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—¿Qué te ocurrió en el labio? —me preguntó Seungmin mientras me levantaba de mi asiento y me acercaba a una de las puertas del bus, mi destino estaba a unas pocas calles.

—Me golpeé con la puerta de mi habitación —le respondí encojiendome de hombros. Seungmin me miró e hizo un murmuró que sonó “Mmm” no muy convencido. —Ayer salí a comer pizza.

—¿Por qué no me llevaste contigo? Quiero pizza —me recriminó Seungmin y yo negué con la cabeza.

—Queria tomar un respiro de ti —le dije y la puerta del bus se abrió —Nos vemos más tarde Seung.

Hoy es miércoles, eso significa curso de poesía para mí.

Hoy trataré de acercarme más a Minho, ayer no ocurrió nada, solo fuimos a comer pizza y fue divertido, nada más.

Hoy espero llegar de primero ya que estoy llegando con media hora de anticipación. Estoy emocionado por ver a Minho y también por recibir clases, esto me ayudará a ir mejor en mi carrera universitaria.

Tengo planeado hablar más con Minho sobre este mundo, quiero que me comparta todos sus conocimientos y eso también me ayudará a acercarme más a él.

Aún sin ver su físico y sin saber mucho de él me enamoró y ahora que lo conozco también en persona estoy cayendo libremente y voluntariamente a sus pies.

Aunque aveces me enoja algunas actitudes que tiene conmigo sé que lo hace adrede y también sé que hay más en él. Sé lo que guarda su corazón y eso fué lo que me atrapó.

Él necesita ayuda, necesita mi ayuda. Aunque sea algo difícil se la voy a dar y él la va a recibir y por eso el paso dos se pone en marcha hoy.

Paso 2: Crear algo constante entre nosotros.

—Hola profesor Lee —dije entrando al salón.

Él estaba sentado frente a su escritorio con su cabeza recostada sobre ella, ¿Estará dormido?

Me acerqué a él y toqué su hombro con cuidado. Él solo murmuró un “Mmm” sin levantar la cabeza.

—¿Cómo está? —le pregunté y un quejido salió de él.

—¿Qué hace aquí Han? —me preguntó mirándome con molestia haciéndome retroceder.

—Vine a recibir clases por las cuales estoy pagando —le respondí tratando de ocultar mi malestar. Lo barrí con la mirada y fuí al asiento del fondo.

No voy a reclamarle por lo de ayer, no hay nada que reclamar. Ayer no sucedió nada y todo fue espectacular porque logré el paso 1.

Estaba viendo mi celular pero ver el cuerpo de Minho moviéndose me llamó la atención.

El viejo joven se dirigió a la puerta, miró a todos lados y luego volvió a entrar. Me pareció chistoso lo que hizo así que me reí un poco.

—¿Qué es gracioso? —me preguntó él mientras se acercaba a mi con su mano dentro de los bolsillos de su pantalón de vestir.

—Nada, solo recordé algo —le respondí. Minho se detuvo a mi lado y yo levanté un poco mi cabeza para poder ver su rostro. Desde abajo se ve muy sexy.

Minho miró a otro lado con una sonrisa ladina y de repente se inclinó aún con sus manos en sus bolsillos quedando su rostro muy cerca del mío.

—¿Qué le pasó a tu labio? —me preguntó. Mientras hablaba pude sentir su aliento a menta en mi rostro.

Tenerlo así tan cerca es una tentación muy grande.

—Fué cuando choqué con la puerta de tu auto —le respondí y él se alejó con lentitud volviendo a enderezarse.

𝑀𝑒𝑡𝑎𝑛𝑜𝑖𝑎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora