Capítulo LI

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- Te lo dije - dije y todos nos escondimos detrás de la fuente, mientras Zuko atacaba al hombre.

- Se cancela la misión, te ordeno que te detengas... ¡Si sigues atacando, no te pagaré! - las palabras de Zuko no sirvieron de mucho dado que siguió disparando, pero cuando dijo lo último el hombre lo sujetó del cuello.

- No creo que eso sirva - comentó Sokka.

- ¡¿Crees que no lo sé?! - grité furiosa antes de volver a ver a Zuko.

- ¡Te pagaré el doble si paras! - volvió a gritar pero esta vez usó fuego control logrando enojarlo más.

- ¡No! - grité antes de tomar mi planeador y volar hasta allí.

- ¡Lyng! - gritaron Sokka y Katara a mis espaldas, pero ya había llegado por suerte él no se dio cuenta.

- ¡Déjanos en paz! - grité golpeándolo en el tatuaje, ante eso intento disparar pero explotó algo en su cara.

Su ojo es su debilidad

- ¿Viste eso? - pregunté mientras corría a donde estaba Zuko.

- Por supuesto, si un golpe como ese lo aturdió uno más fuerte puede vencerlo - el hombre se recompuso y disparó, pero Zuko me empujó a tiempo para luego crear un escudo de fuego solo que la explosión lo mandó al borde.

- ¡Zuko! - grité corriendo hasta allá y por suerte llegué a tiempo para tomar su mano, lo malo es que ese hombre viene por mí - no puedo subirte, pesas como 90 kilos.

- Salta - dijo y lo vi como si estuviera loco - confía en mí.

- Bien confío en ti - con esto cerré los ojos y salté sin soltar la mano de Zuko, caí por un par de segundos cuando sentí que frenaba, abrí un ojo cayendo en la cuenta que Zuko se sujetó de una liana.

- Tranquila, tranquila ya te tengo - dijo Zuko ayudándome a subir para tomar la liana.

Volvimos a ver al hombre que saltaba a otro templo para volver a atacar a los demás, pero por suerte Sokka logró golpearlo con su boomerang en el ojo logrando destruirlo junto con uno de los templos. Empezamos a subir y al llegar a tierra firme suspiré aliviada al saber que no volvería a ver a ese hombre, intercambiamos una sonrisa antes de ir con Aang y los demás dado que Zuko debía decir unas disculpas.

- No puedo creer que esté diciendo esto, pero... gracias Zuko - dijo Aang.

- Oye ¿Y que hay de mí?... yo hice lo del boomerang.

- Le agradecía por salvar a Lyng - aclaró.

- Oh claro - dijo apenado y solté una risa.

- Escuchen, está muy claro que no me expliqué muy bien ayer... he vivido muchas cosas, a sido duro pero me di cuenta de que tuve que pasar por todo eso para conocer la verdad... pensé que había perdido mi honor y que mi padre podía devolvérmelo, pero ahora se que nadie puede darte tu honor, es algo que se gana uno mismo al hacer lo correcto - dijo lo último mirándome y aparté la mirada apenada - ahora solo quiero participar en el fin de esta guerra y se que mi destino es ayudarlos a recuperar el equilibrio del mundo.

- Sobre lo que pasó ayer, lo lamento Katara... no debí atacar de esa forma - dije haciendo una pequeña reverencia - mucho menos querer pelear contra mi propio hermano.

- Y yo lamento lo que te hice - dijo mirando a Toph - fue un accidente, el fuego es peligroso y salvaje... así que como maestro fuego, debo ser más cuidadoso en controlar mi poder para no herir a la gente sin intención.

- ¿Eso te suena Aang? - pregunté mirándolos a él y Katara.

- Sí y veo que Zuko está destinado a ser mi maestro fuego control - dijo sorprendiendo a todos - cuando hice fuego control por primera vez, quemé a Katara y nunca más quise hacer fuego control de nuevo... pero ahora se que entiendes que lo fácil que es herir a la gente que amas.

Los últimos maestros del aire (SA 1º)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora