Prólogo

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Hace 100 años...

Soy Mailyng y soy una maestra aire al igual que mi hermano gemelo Ang, ambos vivimos en el templo del aire del sur con nuestros amigos que también son maestros aires. Son puro hombres, de momento soy la única maestra aire en el Templo aire del Sur y me siento orgullosa de eso, mi hermano y yo estamos al cargo de un monje llamado Gyatso es como un padre para nosotros.

Él siempre hace que las enseñanzas sean como un juego y éramos felices, pero hace unos días los monjes nos dijeron una noticia que no esperábamos. Resulta que somos los Avatares, lo cual les pareció muy extraño ya que siempre era uno, y sacaron esa conclusión por unos juguetes que compartíamos de niños.

Y porque hace años hubo una maestra aire que fue la Avatar

Dijeron que nos deberían decir esto a los 16 años pero nos lo dicen ahora porque creen que algo malo va a pasar, desde entonces todo comenzó a cambiar. Nuestros amigos ya no querían jugar con nosotros porque decían que tendríamos ventaja sobre los demás, algo que claramente nos dolió pero aún teníamos a Gyatso que siempre intentaba sacarnos una sonrisa.

Algo que a los monjes no les parecía ya que siempre decían que debíamos entrenar, pero Gyatso se oponía porque quería que tuviéramos una infancia normal. Pero los monjes estaban cansados de que nosotros no entrenáramos como se debía, así que Ang y yo fuimos a verlos a la sala de reuniones para ver lo que hablarían con Gyatso y descubrimos que mandarían a Aang al Templo aire del Oeste y a mí al del Este separándonos de Gyatso.

Aang se lo tomó muy mal, se encerró en nuestra habitación y no quiso abrirme.

- Mailyng - dijo Gyatso asombrado al verme sentada en el piso - ¿Qué haces aquí?

- Aang no quiere abrirme... escuchamos la decisión de los monjes... no queremos irnos este es nuestro hogar.

- Lo sé mi pequeña pupilo - dijo tomando mi mano para levantarme - pero tranquila, no dejaré que los separen de mí.

- ¿En serio? - pregunté ansiosa y asintió, de inmediato use aire control para abrir la puerta de la habitación - ¿Escuchaste Aang?

Pero mi hermano no estaba allí, solo estaba una nota de mi hermano diciendo que no soportaba la idea de que fuéramos separados así que escapo y dijo no volvería a menos de que los monjes cambiaran su decisión.

Lo peor es que afuera había una tormenta y algo pudo pasarle, así que desobedeciendo a Gyatso fui a los establos de los bisontes voladores buscando la mía, Mimmi, cuando la encontré me subí y emprendió vuelo rumbo a las corrientes de aire. Estuve esquivando las nubes de tormenta y algunos rayos pero perdía el control poco a poco, cuando menos lo espere Mimmi y yo caímos al océano.

No supe lo que pasó, solo se que de alguna forma cree una esfera de hielo manteniéndonos a salvo. Me quedé dormida por lo que creí días.

Pero fueron 96 años...

Los últimos maestros del aire (SA 1º)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora