𝑀𝑒𝑡𝑎𝑛𝑜𝑖𝑎

30

—¿No quieres hablar? —me preguntó Minho sentandose a mi lado en su cama.

—Por ahora quiero estar solo —le respondí.

Minho se levantó y salió de la habitación.

Llegamos a su casa y solo me tiré boca abajo en su cama. No tengo ganas de nada en este momento.

¿Por qué tengo que ser tan débil? ¿Por qué siempre quieren aprovecharse de mí?

Me dije que solo voy a sufrir y a sentirme mal esta noche, ya mañana a la mañana haré como que esto no sucedió. Así como hice con lo que me pasó con esos viejos asquerosos.

¡La estábamos pasando tan bien! Que rabia e impotencia siento en este momento. Tengo ganas de gritar y de romper algo no lo sé.

Hoy pudo haber sido mucho más especial pero no, siempre tengo que cagarla.

Me duele que exista la posibilidad de que Minho nunca más vuelva a sentirse como hoy. Estaba abriendo su corazón a mí sin miedos ni temores, nada lo estaba deteniendo.

¿Y si Eunwoo aparece? ¿Y si no vuelvo a tener un momento como este con Minho?
No entiendo por qué ahora todo se me complica tanto.

Creo que esto es lo que pasa cuando comienzas a luchar por algo que quieres.

Yo antes no me daba mala vida por nada, solo vivía y me sentía bien pero si me ponía a pensar y a evaluar mi vida podía ver que estaba solo y que no estaba haciendo nada de valor con mi vida. No existía nada que me diera miedo de perder, pero ahora tengo miedo de perder a Minho.

Creo que voy a tener que contratarme un guardaespaldas o algo parecido... El tema es que no tengo los alcances monetarios como para permitirme un guardaespaldas.

Cada vez que estoy solo me pasan cosas así pero nunca antes habían pasado de palabras obscenas. Ahora pasan más allá de solo palabras y eso me aterra.

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—Lo siento —dije acostandome en el sillón y poniendo mi cabeza sobre las piernas de Minho.

Él estaba sentado en la sala de estar viendo algo en el televisor.

—¿Por qué te disculpas? —preguntó él mientras acariciaba mi cabello.

—Por arruinar esta noche —le respondí.

—Pero tú no arruinaste nada.

—También lamento haber sido un insensible y decir que nunca más en mi vida quería volver a ese lugar. Ese lugar ahora es especial para mí, tú lo hiciste especial para mí pero con lo que sucedió yo no pensé lo que decía y dije esa estupidez, lo lamento. —terminé de decir.

Minho me tomó de los hombros e hizo que me levantara, lo cual hice. Quedé cara a cara con él y sus manos en mis mejillas.

—No sé de dónde sacaste esa estupidez Han. No fuiste insensible, después de lo que pasó es súper entendible que no quieras volver más ahí. No tienes nada por lo cual disculparte —habló Minho mirándome a los ojos —El que debería de pedir disculpas soy yo por no estar ahí cada que me necesitas, lo lamento Han.