hasta que no firme un puto contrato —dije mirándolo con ganas de querer matarlo.

—Inteligente. Toma asiento y prepárate para firmar el puto contrato —me dijo Eunwoo mientras buscaba algo en una carpeta llena de hojas.

Cómo niño al cual sus padres están obligando a ir a la escuela me senté frente a Eunwoo y tomé con rabia el contrato.

—Tendrás libres los martes, los jueves y en algunas ocasiones los domingos.

—¿Por qué esos días? ¿No es que tú no te la pasas aquí? —le pregunté mientras leía el contrato.

—Es que tener un asistente como tú me ha dado muchas ganas de venir a trabajar, muchas gracias Han —me respondió con una gran sonrisa el muy cínico. Me quedé mirándolo unos segundos y luego firmé. —Muchas gracias Han, comienzas mañana. Te necesito aquí apartir de las 8:00p.m ni un minuto más ni un minuto menos ¿Entendido?

𝑀𝑒𝑡𝑎𝑛𝑜𝑖𝑎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora