𝑀𝑒𝑡𝑎𝑛𝑜𝑖𝑎

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¿Se puede olvidar al primer amor? O mejor dicho, nuestra primera obsesión.

Quiero dejar de buscar en tí a mi primer amor. Tú no eres él, no piensas igual que él, no te gustan las mismas cosas que él... ¿Entonces porque sigo buscándolo a él en tí?

Algunos dejavus llegan a mi cabeza como fugaces estrellas que no se quedan, solo son pasajeras, me recuerdan y trasladan a días pasados en dónde no era tu presencia si no la de aquella persona que a mí vida llegó ganando la carrera. Mi primera obsesión.

Quiero enamorarme de ti así como me enamoré de él, pero no sé por qué cuando te miro tu rostro cambia y veo el de él.

Quiero que te quedes conmigo, quiero enamorarme de ti, quiero obsesionarme contigo, quiero ver siempre tu rostro, quiero solo tenerte a ti en mi cabeza... ¿Puedes ayudarme a olvidarme de mi primer amor?

¿Por qué no llegaste tú primario? Pudiste ser tú el primero y así se me haría imposible olvidarte.

Si te lo cuento me dejaras, porque se te hará imposible empatizar, porque no entenderás que no puedo olvidarlo aunque te quiera a ti a mi lado.

No puedo dejar de comparar, de pensar "Eso también lo decia él" "Eso también lo hacía él".

¿Estoy atrapado? ¿Estoy amarrado?

Tú eres como una brisa llena de frescura y vida, sacudes mi cabello y lo despeinas un poco, las hojas de los árboles bailan un lento vals y comienzo a danzar en medio de la calle mientras te sigo encantado, pero todo se acaba cuando recuerdo que de la misma manera él también me hacía danzar.

Tu refrescante brisa es opacada y pasada a llevar por una más fuerte, ruda y enojada.

Dejo de danzar y sujeto mi cuerpo con miedo a que salga volando en cualquier momento, más que una brisa parece un huracán que en un tornado se convertirá.

Un tornado que tiene nombre y apellido.

Quiero seguir danzando mientras tu linda brisa me envuelve y me lleva pero siempre llega esa otra que me asusta y atrapa en medio de ella.

¿Podrás ganarle a ese huracán?

Lee Minho.

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—¿Desde cuándo tienen esa confianza? ¿Por qué quería quedarse? —le pregunté a Minho cuando regresamos a su habitación.

—Él la tiene conmigo, yo no con él. Tampoco sé la razón por la cuál me pidió eso, seguro le pasó algo —me respondió Minho mientras se escondía debajo de la cobija.

—Si le hubiera pasado algo la conversación habría sido diferente, yo creo que solo quería pasar tiempo contigo y ya.

—Puede ser. No soy conocedor de lo que pasa por su cabeza.

—¿Dónde se vieron aquella noche? —pregunté acostandome frente a él. Al escuchar esa pregunta Minho abrió los ojos despacio y me miró pero pasaban los segundos y no recibia ninguna respuesta de su parte. —¿Se acostaron? Si es así quiero que me lo digas Lee Mi-