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Merceline Dant bajó del auto de Eleonor para irse a casa en un triste silencio, en su mano llevaba su mochila y una vez estando dentro de su habitación comenzó a llorar, sus lagrimas comenzaron a empañar sus lentes, se los quitó para limpiarse las lagrimas recordando lo ocurrido una vez entró en el sitio donde vivía Clint.
 Apenas abrieron la puerta se encontraron con un par de roedores sobre la mesa devorando un pan que Clint no terminó de comer, Merceline dio un suspiro para entrar al cuarto donde dormía Clint, entre algunas cosas ella encontró el cuaderno de apuntes del anterior velador, se lo entregó al detective Hall mientras él echó un vistazo por la casa, Merceline vio todas las cosas que eran de Clint, no había mucho a decir verdad, entre todo había algunas cosas que ella notó mas valiosas, o por lo menos mas valiosas para él, su guitarra y una chaqueta roja en imitación de cuero, supo que era especial por la forma en la que estaba guardada
-oh Clint...- dijo ella sujetando la chaqueta en sus manos- siempre tan feliz... tan sarcástico y bromista- luego Merceline notó algo mas, algo que brillaba en un cajón junto a su cama, Merceline sacó de ella un brazalete de plástico con una pequeña placa de metal
-en caso de emergencias 088 1723 44- Merceline conocía algunos números especiales que su padre le obligó a memorizar en caso de alguna emergencia, pero ella simplemente no reconoció aquél numero
-detective Hall- dijo la chica levantándose para llevarle el brazalete al detective- aquí dice en caso de emergencias... ¿qué numero es este? - el detective lo observó un momento y suspiró
-no creo que ese numero sea  útil, ese brazalete tenían que portarlo los pacientes del hospital mental, pero ese numero pertenece al viejo hospital mental, el cual se incendió hace como 10 u 11 años, en caso de que algún paciente se extraviara por alguna razón se debía llamar a ese numero para que las unidades del hospital fueran por él- 
-esto... estaba en el cajón junto a la cama de Clint... entonces él...- 
-es probable que alguna vez estuviese internado en ese sitio...-
-por dios...- Merceline corrió de vuelta al cuarto donde dormía Clint para luego de buscar entre otras cosas un frasco con píldoras, luego otro y otro mas, aquello le rompió el corazón aun mas
-¿Merceline, niña que pasa? dijo Christine sentándose junto a ella
-él estaba... muy enfermo, el sufría.... y yo...- ella llorando sujetaba los frascos con píldoras, el detective tomó las píldoras para examinarlas, era cierto... los medicamentos que el chico tomaba eran calmantes algo fuertes y otros para prevenir alucinaciones, la joven Merceline conocía algo de este tipo de medicinas, esto era así porque también su madre las consumía, al menos los calmantes, pasado el tiempo y una vez que el detective había tomado todo lo necesario partieron todos del lugar.
Merceline pensativa se acercó a su mochila para sacar algo que extrajo de la vivienda de Clint, sostuvo en sus manos la chaqueta roja y se la puso, esta le quedaba un poco grande
-fui una egoísta Clint... debí prestarte más atención... los problemas con los que lidiabas la reciente perdida de tu amigo el cual considerabas y querías como a tu propio hermano...- Merceline se abrazó junto con aquella chaqueta
-lo lamento Clint... lo siento tanto...- sollozaba cuando las nubes hicieron un estruendoso ruido, un trueno y acompañado de él una fuerte lluvia, Merceline se acercó al ventanal del balcón para observar la lluvia caer, sus ojos dejaron de brotar lagrimas por un momento
-tenías que morir Clint... para que yo... me diera cuenta de... de que...- cerró los ojos abrazando fuertemente su cuerpo
-necesito saber de ti... necesito saber todo sobre ti...- dijo la chica finalmente observando al cielo nublado que llovía.
Mientras en otra parte de la casa Faustus Dant sostenía un vaso de vidrio con whisky
-ese chico esta muerto... acaso habrá sido...- 
-no...- respondió una voz desde las sombras lo que llamó la atención de Faustus asustándolo
-¿quién dijo eso?- volteó apresurado su mirada a todas partes-
-tranquilízate Faustus muchacho, estoy por aquí...- dijo la espectral voz, Faustus Dant volteo a todas partes hasta darse vuelta y ver por el ventanal
-ahi mismo Faustus muchacho ahí...- dijo aquella voz cuando Faustus vio en dirección al gran teatro que se veía como una mancha lejana entre las luces
-no puede ser... el plan... todo se ah venido abajo... el muchacho esta muerto...-
-puede ser... pero el plan aún no se ha perdido... aún hay una chance Faustus... no te rindas... un hombre debe hacer su trabajo Faustus ¿lo recuerdas?-

-pero... ¿como? ¿Cómo lo sabré? - preguntaba el viejo hombre viendo por la ventana

-la chica Faustus... ponla en peligro y... lo sabrás-

-pero... no puedo...- dijo en voz baja frotandose la cabeza

-confía en mi Faustus... nada le pasará ya veras- 

-si... lo entiendo- contestó Faustus a aquella voz que solo él podía escuchar ya que... su esposa escuchaba todo tras la puerta de madera, preocupada.


El fantasma de la opera (versión mejorada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora