Capítulo XXVI

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- Deben estar bromeando... no es posible que su padre haya sido un monstruo - dijo Katara y le lancé una ráfaga de aire.

- Nuestro padre no era ningún monstruo... sabía que no lo entenderían - dije antes de empezar a empacar.

- Lyng ¿Qué haces? - preguntó Aang confundido.

- Obvio estoy empacando, tú y yo buscaremos un maestro tierra luego de buscar a alguien que lleve a Katara y Sokka al polo sur - dije subiendo mis cosas a Mimmi - o mejor aún, nos vamos y que ellos vuelvan solos.

- No lo dijo con mala intención - dijo acercándose a Mimmi.

- De hecho sí - dijo Sokka y donde estaba parado hice que la tierra se hundiera - ¡Oye!

- Lo lamento Aang, pero no creo poder estar con personas cuyas mentes siguen enterradas hace 300 años... y yo que creía que los de 112 años éramos nosotros, comienza a empacar.

- No - dijo y lo vi enojada - no los dejaré aquí y tú tampoco deberías.

- Aang, nadie salvo nosotros y Gyatso entiende lo que pasó entre nuestros padres... no me gusta mentir sobre ellos, pero lo haré para que nadie ataque la memoria de nuestro padre - dije bajando de Mimmi.

- Entonces deberás irte sin mí.

- No digas tonterías.

- No son tonterías, se que soy egoísta pero entiende que tú los conociste mucho más tiempo que yo... no soy el más apropiado para defenderlos - dijo y baje la mirada por un momento.

- Bien, iré a Ba Sing Se... tardaré 2 semanas en llegar, te esperaré allí por 2 meses, si no llegas para entonces... vendré por ti, solo por ti - dije antes de darme la vuelta - y recuerda que si me necesitas, estaré en tu cabeza.

- Y yo en la tuya - dijo desanimado, saqué la caja de música de mi bolsillo y me di la vuelta para dárselo.

- Para que no olvides lo mucho que me importas - de inmediato me abrazó y yo fulmine a ambos hermanos con la mirada antes de separarme - más les vale que cuando vuelva a verlo, siga con vida.

Sin decir otra palabra me fui de allí derramando unas lágrimas.

***

Llevo días viajando de un lugar a otro para poder llegar a la capital del reino tierra, se que fui egoísta al dejarlos pero no me dejaron de otra. Justo ahora Mimmi y yo estamos recogiendo vayas y un poco de agua para el camino.

- Vaya Mimmi estás pelechando mucho - dije mientras la acariciaba - será mejor que te de un baño, no queremos dejar un considerable rastro ¿Verdad?

Luego de bañarla en el río seguimos con nuestro camino a pie, hasta que escuche algo entre los arbustos. Saqué mi bastón y fui allí con cautela, estuve a punto de atacar cuando...

- ¡Lyng, espera! - detuve mi bastón a centímetros de su rostro.

- Iroh - dije feliz antes de abrazarlo - me da tanto gusto verte.

- A mí igual - dijo y miró a todos lados - ¿Y tus amigos?

- Nos dividimos ¿Y Zuko?

- Se fue y lo estoy buscando - dijo y bajé la mirada - ¿Sabes dónde están tus amigos?

- No, los dejé... voy camino a Ba Sing Se, los esperaré allá.

- ¿Qué pasó? - preguntó y me volví a derrumbar - ya, mi pupila... dime lo que pasó.

***

- ... por eso me fui - terminé de contar mientras le servía un té a Iroh.

- Los jóvenes suelen ser muy prejuiciosos Lyng, sin mencionar que con esta guerra... todos nos tienen temor.

Los últimos maestros del aire (SA 1º)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora