Epílogo

1.1K 95 0
                                    

Mailyng:

- ¿Quién les enseñó eso? - preguntó Ty.

- Un león tortuga.

- Aang y yo tenemos locas aventuras cuando desaparecemos - dije mientras nos preparábamos.

- Avatares - dijo Mai con tono formal - tienen una visita.

- Hola chicos.

- Piandao - dije antes de correr a abrazarlo junto con Aang.

- Supe lo que hicieron... y no puedo estar más orgulloso de ambos - dijo separándose - los monjes, Gyatso y sus padres estarían igual de orgullosos que yo.

- Sigo sin creer que estuve frente a mi primo y él ni me dijo nada - se quejó Aang mientras se ponía el kimono.

- Él ni siquiera me dijo que te vio - dije terminando de arreglar mi cabello.

- Tenía que protegerlos - dijo con simpleza, finalmente terminamos - se ven muy bien, pero les falta algo...

- ¿Qué? - preguntó Aang,

- Algo como esto - dijo Ty mostrando unos collares maestros aire - yo misma los hice con algo de ayuda de Piando y Mai.

- Eres la mejor - dije poniéndome el collar al mismo tiempo que Aang.

- ¿Están listos? - preguntó Mai y asentimos.

Nos separamos de ellos para ir a la entrada al banco real, donde nos sentamos para meditar un rato pero a los pocos segundos sentí que alguien venía. Levanté la mirada hallando a Zuko ya con su traje del Señor del fuego, me puse de pie con una sonrisa para hacer una reverencia.

- No puedo creer que hace solo unos meses mi vida era derrotarlos y ahora...

- Somos amigos, otra vez.

- Eso parece - dijo ruborizado.

- Hace unos meses seguía congelado en el bloque de hielo, el mundo es tan diferente ahora - dijo Aang poniéndose de pie.

- Y será aún más diferente... lo reconstruiremos los tres, juntos.

Luego de eso los tres nos dimos un abrazo grupal antes de salir al balcón, cuando Zuko salió tocaron el gong y tocos aclamaron con alegría.

- Por favor... los verdaderos héroes, son los Avatares - dijo y nosotros salimos para ubicarnos a su lado y de nuevo vinieron las aclamaciones - hoy por fin la guerra ha terminado... le prometí a mi tío que restauraría el honor de la Nación de Fuego, y lo haré... el camino por recorrer es difícil, 100 años de guerra dejaron al mundo lastimado y dividido... pero con la ayuda de los Avatares, podemos volver al camino correcto y comenzar una nueva era de amor y de paz.

- Que viva el Señor del Fuego Zuko - dijo un sabio del fuego coronándolo.

Las aclamaciones volvieron y Zuko dio un paso al frente, pero luego nos pidió que nos acercáramos a lo que asentimos y luego tomó mi mano sin ningún disimulo a lo que me sonrojé.

***

Y estamos de vuelta en Ba Sing Se en la casa de té de Iroh, Mai y Ty estaban encantadas con el lugar y más con la compañía de Shen y Haru. Mi querido hermano y yo estábamos jugando con Mommo y Nixie mientras Zuko repartía tazas de té.

- ¡Zuko deja de moverte! Trato de capturar el momento - reclamó Sokka - quiero hacer una pintura para que todos recordemos los buenos tiempos.

- Es muy atento de tu parte Sokka - dijo Katara acercándose a ver la pintura - espera ¿Por qué me dibujaste con las orejas de Mommo?

- Son las ondulaciones de tu cabello.

- Al menos no pareces un puercoespín, mi cabello no es tan puntiagudo - se quejó Zuko.

- Yo parezco un hombre - se quejó Mai.

- Y yo una mujer - dijo Haru.

- ¿Por qué estoy haciendo fuego control? - preguntó Suki.

- Pensé que se vería más emocionante así - se justifico Sokka a lo que Mommo y Nixie le hablaron - ¿Creen que ustedes pueden hacerlo mejor?

- Oye mi barriga ya no es tan grande, ha bajado mucho de peso - se quejó Iroh mientras Aang y yo salíamos para ver la vista.

- Oye ¿Podemos hablar?

- ¿Tengo otra opción Señor del Fuego? - pregunté bromista y él negó con la cabeza - muy bien.

Caminamos por las calles de la ciudad hasta llegar a la misma fuente a la que vinimos en nuestra primera y única cita. Iba a decir algo pero me abrazó de improvisto a lo que le respondí algo confundida, pero al separarnos me besó y tardé unos segundos en corresponderle.

- Linda charla - dije un poco sonrojada.

- Lyng, se que ahora que todo acabó... tendrás responsabilidades de Avatar, pero no quiero que nos separemos de nuevo.

- Zuko, nunca dije que me iría.

- Pensé que te irías con Aang a algún templo maestro aire luego de ese movimiento de nombre largo.

- No iremos tan lejos, Piandao es la única familia que tenemos y su lugar esta en la Nación de Fuego... debemos poner en marcha el "Movimiento de Restauración de la Armonía" y al terminar conoceremos más a fondo nuestras raíces de la Nación de Fuego.

- Eso significa...

- No te librarás de mí tan fácil.

- No quería hacerlo porque yo... yo te amo.

- Yo también - dije con una sonrisa antes de abrazarlo.

- Cierra los ojos - me pidió y le hice caso, a los pocos segundos sentí algo en mi muñeca - ábrelos.

Cuando los abrí miré mi muñeca hallando un brazalete al lado del que tengo de mi madre, miré a Zuko con incredulidad al reconocer el tipo.

- Lyng ¿Quieres gobernar la Nación de Fuego a mi lado como mi reina? - preguntó nervioso y miré mi nuevo brazalete sintiendo como las lágrimas caían.

- ¡Sí! - grité antes de abrazarlo con todas mis fuerzas.

Fin...

Los últimos maestros del aire (SA 1º)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora