Capítulo XLIX

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Me concentré y en mi mano había una esfera de aire pequeña en la cual no solo estaban los poderes del aire control sino también el conocimiento. Miré a Ozai, quien veía esto con terror, antes de correr a los chicos y lanzarle la esfera a Zuko, cuando chocó con él cerró los ojos por un momento y al abrirlos le lanzó una patada de aire a Shen logrando que chocara contra la pared.

Tanto Shen como Ozai miraron a Zuko con miedo y maldad, fui a donde Zuko para darle sus espadas que estaban por el suelo y tomar su mano para jalarlo.

- Tenemos que irnos - antes de hacer algo más escuchamos el sonido de relámpagos y vimos a Ozai formarlos.

- No irás a ningún lado.

Me puse en posición de ataque pero cuando Ozai disparó, Zuko me empujó recibiendo el rayo por mí. Levanté la vista preocupada y me sorprendí de verlo desviar el rayo con la técnica que Iroh le enseñó devolviéndole el rayo a su padre, cuando el rayo golpeó a Ozai vino a verme.

- ¿Estás bien? - preguntó ayudándome a levantarme.

- Eso creo - dije antes de posar mi vista en Shen, lo vi completamente furiosa mientras me quitaba el collar que me dio y se lo lanzaba - si sabes lo que te conviene, no vas a seguirme... adiós Shen.

Zuko y yo salimos corriendo del bunker en dirección a mi casa dado que tenía que ir por Nixie y Mimmi. Al llegar fuimos hacia ella pero noté que Yao no estaba, cuando terminé de poner la silla noté que en esta había una nota de Piandao diciendo que había escapado y que me deseaba suerte.

Una vez listos emprendí vuelo hacia la prisión de la torre que es donde estaba Iroh, al llegar aterrizamos y empezamos a correr hacia la celda. Pero en el camino nos encontramos a muchos soldados que al parecer ya sabían de nuestra traición, cuando Zuko estaba por pelear con ellos puse mi mano sobre su hombro y le indiqué que me siguiera.

Comencé a correr en dirección a los soldados pero en vez de atacar corrí por las paredes y el techo esquivándolos, miré sobre mi hombro y sonreí al ver que Zuko hacía lo mismo. Llegamos a la celda de Iroh, me detuve en la puerta pero Zuko no corrió la misma suerte dado que cuando quiso detenerse estaba en el techo y por obvias razones acabó en el suelo.

- Creo que a la próxima debes enseñarme a caer de pie - dijo adolorido mientras lo ayudaba a levantarse.

- Si es que hay una próxima - dije antes de abrir la puerta pero los barrotes de la celda de Iroh estaban rotos - ¿Y Iroh?

- Es lo que averiguaremos - se acercó al guardia que estaba inconsciente en el suelo para empezar a sacudirlo - ¡¿Dónde está mi tío?!

- Escapó, fue horrible... fue como ver un ejército de 100 en un hombre.

- No tenemos tiempo para esto, debemos irnos.

Con eso Zuko soltó al guardia y salimos de la prisión pero mi mayor sorpresa fue ver como maestros fuego atacaban a Mimmi quien volaba intentando esquivar mientras Nixie les lanzaba nuestras cosas entre ellas mis espadas.

- ¡Déjenlas! - gritó Zuko atacando a los guardias, tomé mis espadas desenvainándolas.

- ¡Mimmi váyanse! ¡Ve con los chicos! ¡Estaremos bien!

Con esas palabras Mimmi se fue volando y nosotros empezamos a luchar derribando poco a poco a todos los guardias, una vez noqueados corrimos en dirección a donde guardan los inventos que el Ingeniero les vendía.

- Necesitamos algo veloz - dije comenzando a buscar - más veloz que las motos y los barcos.

- ¿Qué hay más veloz que un barco? - preguntó haciendo lo mismo pero ya encontré algo, sonreí mientras quitaba la cortina.

Los últimos maestros del aire (SA 1º)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora