Estaba dormida tranquilamente hasta que alguien saltó en mi encima y como consecuencia le lancé una ráfaga de aire mandándolo lejos sin saber que era mi hermano.
- Aang, sabes que no me gusta que me despierten - dije sobándome los ojos.
- Templo Aire del Norte... hombres pájaros... ahora - dijo rápidamente y muy alterado, pero al ordenar las palabras todo cobró sentido.
- ¿Hay Nómades Aire en el Templo Aire del Norte justo ahora? - pregunté impactada y asintió frenéticamente - ¿Por qué no me dijiste antes? Debemos ir a verlos ahora mismo.
***
Ya estábamos llegando al Templo, la emoción de Aang y mía era mucha dado que veríamos a más maestros aire. Cuando llegamos vimos a personas volando cerca del templo, pero por la forma en la que lo hacen se nota que no usan aire control y no son maestros aire.
Aterrizamos en el templo y fue una sorpresa ver a personas del Reino Tierra viviendo aquí con máquinas voladoras, eso no nos gustó mucho dado que mitad del Templo estaba siendo destruido. Me alejé de todo eso para no hacer ninguna locura pero luego Teo, el chico con el que mi hermano tuvo una competencia de vuelo cuando llegamos, vino a mí preocupado.
- Mailyng, Aang te necesita - dijo y de inmediato fuimos al santuario del templo donde me quedé sin habla al ver lo que había allí.
- ¿Tu padre les vende estas armas a la Nación del Fuego a cambio de que no destruyan este templo? - pregunté sin poder creerlo.
- No me siento orgulloso de eso - dijo apenado y le agache para tomar su mano.
- Hablaremos con él - dijo Aang y los tres fuimos a buscar al ingeniero, cuando llegamos lo vimos haciendo más inventos - ella es mi hermana gemela, Mailyng.
- Señor entiendo que usted encontró este lugar y lo volvieron su hogar pero no puede seguir dándoles armas a esas personas... los conozco y son despiadados, cuando tengan la oportunidad lo va a traicionar.
- No tengo opción - dijo preocupado antes de ver una vela - llegarán muy pronto.
- ¿Cómo puedo sentirme orgulloso sabiendo que fabricas cosas para asesinar gente? - preguntó Teo.
- Necesito pensar - dijo y sonó una campana - deben irse, ya están aquí.
- No nos iremos - dijo Aang.
- Entonces debemos escondernos - dije moviendo la silla de Teo para ocultarnos, su padre jaló una cuerda y el piso se abrió dejando subir a un hombre de la nación del fuego.
- Sabes que no me gusta esperar - dijo molesto - dame lo que nos debes para poder irme de una vez.
- Por aquí - dijo guiándolo a la puerta pero antes de que llegara Aang cerró la puerta de golpe para enfrentarlo.
- Se acabó el trato - dijo molesto y yo salí de mi escondite para encararlo también.
- Los Avatares - dijo sorprendido.
- Chicos no se metan.
- ¡Si no me das lo que vine a buscar la nación del fuego hará este templo escombros!
- ¡Lárgate! - dije antes de darle una bofetada con el aire control - te irás con las manos vacía, y si ve a llorarle a los demás... te estaré esperando y pagarás muy caro el meterte con el hogar de estas personas.
Cuando se fue todos pusimos manos a la obra para detener a la Nación del Fuego, al principio todo iba bien pero luego llegaron con unas máquinas raras que casi no pudimos detener. Pero llegaron Sokka y el Mecánico con un globo de guerra con el cual nos salvaron a todos, allí Aang y yo comprendimos que a pesar de que ellos hayan cambiado el Templo, este se volvió su hogar.
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Los últimos maestros del aire (SA 1º)
FanfictionHace más de 100 años, las 4 naciones: Agua, Tierra, la nación del fuego y los nómadas del Aire vivían en completa armonía. Todos los maestros estaban en contacto con su elemento natural. Pero había una persona que era capaz de controlar los cuatro e...