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Poco a poco el mes de octubre llegó y con él llegaron las hojas amarillentas de los árboles, los vientos fríos y.... por supuesto el gran teatro que se había restaurado casi por completo, habían sido días tranquilos aparentemente, Clint y Robert continuaban patrullando por las noches y... en algunas veces Merceline se acercaba a platicar con él, ambos en esa especie de pasatiempo que los unía, en resolver el misterio del gran teatro, recopilando información que poco a poco ambos conseguían, esto a Maurice no le estaba agradando ni un poco, Maurice estaba en la recepción del teatro, anotaba algo de trabajo en su laptop mientras los trabajadores hacían lo ultimo de aquél día poco antes de que Clint y robert llegaran, Merceline llegó se sentó en una de las nuevas bancas recién instaladas ese día, mientras Maurice se acercó a ella Clint y Robert justo acababan de llegar
-Una vez mas... maldición ese grupo de punks están armando un caos en ciudad central ¿no lo crees Clint?- dijo Robert mientras leía un periódico que alguien había dejado en la entrada
-bueno en estos tiempos solo era cuestión de tiempo para que alguien llegara a hacer un desastre...-  contestó el chico cuando vio a lo lejos a Merceline y Maurice
-vamos... esta vez yo invitaré ¿qué dices?- dijo él, Merceline no supo que decir, por un momento vio a Clint ahí de pie 
-¿esta vez no tienes trabajo que hacer?- 
-bueno, hace tiempo no salimos Mercy,hasta yo necesito un descanso con mi encantadora novia ¿no?- la chica solo cerró los ojos un momento y se puso de pie 
-de acuerdo- dijo y ambos salieron, Merceline dio otro vistazo a Clint y luego se Marchó, Clint por su parte la observó un momento, sintió algo extraño ¿rechazo tal vez? era una locura, no tenía motivos para sentirse así Merceline no era nadie que le importara o eso creyó.

Por otra parte Maurice llevó a la chica a un restaurant, el sitio era algo grande pero estaba algo desolado, solo unas cuantas personas y algunas de ellas conocidos de Merceline, Maurice sonrió
-que te parece... parece que tenemos el restaurant casi solo para nosotros dos, ¿no Mercy?-
-incluso en estos días parece que ni los adinerados lo esten pasando bien como para ir a cenar a estos lugares- contestó ella pero Maurice la ignoró, pidió una mesa junto a una gran pecera, Merceline se sentó frente a Maurice y la chica solo observó a los pequeños peces de colores que estaban dentro de la pecera, se los imaginó por un momento como diciendo "oh miren... otra pareja de extraños entrando a este lugar, ¿que maravillosa conversación tendrán mientras devoran a nuestro lejanos parientes frente a nosotros?"
-¿Mercy?- dijo Maurice despertandola de sus pensamientos, luego ella vio a un mesero que estaba atento esperando a que ella ordenara
-creo... que un filete y una limonada estaría bien...- dijo ella y el mesero fue por la orden
-¿te encuentras bien Mercy?-
-si es solo que, estaba pensado en... el viejo teatro- al oír esto Maurice se puso serio
"¿piensas en el teatro o piensas en el muerto de hambre?" pensó pero se quedó escuchando la chica solo asintió y continuó
-¿no has sentido o escuchado nada raro ahí?-
-algo ¿como qué?- preguntó él 
-pues... solo es algo extraño, cada vez que entro pareciera como... si hubiera algo siniestro dentro, algo asechando en las sombras- Maurice la observó algo extrañado, por un momento Merceline se sintió como una loca hal hablarlo con él pero luego Maurice asintió
-es verdad, hay algo raro en ese lugar, muchas veces me he sentido observado... muchas veces en sitios donde no hay nadie en absoluto, pero... es algo que todos hablan, quizas por la vieja leyenda del fantasma- Merceline lo observó curiosa
-¿crees en la leyenda?-
-bueno es cierto que alguna vez existió el fantasma pero... recuerda, solo era el chico Erik Blezz, el verdadero heredero al sitio-
-Erik Blezz- repitió Merceline pensando el las biografías de su familia
-sabes como son las cosas en nuestra sociedad Mercy, el ser humano puede que ahora sea civilizado, pero en esencia... en los huesos solo sobrevive el mas fuerte- Merceline lo observó al decir eso, en los ojos de Maurice vio un brillo extraño como... como una versión de los ojos de su padre pero... aun faltaba mucho... mucho para que llegara a eso
-su comida señor, buen provecho- dijo el mesero mientras entregaba los platos, Maurice tenía una apetitosa Langosta mientras Merceline su filete, luego volteó a ver a los peces que nadaban sin rumbo en círculos dentro de una pecera, quizas ellos y el destino de Merceline no eran tan distintos, luego pensó en lo que dijo Maurice ¿qué era peor? estar dentro de la pecera o servido en el plato de un lujoso restaurant
-Mercy esto es delicioso- dijo él y la chica por primera vez en mucho tiempo le sonrió.

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El fantasma de la opera (versión mejorada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora