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"la situación actual en ciudad central a dado mucho de que hablar, el desempleo en esta pobre ciudad a aumentado en un 10%, tal vez no es un porcentaje muy alto pero... si tomamos en cuenta la población total de esta ciudad... muchísimas familias se están quedando sin sustento..."
"han comenzado a moverse a otro sitio, se estima que al menos unas 20 000 personas han..."
"otro cadáver ha sido encontrado colgando dentro se su apartamento, con esto ya suman 35 personas que se han quitado la vida en lo que va del añ..." 
-apaga esa basura- dos chicos se encontraban en un pequeño apartamento en un barrio de mala muerte, el mas joven de los dos se levantó para apagar el viejo televisor, mientras el otro cocinaba en una parrilla eléctrica, al apagar el televisor Clint torrance pudo escuchar el ruido proveniente de la ciudad, autos pasando a toda velocidad, una mujer discutiendo con su pareja no muy lejos de ahí, el sonido de las sirenas de la policía y los huevos fritos que Robert Anderson cocinaba, Clint contaba con 21 años mientras que su compañero Robert ya tenía 28 años contados, ambos fueron a la mesa para desayunar, mientras Robert observaba el periódico
-buscaras una vez mas en clasificados, siempre llegamos tarde hermano- dijo Clint mientras devoraba su desayuno salvajemente, contrario a Robert quien de vez en cuando se llevaba un bocado a la boca mientras sostenía el periódico con la otra mano
-nada de eso hermano, esta vez probaremos mejor suerte en otro lugar-
-mhh?¿ a que te refieres con eso?-
-la paga como siempre es un mal chiste, 1000 a la semana, es un trabajo pesado pero... necesitan personal, mano de obra como la nuestra-
-mentira, yo soy un artista, no puedo hacer trabajo de esos- Robert bajó ligeramente el periódico para ver por encima a Clint-
-es broma, sabes que mi música llegara lejos hermano, cuando todo este desastre termine, seré un gran músico-
-bueno, hasta entonces... terminate eso que ya debemos irnos o nos quedaremos sin lugar-
-¿y donde es ese dichoso lugar?-.
Mas tarde ambos amigos llegaron a la parte trasera de un gran lugar, había un enorme grupo de personas, en su mayoría hombres. Si que era un alboroto, todos levantando sus manos, algunos llevababan sus sombreros en alto, mientras encima de una caja de madera había de pie un joven escuálido, de cabello largo y piel delicada, miraba con cierto asco a las personas que estaban ahí
-aver silencio, ya les dije solo podrán tener el trabajo 20 personas, no habrá contrato si están enfermos, lesionados o si tienen mas de 50 años- aquél debilucho comenzó a seleccionar a las personas mientras Clint y robert se abrían paso entre la gente
-tú, tú, tú y.... tú- señaló a las ultimas cuatro personas, entre ellas Robert y Clint- síganme, dijo el escuálido mientras entraban en el lugar, a sus espaldas se cerraban las rejas de metal dejando a una muchedumbre suplicando trabajar.
-Las cosas son simples, cualquier idiota entenderá las reglas de este sitio, se les proveerá de las herramientas necesarias, solo deberán tener sus respectivos zapatos de seguridad y nada mas, el resto se les dará en el interior del sitio, casco, guantes, gancho de seguridad, lentes etc, esta de mas decir que todo esta enumerado y antes de sacar cualquier herramienta del almacén deberán firmar todo aquello que se les fue entregado, para esto es mas que obvio que deben dejar una identificación que solo se les será devuelta cuando todo lo que se han llevado este de vuelta, no hay seguro ni nada por el estilo, no nos hacemos responsables por lo que les pase aquí dentro, así que deben tener mucho cuidado de no accidentarse, faltas una vez y estas fuera, no hay justificación...  afuera hay mas gente deseando trabajar aquí y a nuestro jefe le interesa terminar esto lo antes posible, si alguien no está de acuerdo con las normas puede irse- el escuálido miró a todos pero nadie se marchó 
-bien, entonces... vayan con aquél hombre del casco naranja, él les asignará su trabajo-. dicho esto el escuálido se marchó 
-vaya cretino...- dijo Clint a su amigo Robert
-debemos trabajar amigo, por favor no te metas en problemas esta vez- 
-descuida no lo haré-
el grupo de nuevos trabajadores se puso en marcha, el gran teatro ahora no estaba tan oscuro ni silencioso, el sonido de taladros, martillos y gritos de hombres trabajando se escuchaba por todo el sitio, Clint se sentía como en casa, demasiado en casa, escuchaba las indicaciones de su jefe directo y el trabajo que le correspondería, era fácil, rescatar lo que aun se pudiera rescatar y llevarlo al sótano mientras lo inutil desecharlo, Clint miró a todas partes y solo pudo ver al grupo de hombres trabajando, cuando... algo llamó su atención, algo resaltó de entre la multitud de tipos con cascos, en uno de los barandales que tan a los palcos estaba una chica, una que para nada encajaba en ese lugar, vestía un fino vestido purpura, llevaba unas zapatillas que valían mas que la renta de su apartamento, su piel era delicada, su cabello largo y negro, brillaba a la tenue luz, usaba gafas... pero a través de ellas pudo ver sus ojos, unos brillantes ojos que... en ese momento se encontraban apagados, la chica lo observó también por un momento, pero se miraba indiferente ante el chico que la observaba, sus ojos estaban aburridos, apagados... la chica se puso nuevamente y se dio vuelta dando la espalda a Clint y marchándose a otra parte.

El fantasma de la opera (versión mejorada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora