Capítulo VII

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- Oh, miren es por allá - dijo Aang sabiendo lo que tuve y nos dirigimos en esa dirección.

- Ya hicimos una para ayer ¿No deberíamos viajar un poco más antes de acampar?

- Estoy de acuerdo con eso Sokka, pero los bisontes se cansan demasiado cuando vuelan y llevan a más de uno... y más si es una persona tan irritable como tú - dije señalándolo antes de ver al océano viendo lo que vinimos a buscar - bueno hermano menor, allí tienes al elefante koi.

Asintió antes de quitarse la ropa y saltar al agua para nadar al elefante Koi y montarlo. Al principio todo iba bien y a Katara parece que le gusta mi hermano hasta que desvió la vista por un momento...

- ¡No Appa! ¡No comas eso! - me di la vuelta y vi lo que ambos bisontes intentaron comer.

- ¡Mimmi escúpelo! - grité corriendo en su dirección y tras hacerle cosquillas en la garganta lo escupió, Katara hizo lo mismo con Appa - gracias a los espíritus llegamos a tiempo.

- Volveré a ver si algo les pasa - dijo volviendo a la playa mientras yo me quedé con los bisontes, pero los gritos de Katara y Sokka me pusieron alerta y tras tomar mi bastón volví a la playa - ¡Aang sal de agua!

- ¿Qué pasa? - pregunté viendo como mi hermano estaba en el agua y de repente una especie de aleta salió a la superficie cerca de él - ya veo... ¡Aang, vuelve!

Al ver lo que había detrás de él empezó a correr encima del agua hacia donde estábamos, extendí mis brazos para recibirlo pero por en realidad corrió en dirección a Sokka y ambos se estrellaron contra un árbol. Aang de inmediato se incorporó y empezó a vestirse, todos estuvimos de acuerdo en que debíamos irnos pero nos emboscaron y nos llevaron a quien sabe donde.

Cuando nos dejaron ver estábamos en un pueblo rodeados de mujeres con vestimenta de guerreros y algunas personas.

- ¿Quién eres tú? ¿Dónde están los hombres que nos emboscaron? - preguntó Sokka.

- No fueron hombre nosotras te emboscamos... ahora dígannos quienes son y qué hacen aquí - dijo una de ellas.

- Es imposible que... - empezó a decir Sokka pero pisé su pie obligándolo a callarse.

- De verdad lo sentimos, es mi culpa... quise montar al elefante koi, no quisimos causar molestias - dijo Aang.

- ¿Cómo sabemos que no son espías de la Nación del Fuego? Kyoshi se alejó de la guerra hace mucho tiempo y pensamos seguir así - dijo el que parece el alcalde.

- ¿Está isla lleva el nombre de Kyoshi? - pregunté con una sonrisa - mi hermano y yo conocemos a Kyoshi.

- ¿Cómo podrían conocerla? Avatar Kyoshi nació hace 400 años, lleva siglos muerta - dijo señalando la estatua a la cuál nos tenían atados.

- La conocemos porque nosotros somos los Avatares - dijo mi hermano guiñándome un ojo y asentí.

Esto será interesante

Ambos saltamos usando aire control para pasar por encima de la estatua y caer frente al pueblo, mi hermano creo una esfera de aire y me la lanzó la cuál hice girar en mi manos antes de lanzarla al cielo y empezar a usar tierra control dejándolos a todos impactados.

- Es verdad ustedes son los Avatares - dijo el alcalde y Aang empezó a jugar con sus canicas logrando que todos en el pueblo celebraran y que unos hiciera movimientos raros antes de desmayarse.

***

Al día siguiente decidí ir a las afueras para practicar los elementos, empecé primero con la tierra control y todo iba genial hasta que unos chicos del pueblo empezaron a coquetear conmigo. Lo pasé desapercibido al principio dado que estábamos en un pueblo que sabe como tratar a un Avatar, pero luego uno de ellos se quiso pasar de la raya así que lo dejé congelado en un árbol.

Los últimos maestros del aire (SA 1º)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora