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Merceline Dant observaba la noche suspirando, el día de mañana era su debut luego de eso se giró a otra parte de la habitación en casa de la señora Eleonor, ahí en un maniquí sin cabeza estaba su vestido que usaría para interpretar a Julieta en la obra, el vestido lo usaría en la escena del baile con mascaras
-mañana...- suspiró la joven observando por la ventana cuando un relámpago la tomó por sorpresa seguido de una intensa lluvia, al ver las gotas caer por la ventana Merceline vio figuras, mismas que intentó dar forma con su imaginación y... ahí estaba él, Clint... estaba de pie en la banqueta de enfrente, no parecía un zombie.... esta vez estaba justo como ella lo recordaba, Merceline cerró los ojos y  se dejo caer en la cama extendiendo los brazos, pudo verlo... estaba muy clara su imagen ante ella, estaba vestido de negro, su piel era reluciente como la de un espectro y sus ojos... oh esos ojos centellantes, se veía tan real... parecía muy real, demasiado...
-estoy aquí majestad- dijo él acercándose a la joven chica mientras le quitaba las gafas, Merceline sonrió y le tomo de la mano, Clint la levantó con amabilidad y ambos juntos se pusieron a bailas despacio al sonido de la lluvia
-pensé no volver a verte...- susurró Merceline dejando descansar su mejilla en el hombro
-no vas a librarte de mi tan fácil majestad, no importa a donde vayas... no importa que tan lejos corras... no importa en que vida renazcas... ya estoy aquí...- Clint tomó la mano de la joven con delicadeza y la puso en el pecho de ella, justo donde esta su corazón, Merceline sonrió levemente soltando algunas lagrimas, pero Clint levanto su mirada levantando su mentón, limpio sus lagrimas, aquellas manos eran tan cálidas y suaves, luego sintió como besaba sus labios en un tierno beso, beso mismo que ella alargó cuando él se separó, si esto era un sueño ella quería quedarse por siempre en el, era hermoso... pudo sentir su cuerpo, sus labios... su calor, se soltó el cabello y ella solo lo observo a los ojos, estos brillaban reflejando la inocencia de una joven y el deseo de una mujer, no había necesidad de las palabras, ella bajó los tirantes de su pijama dejando esta caer, sus mejillas se ruborizaron al estar desnuda ante el, Clint hizo lo mismo quedando desnudos ambos... indecisos... inocentes los dos... Clint volvió a abrazarla y esta vez Merceline pudo sentir sus fuertes brazos... y su espalda con marcas de viejas peleas.... esto lo le molestaba, así como no le molestaban sus grandes manos acariciar desde su espalda hasta su trasero y sus piernas, leves jadeos y el calor causaron que las ventanas se empañasen por la fría lluvia de afuera, esta se acostó en la cama mientras el se posó sobre ella, sintiendo los húmedos labios de Clint besar por completo su cuerpo, luego de eso con los ojos cerrados pudo sentir como entraba en ella, al inicio era doloroso, ella solo lo tomaba de su cintura para evitar que el empujase demasiado duro, pero era todo un caballero, fue cuidadoso, lo bastante para que no doliera, Merceline solo soltaba leves suspiros y jadeos de placer de vez en cuando
-C-Clint...- susurró ella sonrojándose por esa débil voz que salió de su boca, abrió un poco los ojos y... ahí estaba el, abrazando su cuerpo y penetrándola tanto que Merceline sentía como si ambos fuesen uno solo, era mas que solo placer carnal... ella sintió como si ambos se uniesen de una forma distinta, era... llevarlo dentro... era parte de su ser... y se sentía incompleta sin él.
Los movimientos comenzaron a ser mas rápidos envueltos en indescriptible placer, Merceline entrelazó sus dedos con los de él entre ahogados gemidos por dulces besos, abrazó su cuerpo con sus piernas, no quería soltarlo, no quiso dejarlo ir nunca, cuando todo culminó en una explosión de sentimientos dentro de ella, ambos terminaron exhaustos... jadeando... la noche parecía eterna para ambos y Merceline deseó nunca terminar, ella se abrazó al cuerpo del chico recostando su cabeza en su torso desnudo, pudo oír su respiracion y su corazón latir, era sin dudas la mejor y mas hermosa experiencia de su vida
-Clint... nunca... te alejes de mi- dijo ella aferrándose a su cuerpo sin querer abrir sus ojos... ella sentía que si los abría despertaría de su sueño... el mas dulce sueño
aquí estaré... por siempre- respondió Clint susurrando cuando el cansancio la venció y durmio abrazando a su amor.



El fantasma de la opera (versión mejorada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora